MURCIA. "¿Pero es que os habéis vuelto locos? ¡Os vais a morir antes de colesterol que del coronavirus!". Las palabras de una cajera de Mercadona, desesperada después de una semana de infarto, en la que los supermercados se han convertido en un territorio comanche, reflejan hasta que punto el temor se ha apoderado de la población en una situación inaudita hasta el momento. Y eso, a pesar de que desde los organismos competentes no han cesado de asegurar que los suministros de alimentos están garantizados.
Sin embargo, la mañana de este sábado, como las del resto de la semana, muchos supermercados tenían largas colas en la entrada antes de abrir y la gente se agolpaba para conseguir los productos más preciados, en especial la carne, y llenaban los carritos de productos como si estuviéramos al borde de una guerra nuclear.
"Esta mañana he entrado a comprar pan a Lidl. He tardado casi media hora en la caja para pagar 0,65 euros", cuenta Enrique. "Delante mía había una familia con cuatro carros. ¡Cuatro! Mientras esperaban su turno iban y venían echando más cosas: seis pastillas de chocolate, cinco champús,... lo que se terciase. ¡Como si no hubiera un mañana!" Este cliente asegura que han pagado 400 euros en la compra y para su sorpresa, "decían que ahora iban al Carrefour. Lamentable".
La expansión del coronavirus, la declaración del Estado de Alarma y el requerimiento de confinamiento ha desatado una especie de locura transitoria en los ciudadanos y el miedo a carecer en algún momento de alimentos y productos de higiene se ha disparado. Como consecuencia, algunos productos se han agotado de forma indefinida, como las mascarillas o los geles hidroalcoholicos. También se ha hecho famosa la escasez que han experimentado esta semana de papel higiénico en algunos locales.