ALICANTE. El Consejo General de Colegios de Economistas de la Comunidad Valenciana ha presentado su trigésimo tercera edición de la encuesta Los economistas opinan con el objetivo de pulsar la realidad socioeconómica a través de las opiniones vertidas por los colegiados de Castellón, Valencia y Alicante.
Se trata de un estudio que analiza cada año la situación económica de la Comunitat Valenciana y de España, así como las perspectivas para los próximos meses. Además, en cada edición se evalúan cuestiones específicas relacionadas con asuntos de actualidad. En esta ocasión, los economistas han opinado sobre la gestión de la dana, la guerra arancelaria y el apagón eléctrico.
Los encargados de dar a conocer los resultados de esta edición han sido Juan José Enríquez, presidente del Consejo y decano del Colegio de Economistas de Valencia; Francisco Menargues, tesorero del Consejo General de Colegios de Economistas de la Comunidad Valenciana y Decano presidente del Ilustre Colegio Oficial de Economistas de Alicante, y José Manuel Salvador, vicepresidente del Consejo y Decano del Colegio de Economistas de Castellón.
Situación económica de la Comunitat y España
Los economistas han advertido de que la situación económica de la Comunitat Valenciana ha empeorado en el último año. El 42% de los encuestados así lo ha indicado. Se trata de una percepción que ha empeorado respecto del año pasado, cuando solo el 20,6% así lo veía. Prácticamente se ha duplicado. A pesar de esa evolución, casi la mitad han señalado que la situación actual de la economía valenciana es buena (42,2%), mientras que el 20% han opinado que es regular y el 26,3% cree que es mala.
En este punto, los más optimistas han sido los de la provincia de Alicante. Para el 48,8% es buena y muy buena para el 9,2%%. Los más pesimistas son los de la provincia de Valencia ya que para el 29,7% es mala, seguidos de cerca de Castellón con un 28,1%. Por lo que se refiere a la situación actual de la economía española, el 39% ha declarado que es buena y el 14,2 % muy buena. Del mismo modo, el 21,8% la ha calificado de mala y el 19,7% de regular. Por provincias, los más optimistas han sido los de Castellón, donde el 48,1% considera que es buena, mientras que los de Valencia son más pesimistas. El 22,6% cree que es mala.
Perspectivas y principales problemas
Las perspectivas para los próximos meses son de mejoría tanto para la economía valenciana como para la economía española. Concretamente, un 52,6 % ha declarado que la economía de la Comunitat Valenciana irá mejor, y un 54,3% para España. Si bien, para la Comunitat han bajado las perspectivas optimistas respecto del año pasado, mientras que para España han subido.
En cuanto a los principales problemas para la economía valenciana, se sitúan en cabeza la dependencia excesiva de ciertos sectores como el turismo o la construcción, la financiación autonómica y la débil estructura empresarial. En este punto también hay una variación respecto a las preocupaciones mostradas el año pasado, cuando primaban los problemas por la débil estructura empresarial, el déficit de infraestructuras y los costes laborales. Además, tienen bastante peso cuestiones como la pérdida de peso industrial, la escasa productividad y competitividad empresarial o los problemas por la baja cualificación profesional y la formación.
Ayudas por la dana
La dana del pasado mes de octubre provocó importantes daños materiales y alteraciones en la actividad económica y social de diversas comarcas de la Comunidad Valenciana. Este apartado del informe recoge la valoración de los economistas sobre el alcance del impacto en sectores clave, así como su opinión sobre la actuación institucional desplegada tras el episodio. Se analizan aspectos como la rapidez en la activación de ayudas, la agilidad administrativa, la transparencia informativa y la coordinación entre administraciones. Asimismo, se incluye la percepción del colectivo profesional sobre la suficiencia y oportunidad de las obras preventivas frente a futuros fenómenos climáticos extremos.
El decano ha señalado que los economistas son los “asesores de cabecera de multitud de pymes” y han estado “al pie de cañón con los pequeños empresarios que se han visto afectados por la dana”. Por eso, “conocemos de primera mano cómo han funcionado las ayudas”, ha aseverado. Los resultados han mostrado un porcentaje significativo de economistas que han indicado que la respuesta institucional fue regular (25,5%), lenta (28,8%) o muy lenta (18,8%), lo que ha puesto de relieve una percepción generalizada de insuficiencia en la activación temprana de los recursos necesarios tras la emergencia.
Enríquez ha indicado que “hay una crítica en cuanto a la falta de agilidad, aunque tampoco es una crítica acérrima”. De hecho, ha continuado, “se es crítico con la falta de agilidad con las ayudas y, sobre todo, con la falta de coordinación entre las administraciones públicas”, ha explicado el presidente del Consejo de Economistas de la Comunitat. Igualmente, la valoración es muy negativa en lo relativo a la agilidad en la tramitación de las ayudas. La mayoría de los economistas ha afirmado que la gestión administrativa de las ayudas ha sido regular (29,4%), mala (29,3%) o muy mala (18,6%). Son muy pocos los que han calificado de forma positiva la agilidad en la tramitación de las ayudas (12,2%).
Una de las cuestiones peor valoradas ha sido la coordinación entre administraciones. Un 54,6% de los economistas consideran que ha sido muy mala y un 25,2% mala (suma total: 79,2%). Tan solo un 4,2% opina que la coordinación ha sido buena o muy buena. También sobre el importe económico se han pronunciado de forma crítica al señalar que importe de ha sido regular (27,5%), bajo (30,0%) o muy bajo (10,9%). Solo una quinta parte de los economistas lo han visto adecuado (20,2%). Además, la transparencia en la información pública de las ayudas es uno de los renglones peor valorados, pues un 58,0% cree que ha sido mala o muy mala.
Enríquez ha apuntado al respecto que “se hace una valoración positiva los importes iniciales que se dieron de forma generalizada, pero se critica que luego no se haya hecho un trabajo más de bisturí para los casos de empresas que necesitaban ayudas de mayor cantidad”. Respecto de las previsiones de inversión y ejecución de obras e infraestructuras que ayuden a prevenir este tipo de catástrofes, la mayoría prevé que habrá retrasos, falta de recursos o problemas de ejecución (30%) o no prevé que haya actuaciones efectivas a medio plazo (27,5%).
Apagón y guerra arancelaria
Las otras dos cuestiones que han copado las preguntas de esta encuesta han sido la guerra arancelaria por parte de Estados Unidos, la respuesta de la UE y las consecuencias para la economía de la Comunitat; y las consecuencias del apagón eléctrico del pasado 28 de abril. Por lo que se refiere a la guerra arancelaria, los economistas han señalado que los sectores más vulnerables son el agroalimentario y el de la automoción y componentes, seguidos del cerámico y construcción, y el textil y el calzado. El que menos va a sufrir es el del turismo.
La valoración de la respuesta de la UE va por barrios. La provincia de Alicante es la que presenta un mayor escepticismo, con un 41,3% de respuestas negativas. El factor generacional también es determinante, pues los economistas más jóvenes muestran más pesimismo con un 43,5% de respuestas negativas.
Apagón eléctrico
El apagón eléctrico del 28 de abril de 2025 apenas tuvo impacto en la actividad de los economistas, ya que el 30,9% no se vio afectada y el 31,5% considera que el impacto fue leve. Solo el 12,9% ha estimado que fue grave. Además, para el 43,8% no le ha repercutido con un coste significativo. El 11,7% lo ha estimado en un impacto poco significativo, el 13,4% entre 1.000 y 10.000 euros, y el 5,5% de más de 10.000 euros. Un 16,8% ha apuntado que no lo pueden estimar el coste económico.