ALICANTE. El recibo del agua de la ciudad de Alicante también se verá salpicado por el incremento de precios de la energía. El Ayuntamiento de Alicante y la empresa mixta Aguas de Alicante (compuesta por el Ayuntamiento y por Hidraqua, del Grupo Agbar) ultiman un estudio de cálculos para abordar una previsible propuesta de incremento en las tarifas vigentes ante la necesidad de cubrir el encarecimiento del precio del caudal de agua desalada adquirido a la sociedad estatal Acuamed. Se trata de una de tres vías con las que se garantiza el abastecimiento de la población en la capital, además de la compra de recursos a la Mancomunidad de los Canales del Taibilla y de las aportaciones de los acuíferos de la cuenca del Vinalopó, cuyo coste de impulsión también se habría visto afectado por el aumento del precio de la luz.
A priori, se prevé que el incremento de la tarifa tenga una repercusión moderada en los recibos trimestrales que podría llegar a ser inferior a los cinco euros para ese periodo de tres meses en el caso de los clientes que realicen un consumo doméstico medio, según fuentes consultadas. No obstante, según las mismas fuentes, su aplicación se considera prácticamente imprescindible para que la empresas mixta no incurra en déficit al tener que asumir los nuevos costes de adquisición del agua desalada que ya se han disparado por lo que respecta al año 2022.
De hecho, la compra de agua a Acuamed destinada a cubrir las necesidades de suministro de Alicante y del municipio de Sant Joan d'Alacant se había presupuestado en 3,9 millones para este ejercicio, cuando la tarifa real va a acabar superando los 8,3 millones. Además, para 2023 se estima que el precio seguirá siendo superior al alcanzado en los últimos años con la previsión de que pueda alcanzar los 7,5 millones.
A ese factor esencial que puede producir el desequilibrio económico de la empresa suministradora, se añaden al menos otras tres circunstancias añadidas que aconsejarían la subida tarifaria. El primero es el aumento del IPC, que impactará en las obras de mantenimiento y de renovación de infraestructuras (alcantarillado y redes de distribución) a ejecutar a corto y medio plazo. El segundo es la subida de importes de los consumos energéticos propios asumidos por la empresa por la prestación del servicio.
Y el tercero y último sería la financiación deficitaria en la explotación de las estaciones depuradoras de Rincón de León y Monte Orgegia, además de las estaciones de bombeo - que Aguas de Alicante asume por delegación del Consell- que se generaría por la demora en el abono efectivo de las certificaciones tramitadas por la prestación del servicio. Se estima que ese déficit pueda superar los 464.000 euros durante 2023.