MURO. Alhambra Guitarras ha cumplido 60 años de vida y lo ha hecho convertida en un referente internacional, estando presentes los instrumentos que fabrican en sus instalaciones en Muro hasta en 70 países, y contando con un centenar de trabajadores.

Esta larga y fructífera trayectoria ha sido objeto de una de las conferencias del ciclo 'Alcoy mirando al futuro', que está organizado por el Círculo Industrial, donde tuvo lugar, el Campus de Alcoy de la UPV, la Cámara, Caixa Popular y Alcoy Industrial, de la mano de José Botella, presidente del Consejo de Administración, y Valerià Torregrosa, CEO y director general de la compañía, “una empresa multifamiliar, actualmente con más de 18 socios de seis familias”, como apuntó José, hijo y nieto de los fundadores, encontrándose en la tercera hacia la cuarta generación.

Los orígenes de Alhambra Guitarras se remontan a principios de los años 60 del siglo pasado, cuando Francisco Martínez vio el potencial que podía tener la guitarra y propuso a sus socios del taller de carpintería que tenían en Muro, Ricardo Llorens y José María Vilaplana, crear un prototipo de guitarra clásica española. Y así fue, un primer modelo que resultó un éxito y que comportó el nacimiento de Manufacturas Jachi, que fue creciendo. Fue en 1965 cuando Llorens y Vilaplana, junto a Rafael Insa y Jesús Cuesta, así como José Botella Miró y José Botella Valls fundaron Manufacturas Alhambra, actualmente Alhambra Guitarras, posicionada como un referente internacional en la creación de instrumentos de cuerda de alta calidad. Estos nuevos socios no eran del sector, algunos procedían del textil y con capital alcoyano, si bien vieron el potencial y decidieron invertir. "La media de las pymes es de 24 años y aquí llevamos 60, es motivo de satisfacción".

El 'secreto' de sus guitarras es el resultado de un proceso artesanal que perdura con el paso de los años y que incorpora el uso de "tecnología e imaginación" que sirve para mejorar, pero como explica su director general, "una máquina puede ayudar a ser competitivos, y es importante invertir en maquinaria y tecnología que pueda resolver problemas, pero nosotros mantenemos muchos procesos de manera artesanal".

Desde la selección de maderas nobles como cedro, abeto, ébano, palisandro y ciprés en su punto de origen, al cercano olivo, y secado de manera natural, hasta su estabilizado utilizando técnicas de vanguardia con el fin de asegurar un rendimiento y sonoridad excepcionales, y siempre teniendo en cuenta que no utilizan ni plástico ni materiales sintéticos. Valerià Torregrosa señala que "buscamos las mejores materias primas a lo largo del mundo y seleccionamos pieza a pieza en su lugar de origen", junto a maderas de cercanía como el olivo, destacando la exigencia que tienen a la hora de cumplir las normativas medioambientales y cuentan con una línea de guitarras certificadas FSC 100%, garantía de sostenibilidad.

A lo largo del proceso, cada instrumento pasa por varias etapas de ensamblaje, barnizado y pulido, para después someterse a una afinación y control de sonido meticulosos. Para mejorar la trazabilidad, cada guitarra cuenta con un número de serie único, que certifica su autenticidad y garantiza la calidad y origen de cada pieza.

Así, se suman cuatro conceptos para un resultado extraordinario: artesanía, tecnología, investigación y equipo humano. El centenar de trabajadores, de profesionales, son esenciales en el resultado final, un equipo humano que procede de distintas poblaciones de estas comarcas que también ha ido evolucionando en función de las necesidades del mercado, con una fuerte apuesta de la empresa por la formación y una trabajadores que han querido formarse y que manifiestan su compromiso, citando al maestro luthier como Javier Mengual que encabeza el equipo.

De la guitarra Clásica a la Flamenca o Acústica, a las Profesionales de Luthier, bandurrias y laúdes, cada línea ofrece modelos adaptados a las necesidades y diferentes niveles, así como modelos para zurdos. Unas guitarras que acompañan a una larguísima lista de músicos, como Joaquín Sabina.

Además, la empresa tiene una importante vertiente social y en 2022 se presentó la Fundación Alhambra Guitarras, con el fin difundir y colaborar en el prestigio internacional de la guitarra y apoyar todas aquellas iniciativas y artistas que ayuden a elevar el nivel y dediquen sus trabajos profesionales a este instrumento, y recoge el testigo de las actividades que la firma ha desarrollado a lo largo de décadas.

La Fundación Alhambra Guitarras tiene como objetivo fomentar, impulsar y difundir el mundo de la guitarra española en todas sus vertientes, (clásica, flamenca, tradición…) a nivel internacional a través de diferentes actividades dirigidas a estudiantes, intérpretes y compositores de guitarra con objeto de promover, divulgar y potenciar la cultura guitarrística. Además, ponen en marcha diferentes proyectos musicales, sociales y educativos, que incluyen becas, así como premios.

El acto celebrado en el Círculo Industrial contó con un broche de oro, puesto que el intérprete japonés Sohta Nakabayashi, interpretó cuatro piezas con una guitarra de Alhambra Guitarras, a la vez que pudo verse una exposición de los instrumentos en el salón.

Tanto el director del Círculo Industrial, Indalecio Carbonell, como el coordinador y moderador, Rafael Valls Buitrago, destacaron la importancia que supone para estas comarcas contar con una empresa de estas características, destacando el modelo empresarial familiar y el equipo humano.