VALÈNCIA. El estreno de And just like that, la continuación de Sexo en Nueva York (Sex and the City, 1998-2004), diecisiete años después de su cierre, ha vuelto a poner sobre la mesa algunas cuestiones en torno a la representación de la diversidad sexual o racial (la de clase no, porque aquí solo hay una clase social: la que va de acomodada a muy muy muy muy acomodada. Son ricas y son élite).
Casi al mismo tiempo se ha dado a conocer el tráiler de Cómo conocí a vuestro padre, el ¿spin off, secuela, nueva versión? de Cómo a conocí a vuestra madre (How I met your mother, 2005-2014), que se estrenará en enero. Y donde en la original eran cinco amigos blancos y heteros, aquí tenemos a un grupo de gente que incluye asiáticos, latinas o personas LGTBI.
Que las series y el cine cada vez atienden más a la diversidad es un hecho. Y uno por el que alegrarse, aunque aún quede mucho por hacer. La sociedad es diversa, las personas estamos cruzadas por varias identidades y las pantallas no pueden seguir siendo blancas y heterosexuales e ignorar la existencia de gentes de todos los orígenes y colores, orientaciones e identidades sexuales o capacidades diferentes. Eso es lo que explica que ambas series, derivadas de otras previas muy exitosas, lleguen ahora asumiendo algunas de estas cuestiones.