ALICANTE. El lanzamiento del bono gastronómico planteado por el equipo de gobierno de Alicante como revulsivo para estimular el consumo en la hostelería de la ciudad queda aplazado definitivamente hasta otoño. En principio, todo parece indicar que no se pondrá en marcha hasta el mes de octubre, después del acuerdo consensuado con los representantes de las agrupaciones empresariales más representativas del sector.
Fuentes del bipartito y de las propias asociaciones confirmaron que el retraso en la puesta en marcha de la iniciativa se habría concertado con el fin de reservar esa bala para el momento en el que decaiga la afluencia de visitantes y resulte necesario agitar el consumo. "Por el momento, afortunadamente tenemos clientes a los que atender en esta campaña de verano, así que acordamos que lo procedente es aplazar esa medida para la temporada de otoño, que es cuando menos comensales solemos tener", ratificó el presidente de la Asociación de Restaurantes de Alicante (ARA), César Anca.
Por lo pronto, con la distribución de esos bonos se pretende conseguir un efecto retorno mínimo de 400.000 euros en el sector, ya que contempla la distribución de 200.000 euros en aportaciones de 25 euros por cada bono con la obligación de realizar un consumo superior al doble de ese importe: 50 euros por servicio. Así quedó establecido en la negociación de las bases de la propuesta entablada por la Concejalía de Turismo que coordina la edil Mari Carmen Sánchez (Ciudadanos), el pasado mes de febrero.