BANYERES. Banyeres de Mariola, su pueblo natal, sino en toda la comarca e incluso en Alicante capital, una enorme conmoción la muerte el pasado sábado 16 de julio, de un empresario señero como lo fue Alfredo Ferre Miró, y no sólo por su actividad empresarial dentro del textil, donde logró a crear un gran emporio, impulsor de puestos de trabajo y de nuevos mercados, llegando entre otros meritoriajes, a la presidencia de Ateval (Asociación de Empresarios Textiles de la Comunitat Valenciana 1996-2000), que lo nombró Presidente Honorario para el resto de sus días; obteniendo también Premio Nacional de la Industria de Moda, Premio Empresarial AITEX, y un largo etc. de galardones; sino como persona dotada de una inmensa y solidaria humanidad, amén de una entrañable animosidad, dedicación y apoyo participativo con la Fiesta de Moros y Cristianos; afición íntima que también supo trasladar a sus hijos y a sus nietos Hugo y Jorge en la filà Moros Viejos. Fue accionista de Alicante Plaza.

Era ya la tercera generación empresarial de la familia que fundara Antonio Ferre Ferre entre 1914 y 1915, y que ahora conducen sus biznietos Alfredo Ferre García y Antonio Ferre Molina, aunque él seguía dirigiendo el grupo de empresas nacidas en la segunda década del siglo XX, empezando por el textil, absolutamente innovador en un Banyeres, un pueblo eminentemente agrícola, y cuya principal industria entonces era el papel, probablemente influida por Alcoy y su comarca, de alguna manera subsidiarias de Catalunya.

De los distintos segmentos fabriles a los que se dedicaban los Ferre, Alfredo, nacido el 10 7-1938, se ocupó en cuerpo y alma al textil como director comercial y encargado de un papeleo exportador de tejidos e importador de materias primas (algodón y lino preferentemente), cada vez más apremiante por el auge que iba adquiriendo el negocio con envíos tanto nacionales como al extranjero. De hecho, los Ferre habían tenido que montar en 1940 la primera línea telefónica que comunicó con inmediatez a Banyeres con el resto del mundo.

Alfredo, quien se integra de nuevo en la empresa (antes ya lo había estado alternando trabajo y estudios) con una excelente formación técnica cursada en Barcelona, se casó con Mari Carmen García Barceló, quien le dio tres hijos: Alfredo, Jorge y Sonia. Como administrador no sólo dinamizó la empresa Antonio Ferre e Hijos, hoy Hilaturas Ferre, sino que, como presidente del Consejo de Administración, incorporó economista y gerente, y en las labores jurídicas, Antonio Ferre Molina, quienes hoy dirigen el grupo empresarial, desde hace décadas tutelado por el patriarca Alfredo Ferre Miró, siempre al pie del cañón, y aunque hubiera podido vivir desahogadamente con lo que heredó de su padre, siempre tuvo presente aquella frase de Rockefeller: “No tengas miedo de renunciar a lo bueno para ir a por lo grande”.