VALÈNCIA. Las artes escénicas tenían este lunes la mirada puesta en Málaga. La ciudad andaluza acogió ayer la entrega de los Premios Max, una de las primeras grandes citas del sector tras el confinamiento y cierre obligado de salas, una ‘fiesta’ que, aunque sin olvidar la celebración, tenía un tono bien distinto al de anteriores ocasiones. La crisis sanitaria no es cosa del pasado sino del presente, el de unos teatros que, en el caso valenciano, se han mantenido cerrados a cal y canto desde hace meses y que ahora empiezan con no pocas dificultades a tomar el pulso al público, una realidad bien presente en unos premios que dejaron tres manzanas para los profesionales de la Comunitat. Además del Premio Max de Honor al bailarín y coreógrafo Nacho Duato, las escénicas de ‘sello valenciano’ fueron premiadas con el galardón a mejor espectáculo infantil, por Zapatos nuevos, y a mejor autoría, compartido por Josep Lluís -fallecido en 2015- y Rodolf Sirera, por Dinamarca.
El Teatro Cervantes de Málaga se llenó ayer tras haber aplazado su celebración, inicialmente prevista para el pasado mes de junio, un lleno parcial, eso sí, pues solo estaba disponible el 65 por ciento del aforo, una fotografía ya habitual a la que se suma la distancia de seguridad, mascarillas y toma de temperatura, así como la supresión de la alfombra roja, reducida a un photocall para evitar aglomeraciones. La situación excepcional se tradujo en un grito unánime: la cultura es segura. Este fue uno de los mensajes que se repitió durante toda la gala y que también puso sobre la mesa la compañía castellonense Teatre de L’Home Dibuixat, que conquistó el Max a mejor espectáculo infantil por Zapatos nuevos, de Tian Gombau, una pieza que nace en Vinaròs y que forma un paseo por la infancia a través de las experiencias que acumulan sus zapatos. Así, cerraron su discurso con un mensaje a las autoridades sanitarias: “Que nos dejen llenar los teatros tal cual estaba lleno el avión que nos ha traído a Málaga”.
“La pandemia ha dejado las artes escénicas como un queso gruyere, lleno de agujeros”, lamentó por su parte el presidente de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), Antonio Onetti, quien, junto a Juan José Solana, demandó a la administración que se escuche a los profesionales de las escénicas, música o audiovisual, precisamente en un gala dedicada a eso, a la escucha. Y de nuevo un grito: cultura segura. Hora de reivindicar y, también, de celebrar lo mejor del sector. Fue para los hermanos Sirera uno de los grandes premios de la noche, el de mejor autoría teatral por Dinamarca, un premio recogido por Rodolf Sirera que quiso dedicar a la memoria de su hermano, con quien inició esta pieza, una proyecto que “cuatro años después retomé en solitario, pero tenía claro que lo íbamos a firmar los dos”, confesó durante su discurso de agradecimiento. La obra, que transcurre durante los años de ocupación nazi de Dinamarca, cierra la trilogía 'Europa en guerra' de los hermanos, una última pieza en el puzzle que Rodolf Sirera finalizó en homenaje a Josep Lluís.
El sabor valenciano continuó presente en la gala con la actuación de Maduixa y su Mulïer y con la entrega del Premio Max de Honor, que recayó en el bailarín y coreógrafo Nacho Duato. El que fuera director de la Compañía Nacional de Danza (CND) durante dos décadas agradeció el galardón a toda su carrera, aunque advirtió: su carrera “no ha terminado”, un emotivo discurso que cerró con una reflexión: “La belleza no es algo superficial”.
La ceremonia coronó a Jauría como mejor espectáculo de teatro y, en la categoría de intérpretes, a Verónica Forqué como mejor actriz, categoría a la que estaba nominada la valenciana Rebeca Valls, por Las cosas que sé que son verdad, mientras que el premio a Mejor Actor fue para Lluís Homar por La néta del senyor Linh. El palmarés se completó, entre otros, con la medalla de honor de la SGAE a Antonio Banderas, el Premio Max del Público a ¡Viva! o el Premio Max de Carácter Social a la Escuela Municipal de Teatro 'Ricardo Iniesta' de Úbeda. Gran Bolero, de Jesús Rubio Gamo, que cuenta en el elenco con el alicantino Carlos Peñalver, se alzó con el premio al mejor espectáculo de danza.