ALICANTE. Hace un año, la segunda generación de la familia Gassó pasó de buscar un socio inversor para financiar el crecimiento internacional de Gaes a vender el 100% de la compañía a un competidor: la italiana Amplifon. La operación, que se cerró por 528 millones de euros, supuso algunos cambios: el primero, la fusión por absorción de Gaes (Gabinetes de Audioprótesis, Electromedicina y Servicios SA) en Amplifon Ibérica, y la conversión de la famosas siglas asociadas a los audífonos durante décadas en una marca más del grupo. El segundo, el traslado de la sede social (y la aportación al impuesto de sociedades) desde Alicante hasta Zaragoza el pasado mayo. Y el tercero, la renovación de la identidad visual de las tiendas Gaes, que ahora lucen el rojo de la italiana.
La cuarta consecuencia es la más desagradable: los nuevos dueños de Gaes comunicaron hace unas semanas a la plantilla que van a iniciar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectará a unas 188 personas en toda España, de las alrededor de 2.000 que forman el grupo en estos momentos. Del total de afectados, una gran parte se registrarán en la fábrica de Gaes en Barcelona, donde la empresa planea 90 despidos, y otro grueso saldrá de los mandos intermedios de la firma, al solaparse con la estructura jerárquica de Amplifon (presente en España desde los años noventa). Asimismo, 24 despidos saldrán de las plantillas de las tiendas, y la provincia de Alicante está entre las más afectadas.
Según han explicado fuentes conocedoras del proceso, la provincia de Alicante está dividida en dos territorios (norte y sur), pero ambas están incluidas en el planteamiento inicial del ERE. Así, la propuesta que maneja la dirección de la empresa pasa por cerrar las tiendas que Gaes tiene en Orihuela y Elda, donde también operan establecimientos propios de Amplifon. Al mismo tiempo, también se pretende reducir la plantilla empleada en los establecimientos de la ciudad de Alicante, donde Gaes cuenta en este momento con tres rótulos propios (la tienda de la calle Asturias, en la plaza de la Viña, ejercía como sede tras el traslado del domicilio social desde Cataluña en pleno desafío separatista).