ALICANTE. Las obras del complejo de la Ciudad de la Justicia 'Rafael Altamira' de Alicante, frente al Palacio de Justicia de Benalúa, entran en una nueva fase clave de su proceso de construcción: la del montaje de la fachada y la configuración de sus espacios interiores. Los trabajos, a cargo de la UTE compuesta por Ferrovial y Servicios Servitria, arrancaron en 2023, y se mantiene la previsión de que queden concluidas entre finales de 2026 y principios de 2027, toda vez que se estarían cumpliendo los plazos previstos, según fuentes de Ayesa, la compañía responsable de su diseño y de la dirección de obra.

En esta línea, las mismas fuentes inciden en que ya se han superado varias de las fases más complejas, como la construcción de la estructura de hormigón bajo rasante, el auditorio y en la última semana, el voladizo de estructura metálica que configura la entrada principal al edificio. Al mismo tiempo, se está realizando la distribución interior de los sótanos, las estructuras de sustentación de la fachada y las instalaciones mecánicas, eléctricas y de ascensores, además de las conexiones a las redes básicas, con el fin de agilizar las siguientes fases.

El edificio, que supone una inversión de 78 millones (con lo que se convierte en la segunda actuación de mayor importe entre las promovidas por la Generalitat en Alicante, tras la Estación Central del tranvía), dispondrá de una superficie de 47.000 metros cuadrados y está concebido para subsanar una de las principales carencias en infraestructuras en la ciudad de Alicante: la dispersión de sus órganos judiciales como la Jurisdicción Civil, la Penal, la Fiscalía, el Centro de Mediación o el Instituto de Medicina Legal.

Claves del proyecto

La nueva sede contará con ocho plantas sobre rasante de espacios de atención al público y administrativos, un semisótano en el que se ubicarán los usos que requieren mayor nivel de seguridad y dos sótanos destinados a aparcamiento y archivos. Además de poner fin a la dispersión de los órganos judiciales, el complejo será pionero por adaptarse a la nueva Ley Orgánica 1/2025, de 2 de enero, de medidas en materia de eficiencia del Servicio Público de Justicia, aportará beneficios tangibles a la ciudadanía, como la mayor comodidad en los trámites, una mejor atención al usuario y eficiencia en la gestión.

El edificio se ha concebido como una sede versátil, considerando la futura implantación de los Tribunales de Instancia, cuya entrada en funcionamiento en Alicante está prevista para el 31 de diciembre de 2025. De hecho, el proyecto quedó ajustado a esa modificación de los órganos judiciales, a partir del encuentro de trabajo celebrado el pasado mes de enero entre responsables de la Conselleria de Justicia y los principales operadores de ese ámbito en la ciudad. Y, además, está diseñado para atender las demandas que puedan surgir en el futuro de la planta judicial alicantina.

De igual modo, en su concepción, Ayesa Ingeniería concedió especial protagonismo a la sostenibilidad. Así, el proyecto incluye fachadas cerámicas blancas que filtran la entrada de luz natural, muros cortina de vidrio que garantizan luminosidad y conexión con el exterior, sistemas inteligentes de climatización así como una instalación fotovoltaica que cubrirá gran parte de su consumo energético.

Metodología BIM

Fuentes de Ayesa inciden en que la Ciudad de la Justicia de Alicante es uno de los proyectos más relevantes que ejecuta actualmente en España, debido a su envergadura y su repercusión social. En esta línea, la directora de las obras, Carmen Rodríguez Manzanares, señala que el proyecto "refleja nuestro compromiso con la creación de edificios de referencia que combinen funcionalidad, sostenibilidad y modernidad, sin perder de vista la integración con el tejido urbano".

Además, subrayan que uno de los hitos del proyecto ha sido la implementación de metodología BIM (Building Information Modeling) y herramientas de realidad virtual. "Gracias a BIM, el proyecto se ha gestionado de manera colaborativa desde sus fases iniciales, permitiendo la coordinación entre disciplinas, reduciendo errores y optimizando los tiempos de ejecución. Además, este modelo digital servirá de base para la gestión y el mantenimiento del edificio a lo largo de toda su vida útil, aportando un valor añadido duradero", concluye Rodríguez.