VALÈNCIA. La declaración testifical de la que fuera secretaria del Gabinete de Carlos Mazón no ha aportado demasiada información novedosa a la investigación judicial sobre la Dana. Pero ha servido para que la jueza instructora pueda tirar de más hilos en su estrategia ya evidente de indagar la actuación del que entonces era president de la Generalitat Valenciana aprovechando los contactos que tuvo con la exconsellera de Interior, Salomé Pradas.
Así pues, la testigo dijo no recordar la llamada de aquel día a las 19.42h con Mazón y que figura en el listado hecho público por Presidencia. Pero lo que sí hizo fue identificar al chófer que prestaba servicio a Mazón aquella jornada así como al jefe de seguridad de Presidencia, el encargado de organizar los turnos de escoltas. Una vez conocido el nombre del primero este miércoles por la mañana, la magistrada acordó su citación enseguida mientras ha pedido al jefe de seguridad del Palau que dé el nombre de los escoltas asignados a Mazón aquella jornada.
Se trata de dos nombres clave porque la jueza había acordado requerir la identificación tanto del chófer como de los escoltas para que fueran a declarar al juzgado de Catarroja. Sobre estos últimos, cabe recordar que Mazón aseguró en la comisión de investigación de la Dana en el Congreso que acudió con ellos a la comida que mantuvo con la periodista Maribel Vilaplana en El Ventorro pero que salió de allí sin ellos. La magistrada considera necesario saber si dichos testigos "efectivamente pudieron oír algunas de las llamadas o los comentarios a raíz de ellos", en alusión al entonces jefe del Consell y la exconsellera Pradas, que dirigía el Cecopi y está investigada esta en la causa junto a su ex 'número dos', Emilio Argüeso.
Con el argumento de las llamadas entre Pradas y Mazón, y haciendo uso de la manga ancha otorgada por la Audiencia Provincial, la magistrada empezó a investigar indirectamente la actuación del exjefe del Consell citando primero a la periodista con la que comió en El Ventorro. Lo hacía por si esta podía haber oido algo de las conversaciones que el expresident mantuvo aquella jornada con la entonces consellera. Vilaplana declaró que no escuchó nada pero la jueza ha llegado a pedir hasta fotos del reservado y la factura de la comida para concluir que era "altamente improbable" que no escuchara nada teniendo en cuenta las no tan extensas dimensiones de la sala.
Desde que a finales de octubre la Audiencia Provincial permitió a a la jueza abandonar su extrema prudencia ante cualquier pesquisa que pudiera afectar al entonces president -como aforado, solo le puede investigar el TSJ-, la instructora ha tirado de todos los hilos posibles en todo su entorno y no solo ha citado a declarar a su núcleo duro, a los escoltas y chófer, o Maribel Vilaplana y el dueño de El Ventorro, sino que ha llegado hasta la hora exacta de la salida del vehículo de Vilaplana del aparcamiento, la factura y las fotos del restaurante o incluso las imágenes de la llegada del expresident al Cecopi.
Lo que todavía no se ha aclarado es a qué hora llegó Mazón al Palau de la Generalitat tras su comida con Vilaplana. La exsecretaria del Gabinete de Mazón fue interrogada también por esta cuestión y dijo desconocer ese extremo pero apuntó al chófer y los bedeles, que "sabrán la hora de regreso" del expresident. Una hora todavía desconocida porque el expresident, en sus declaraciones públicas y en el Congreso de los Diputados, ha asegurado que no podía entrar en "el minutaje".
Lo único que se conoce por el moemnto es que abandonó junto a Vilaplana el restaurante entre las 18.30h y las 19h, según los testimonios de la propia comunicadora y el dueño de El Ventorro. Mazón reconoció que salió de allí sin escoltas y que acompañó a la periodista hasta el aparcamiento del Parterre, a pocos minutos del local. El vehículo de Vilaplana salió de aquel parking a las 19.47h, según ha constatado la propia compañía gestora.
