BENIDORM. El Ayuntamiento de Benidorm anunció este lunes que habían formalizado su adhesión a las Ayudas Paréntesis, incluidas dentro del Plan Resistir, auspiciadas por la Generalitat Valenciana. El pleno aprobó el pasado viernes entrar en esta iniciativa que permitirá la inyección de 5,2 millones de euros al tejido productivo de la ciudad. Estas ayudas están cofinanciadas por el Ayuntamiento, la Diputación de Alicante y la Generalitat.

El Consistorio pondrá el 15% del montante total, es decir, 790.000 euros. Benidorm es una de las que más partida presupuestaria han estimado puesto que se considera que es la quinta ciudad que más afectada está en la Comunitat por las restricciones para evitar contagios. La Diputación aportará el 22,5% de la cuantía, mientras que la Generalitat ingresará el resto.

Hay que tener en cuenta que en la situación actual, las empresas de hostelería no pueden abrir al público, salvo para vender comida para llevar. Además, el cierre perimetral de la localidad durante el fin de semana hace inviable pensar en el turismo como una vía de negocio para aquellos comercios que estaban enfocados a esta industria, la predominante en la ciudad desde los años 60 y en el que se basa su modelo productivo.

Las Ayudas Paréntesis está siendo una iniciativa a la que se están adhiriendo la mayoría de ayuntamientos que tienen la oportunidad. El objetivo es que termine en manos de las empresas y autónomos, pero con restricciones. Serán 2.000 euros para cada una, que mejorará con 200 euros por cada empleado afiliado a la Seguridad Social a 31 de diciembre de 2020. Este punto precisamente es uno de los que más trabas va a poner a los empresarios, puesto que muchos han tenido que despedir a sus trabajadores precisamente por la crisis en sus establecimientos.

Los propios hosteleros comentaron a este diario que veían con reticencias las cláusulas para acceder a las ayudas. Es más, las asociaciones del sector turístico en Benidorm han convocado una caravana de coches que saldrá desde la ciudad el 4 de febrero y llegará a València donde protestarán frente al Palau de la Generalitat por lo que consideran "una limosna" frente a las grandes pérdidas.