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por amor al arte

Anita Ekberg

Luis Barcala y Ximo Puig tienen una cita. La segunda. Es el momento de entrar a matar. Puede que los cadáveres seamos nosotros. Francesc Sanguino también mira más allá de Tabarca, quizás, no, seguro, hacia nuestro futuro, inspira, fija la mirada y habla con el president. Palabras sagradas. El poder popular se ha deslizado, concentrado, cuesta arriba, hacia la Diputación. Justo en la varIta mágica de Carlos Mazón y la cabeza de Adrián Ballester. No, cariño, mejor quedamos en un hotel. La habitación, desordenada, queda vacia. Intacta. Planchemos las camisas.

La oposición municipal critica el eterno retraso del presupuesto municipal, la desidia en la gestión, la suciedad pringosa, las adjudicaciones a dedo del restaurante más “popular” de la ciudad, los 39 millones en servicios sin contrato,  la frivolidad, la inanidad intelectual, el trato preferente a Vox. Un brindis por Xavier López, Natxo Bellido y el Frente Sanguinista. El alcalde siente que pierde a raudales peso político específico y busca, como única salida, la vuelta a un rancio populismo de verbena de la paloma, el “kahardasianeo” y mascletà nocturna. Y… ¡tatachín! el morbo de la batalla campal contra el interventor. Mejor una buena bronca que un mal acuerdo. Así, muy en caballero legionario recién expulsado del cuerpo, a pecho descubierto contra la señal de la luna. La guerra en general –la institucional y la intrapartidaria- siempre ha tenido sus fans de la muerte y ha tenido defensores ilustres intelectuales desde Homero, Stalin, Vizcaíno Casas, Sun Tzu, Millán Astray, Hayeck, Lord Byron, Francis Fukujama... Luces de Carnaval.  El callejón del gato. La Pardo Bazán y Valle-Inclán.

Sabina se nos ha derrumbado como un Moái en la Isla de Pascua. Zaplana ha quedado desnudo. Cotino, el entorno y la trama, descarnada. El saqueo sigue sangrando la dignidad de la ciudadanía en crudo y en directo. González Pons para justificar el delito, nos mete a todos en el mismo saco. Isabel Bonig traga saliva. Se descubre un nuevo dinosaurio carnívoro. El todo Alicante no para de escandalizarse. Qué horror aquí se roba. Un iceberg de trescientos metros cuadrados se desprende de un glaciar antártico. La iglesia pagará el IBI. Palabra de Dios. Te alabamos señor.

En este segundo cruza la calle principal de este artículo amb la seua aixà -tinc un mànec de tres palms i mig- Gerard Fullana. El Mastroiani de la Marina. Abstraído, no ve la pizarra ni saluda a Manolo Mata. Nuestro Jhonny Depp pero a lo bestia. Se desvanecen, sonriendo, en el fondo de la pantalla. Suena a tota virolla en este artículo Blondie. Al acabar, David Bowie.

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