EL CAMPELLO. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha emitido una declaración de impacto ambiental desfavorable al proyecto de acondicionamiento de la cala Morro Blanco, en El Campello. La resolución, publicada en el Boletín Oficial del Estado el 5 de septiembre, concluye que las obras supondrían un daño irreversible para los hábitats marinos protegidos de la zona.

La cala, ubicada en el litoral norte de El Campello, presenta desde hace décadas un acusado deterioro por la falta de mantenimiento y las alteraciones sufridas en los años 60 y 70. El plan impulsado por la Dirección General de la Costa y el Mar contemplaba la demolición de antiguos muelles y diques, el dragado de más de 56.000 m³ de arena y la regeneración de la playa con 17.000 m³ de arena nueva, con el objetivo de recuperar la seguridad y el atractivo natural del enclave con una inversión de dos millones de euros. El proyecto pretendía ejecutarse años después de que la cala fuera incluida en el censo de la Generalitat como zona de baño. Estuvo en exposición pública durante el año 2020, en el que ecologistas y vecinos presentaron alegaciones. 

Sin embargo, los informes técnicos alertan de que las actuaciones afectarían directamente a las praderas de Cymodocea nodosa y, de forma indirecta, a la Posidonia oceanica, hábitats prioritarios en la Red Natura 2000. Además, la zona es hábitat de especies vulnerables como la tortuga boba (Caretta caretta), el delfín mular (Tursiops truncatus) y la nacra (Pinna nobilis), esta última en peligro crítico de extinción.

La Generalitat Valenciana, a través de su Dirección General de Medio Natural y Animal, también emitió un informe tajantemente desfavorable, al considerar que el proyecto incumple la normativa autonómica de protección de fanerógamas marinas.

El Gobierno central coincide en la valoración: “No es posible garantizar que el proyecto no genere impactos severos e irreversibles sobre los hábitats marinos protegidos”, recoger la resolución. En consecuencia, el plan no podrá autorizarse en los términos planteados.

Con este rechazo, se cierra la vía administrativa de un proyecto que había despertado expectativas en la localidad por su posible revalorización turística, pero también fuertes críticas de colectivos ecologistas y asociaciones vecinales, que alertaban de los riesgos para la biodiversidad del litoral alicantino.