ALMORADÍ. Stories, trend, streamer, challenge, retweet. Te suenen estas palabras o no, convives con ellas a diario. Las redes sociales y las posibilidades que nos abren las nuevas tecnologías han configurado un nuevo lenguaje y otra manera de ver el mundo. Este domingo, 26 de mayo, a las 19 horas, el Teatro Cortés de Almoradí acoge Glup, glup, glup, un proyecto escénico de Melena Androide (nickname de la creadora almoradidense Andrea Martínez) con cinco historias en las que sus personajes son atravesados por la huella que la iconografía virtual está dejando sobre nosotros.
Un cuadro de un pez viviente que canta, baila y vive en la estantería de una persona que no sale de su habitación y está siempre online. Un teen adult saturado se conecta a un entorno de realidad virtual para pedirle una cosa a una chica. Un tío sale un domingo de un brunch y roba una moto para demostrarse a sí mismo que no es un npc. Una estudiante entrevista a una criminal involucrada en un incidente relacionado con el Circuito de Fórmula 1 de València para su tesis. Una señora tiene una epifanía en un centro comercial y se hace viral. Glup, glup, glup es una historia de historias, como si de una temporada de Black mirror o una cajita de experiencias de 20 euros se tratase.
La realidad construida desde la influencia de internet
La obra es una exposición ficcionada de pequeños ensayos sobre el mundo actual. A través de las cinco historias que componen la pieza observamos un puzle en el que intuimos cómo la cultura de internet afecta a nuestra vida cotidiana en la forma que tenemos de expresar nuestros sentimientos, relacionarnos con los demás o tomar decisiones, y juega con la sensación de existir ya solo como presencias encapsuladas en pantallas de otra gente.
Además, la pieza toma como inspiración estilos, recursos y narrativas audiovisuales como el loop, el slowed and reverbered, el dreamcore, u otras que podrían recordar a una serie de Netflix al puro estilo True Crime para sumergirnos en todo ese universo.
"La aproximación que trato de hacer no es un intento de radiografía, un análisis certero o documental, sino más bien una serie de fotografías o cuadros subjetivos, con filtros, textos, estéticas y ritmos, que tanto en forma como en contenido se ven afectados por el mundo tal y como es ahora", afirma Andrea Martínez, creadora e intérprete de la pieza.