ALICANTE. Michael Ignatieff dice en Fuego y cenizas que el gobernante que aspire a gobernar debe conocer su territorio, su país, su ciudad, su propio ecosistema. Desde luego, si al experto en historia de Alicante Alfredo Campello le entrase el venazo de presentarse a alcalde de su ciudad, cumpliría con creces esa máxima del ex líder del partido liberal canadiense. Hablamos con él de su último libro Pequeña historia de Alicante en sus barrios.

- ¿Cómo surge la escritura de Pequeña historia de Alicante en sus barrios? ¿Qué tienen los barrios que menciona en el libro para que merezcan ser recordados?

- Nace de los tres ciclos de charlas que impartí en la sede de la Universidad de Alicante a instancias de José Ramón Navarro y Jorge Olcina. A raíz de unos artículos que escribí sobre algunos barrios, me sugirieron empezar a hacer un ciclo sobre estos, y en base a estas charlas surgió la compilación en el libro.

- ¿Cree que se valora la historia de los barrios de la ciudad desde las administraciones públicas?

- Creo que conocemos muy poco de la historia de Alicante, conocemos más las historias que nos vamos contando unos a otros. Ahora están saliendo varias publicaciones, como la del bombardeo del mercado de Miguel Ángel Perez Oca, además de diferentes monográficos sobre Alicante pero que no han tenido continuidad. Sin embargo, creo que el Ayuntamiento debería impulsar la publicación de obras relacionadas con la ciudad.

- Si que es verdad que en las librerías de Alicante hay obras sobre la historia de la ciudad en secciones específicas, eso cuesta más en ciudades más cosmopolitas como Madrid que te tienes que ir a librerías especializadas.

- Fijate, ahí te voy a llevar la contraria, en nuestra ciudad cuesta ver libros sobre nuestra historia, te tienes que ir a bibliotecas privadas, en urbes como Madrid y Valencia es más habitual encontrar en las grandes librerías secciones específicas sobre su historia. Si en las librerías de nuestra ciudad no se fomenta el conocimiento de nuestra historia es la pescadilla que se muerde la cola.

- ¿De dónde viene su pasión por Alicante?

- De estar en casa de mi abuelo, de ver las fotografías antiguas que tenía de la ciudad, recortes de periodico y diferentes materiales que amenizaban las tardes cuando estaba con él. Luego ya he sido yo el que ha dado el salto de publicar y escribir sobre la ciudad, una aventura que la empecé con la publicación junto a Miguel Ángel Pérez Oca de Relatos de una ciudad dormida en el año 2009.

- Una ciudad dormida…¿Por qué?

- Parece que es una ciudad de la que no interesaba su relato, su historia, parecía que estaba dormida.

- ¿Hacia dónde va Alicante?

- Hacia ningún lado, no hay una idea clara de lo que queremos ser como ciudad, unas veces queremos parecernos a Málaga o a otras ciudades. Podríamos hacer libros de las ideas que se han tenido para este municipio y han quedado en el limbo, como ocurre con el Palacio de congresos. En los años 80 con Lassaletta y con Castedo unos años más tarde si que se hicieron algunos cambios significativos, pero no se avanzó hacia un concepto claro de qué queríamos ser de mayores.

- ¿Hacia dónde debería ir nuestra ciudad?

- Debemos marcar nuestra propia idiosincrasia, dejar de mirarnos en otras ciudades y destacar nuestra propia personalidad. Por ejemplo, la fiesta de las hogueras se la estamos quitando a los alicantinos y se la estamos dando a los turistas, solo apostamos por el turismo, dejamos otros caminos por explorar marginando a los propios vecinos.

- Nada más entrar a la sala donde estamos te has fijado en la terraza que hay fuera y en el impacto que puede tener en los vecinos, me ha chocado ese activismo y esa sensibilidad vecinal.

- Lo principal de una ciudad es la convivencia de los vecinos, si convertimos Alicante en una terraza continua expulsas a sus habitantes. Las urbes están hechas para vivir, si creas una economía basada en las terrazas y en los bares todo se convierte en alquileres turísticos y el esqueleto urbano se convierte en un parque temático.

- Cada día hay más gente hastiada de bajar al centro, es curioso…

- Sí, la convivencia se traslada a los PAU y con esas extensiones de nueva construcción se pierde la vida de barrio, es como extender el tamaño de la urbanización y no hay una vitalidad del comercio local.

- Me llama precisamente la atención como se quejan los comerciantes de las peatonalizaciones en algunas arterias de la ciudad, cuando al peatonalizar fomentas que la gente camine y se acerque a las tiendas…

- La pregunta es que peatonalizar, no hay un plan claro de peatonalización, no se sabe que se quiere hacer con las calles peatonales. Si tu eliminas el tráfico para llenarlo todo de terrazas, prefiero que haya tráfico, porque sino habrá hasta tantas personas consumiendo y hablando, en cambio si pasan coches sabes que a una hora determinada dejará de haber ruido.

- ¿Por qué crees que en los PAU se extiende la vida de la urbanización?

- No se puede hacer vida de barrio porque tienes que coger el coche para desplazarte, no tienes la tienda de ultramarinos que tenías en tu barrio. Los hornos, las tiendas, van cerrando a su paso en el barrio tradicional.

- ¿Puede desaparecer un barrio?

- Bueno en el centro de Alicante se han fusionado barrios, o desaparecen tras determinadas circunstancias. Santo Domingo por ejemplo está completamente integrado en el barrio de San Blas. Los pequeños terminan integrándose en otros más grandes. El barrio Miguel Hernandez por ejemplo está integrado en Benalúa.

- Cuando hablamos del pequeño comercio, ¿no crees que ellos tampoco han sabido adaptarse a los tiempos?

- Siempre. Cuando se abre un supermercado o un centro comercial unas tiendas cierran pero otras se adaptan, al final no es el mismo trato el de una tienda pequeña que el de una gran superficie.