ALICANTE. La capacidad de atracción de visitantes de la Costa Blanca se traduce en la consolidación de un segmento que no deja de crecer a un ritmo superior al de otros usos alojativos como los hoteles: el de la vivienda turística. La oferta multiproducto de sol y playa, de gastronomía, de deporte náutico, de ocio, fiestas o cultura ha contribuido a que Alicante despunte en el conjunto del territorio nacional hasta posicionarse como la segunda provincia con mayor número de inmuebles destinados al alquiler temporal con hasta 37.962 unidades, según el último informe publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) el pasado 19 de diciembre, con datos cerrados a agosto de 2023.
El dato cobra toda su dimensión si se tiene en cuenta que representa el 11,15% del conjunto del país, en el que se contabiliza un total de 340.424 pisos con ese destino. Y, además, supone que Alicante le pisa los talones a la provincia de Málaga, que ostenta el liderazgo nacional con 39.041 viviendas turísticas. Es decir, solo 1.079 más que las situadas entre los 141 municipios alicantinos. La tercera posición del ranking la ocupa Baleares con 26.507, lo que supone que las tres provincias de cabeza juntas sumen el 30% de la oferta total en territorio español.
Alicante acapara, además, más de la mitad de las viviendas turísticas contabilizadas en el conjunto de la Comunitat, muy lejos de las calculadas para las provincias de Valencia y Castellón. En la primera se cuantifican 13.355, mientras que en la segunda su presencia queda limitada a 7.020. Así, en el cómputo autonómico existen 58.337 pisos con un uso alojativo.
Pero no solo eso. Al margen de la plaza ocupada en el ranking nacional y autonómico, lo cierto es que también resulta significativa la evolución constatada por el INE respecto a las cifras del informe previo, con datos hasta febrero de este año. En ese momento, se cifraba una oferta de 33.115 unidades en la provincia. Así, en los últimos seis meses se habría registrado 4.847 viviendas turísticas nuevas no contabilizadas hasta este agosto, lo que supone un aumento del 14,63%. Ese porcentaje confirmaría la tendencia hacia el liderazgo nacional en la medida en que el ritmo de crecimiento experimentado en Málaga en ese mismo periodo habría sido menor, de un 10,41%, con la suma de 3.681 viviendas turísticas nuevas.
Lo cierto es que las estadísticas del INE vendrían constatando un crecimiento de las viviendas turísticas en la provincia especialmente intenso desde febrero de 2022, el momento en el que comenzó a darse por superada la crisis sanitaria de la covid-19. En ese momento, se contabilizaban 31.946 unidades: la cifra más baja de los últimos tres años registrados en la serie histórica. Dos años antes, en agosto de 2020, se cifraban en 35.716.
Tradición, gasto y profesionalización
Fuentes del sector turístico consultadas precisaron que el crecimiento de segmento de la vivienda turística en la provincia viene produciéndose, en realidad, desde hace más de 20 años, cuando ya proliferaba el alquiler vacacional en complejos residenciales de Benidorm -con los porteros de los edificios convertidos en una suerte de Airbnb del momento-, como consecuencia del tirón de la oferta turística del conjunto de los municipios de la Costa Blanca.
Ese incremento habría quedado potenciado a través de dos fenómenos paralelos. Primero, la extensión de nuevos formatos para dar cobertura a las necesidades de alojamientos de media estancia o estancia prolongada, como el coliving o el flexiliving. Y segundo, el hecho de que la provincia se haya convertido en la segunda con mayor número de residentes internacionales censados, que canalizan la llegada de visitantes procedentes de sus países de origen durante las temporadas del año en las que los propietarios no usan sus viviendas, según apuntó el secretario general de Provia, Jesualdo Ros. "El extranjero que visita la provincia se enamora de la zona, compra vivienda y además comprueba que puede rentabilizar la operación alquilando a compatriotas", explicó.
