ALICANTE. La tarea de confeccionar la indumentaria de la fiesta de Fogueres está a caballo entre una profesión y un arte, porque si bien es un trabajo, también tiene cabida la creatividad. Y, si no, que se lo pregunten a José Santón y a Ana Ballester, indumentaristas oficiales en 2025. Ambos han llevado a cabo la vestimenta del fuego, los trajes de la Bellesa del Foc d’Alacant y de la Bellesa del Foc infantil, que lucen en las páginas de esta misma revista, además de la vestimenta de sus respectivas damas de honor, que acompañan a ambas en este mandato: «Para mí es un poco más arte que oficio», confiesa Santón. «Es nuestro idioma para expresarnos y donde plasmamos todo nuestro saber hacer», apunta Ballester.

Esta complicidad parece extenderse más allá de su profesión. Y es que ambos han reconocido ser amigos «de los de verdad», de los que están en contacto diario «no solo por trabajo, sino por nuestras vidas personales», afirma la indumentarista. «Es un apoyo constante, y disfrutar de esta experiencia juntos es algo increíble», expresa. «Tenemos muy buena relación», confirma Santón, quien cuenta que este año ambos han elegido los tejidos en conjunto. «Primero elegimos los de las representantes adultas y, al día siguiente, los de las infantiles», recuerda sobre el inicio del proceso creativo.

Los tejidos se han seleccionado en las instalaciones de Vives y Marí. Con ellos se ha confeccionado, para la Bellesa del Foc, hasta cuatro faldas, tres corpiños, tres mantillas y tres delantales. Para sus damas, veinticuatro faldas, doce corpiños, doce mantillas y doce delantales en total. Por otro lado, para la Bellesa del Foc infantil han sido cuatro faldas, dos corpiños y tres juegos de mantilla y delantal, completando con las dieciséis faldas, ocho corpiños y ocho juegos de mantilla y delantal para las damas. Unas piezas que conllevan muchas horas de trabajo hasta llegar a los días previos a Fogueres, periodo que se vuelve aún más frenético si se tiene en cuenta que, desde que se elige a las representantes del fuego hasta la proclamación, pasan únicamente trece días. «Es caótico, porque se cuenta con muy poco tiempo», apunta el indumentarista.

Pasión y elegancia en los trajes 

El traje de alicantina se compone de una falda guardapiés; un corpiño con manga de hacha ribeteado con puntillas, mangas bordadas y botones; un delantal, que normalmente suele ser de tul negro bordado en pedrería, y una mantilla, además de las medias y las enaguas. La vestimenta de la Bellesa del Foc y sus damas de honor está hecha con «pasión y mucho esfuerzo, dos pilares fundamentales en mi trabajo», cuenta Santón enorgullecido, al tiempo que indica que trata de ser «lo más tradicional posible», pero aportando cierta innovación. «A mí me encanta la composición en cuanto a los tejidos clásicos, pero que llamen la atención dentro de una lógica, puesto que estamos hablando de indumentaria tradicional», explica.

Por su parte, Ballester define los trajes de las representantes infantiles como «sobrios y elegantes». La intención de la indumentarista oficial ha sido «romper las barreras que a veces nos ponemos con los colores y sus tonalidades: oscuros, claros y las edades para llevar esos tonos». Es por ello que ha decidido demostrar «que las niñas pueden estar preciosas saliéndose de los colores típicos que normalmente elegimos para ellas».

De familia festera a indumentarista oficial

Además de profesión y amistad, Ballester y Santón comparten unos orígenes similares en la festa. «Ana Ballester Indumentaria surge de una familia festera, de las de siempre; curiosa y apasionada de nuestra cultura y de nuestras tradiciones», describe, recordando que se adentró en este sector en 2013. «Doce años de esfuerzo y trabajo» que la han llevado a debutar este 2025 como indumentarista oficial de la Bellesa del Foc infantil y sus damas, lo que supone «una responsabilidad, un honor y una ilusión muy grande».

Esas palabras las suscribe Santón, añadiendo que es «una satisfacción personal y, sobre todo, profesional» para una persona que «lleva toda la vida en Fogueres». Y es que el primer traje de alicantina que confeccionó fue en 1997. Aunque siempre ha estado más centrado en la rama de trajes de novia, de fiesta o para eventos, el indumentarista tenía «la espinita clavada» de abrir un atelier centrado en las Hogueras, reconociendo que le daba «respeto, porque es mucha la inversión». Al preguntarle por qué se animó a lanzarse, responde que la festa siempre ha sido «innata» en él: «Este año cumplo cincuenta años y llevo desde los once en la fiesta de Fogueres».