ALICANTE. Me gustó mucho, muchísimo, acudir hace unos días a la exposición de Aurelio Ayela en el Museo de Aguas de Alicante, los Pozos de Garrigós de toda la vida, regentados ahora por Aguas de Alicante. Y me gustó porque va y resulta que estaba el mismísimo Aurelio, que rápidamente se prestó a hacernos una visita guiada para contarnos con toda la lujuria de detalles Hipogea, el hueco interior, que es el título de la muestra.
— Aurelio, ¿nos puedes explicar un poco todo esto, sin romper la polisemia del discurso artístico, siempre sujeta al gusto del espectador?".
— Sí.
Y allá que se puso. Bien. "Es el retroceso uterino hacia el encuentro profundo con uno mismo". Esto no me lo contó a mí. Se lo contó hace tres semanas a Daniel Terol. La densidad de la apreciación resume en buena medida la exposición, en un marco incomparable, perdón por la cursilería, y gracias a que Aguas de Alicante tiene de director de comunicación, y de otras cosas, a Martín Sanz, siempre moderno, siempre culto.