ELCHE. El Salón de Plenos del Ayuntamiento de Elche ha acogido este martes la tradicional recepción a los ilicitanos ausentes; es decir, aquellos afincados en diferentes poblaciones nacionales y extranjeras, pero que continúan llevando a la Ciudad de las Palmeras en lo más profundo de su corazón y haciendo el papel de embajador de las tradiciones y la cultura ilicitana. El alcalde, Carlos González, el presidente de la Sociedad Venida de la Virgen, José Manuel Sabuco, y el consiliario de la entidad, José Moyá, acompañados por miembros del Equipo de Gobierno y de la Corporación Municipal, tras obsequiar a la treintena de ilicitanos ausentes presentes con una reproducción del busto íbero y un ejemplar de la revista Sóc per a Elig, han dejado paso a las palabras del empresario ilicitano afincado en Elda José Gómez Segura, ilicitano ausente distinguido de este 2022.

Tal como ha glosado el presentador del acto, el periodista Sacramento Alvear, José Gómez Segura nació el 9 de enero de 1960. A los seis años se incorporó a la Escolanía del Misteri, donde permaneció hasta los 13 años. Con un año más, cantó las Salves a la Virgen en la basílica de Santa María. La figura de su padre influyó en ello, ya que fue cantor y entusiasta del Misteri y de todas las tradiciones ilicitanas, que lógicamente calaron en él. A los 15 años, Gómez Segura inició su carrera en el sector bancario, llegando al puesto de director en sucursales de Elche y Elda. Definitivamente se instaló en esta última localidad, donde fue gerente de una empresa de pieles para, posteriormente, convertirse en comercializador de calzado de caballero y señora con su propia empresa para diferentes mercados.

Gómez Segura, quien ha tenido palabras de homenaje para los ilicitanos ausentes, ha relatado que con 24 años abandonó Elche, pero que, antes de dicha edad, se crearon raíces tan profundas con la capital del Baix Vinalopó que “hoy son indestructibles”. Además, ha indicado como lo más importante que le ha sucedido fuera de la localidad fue, sobre todo, “encontrar a la que hoy es mi esposa”. Porque, como ha remarcado, “estoy convencido de lo que mueve el mundo es el amor, y sin él muchas cosas pierden su sentido”; un amor que, como ha indicado, profesa con devoción a sus padres, a su familia, a la Virgen y a Elche, “ciudad única y singular a la que amo, con su Palmeral y su Misteri patrimonios de la humanidad”.