VALÈNCIA. Entre el pasado lunes 10 de julio y miércoles 12 de julio, un iceberg de un billón de toneladas y 5.800 kilómetros cuadrados –uno de los más grandes jamás registrados- se desgajó de la Antártida. La imagen ya ha dado la vuelta al mundo, siendo calificado el desprendimiento como una probable “señal del impacto global del cambio climático”, tal y como comunicaron desde Greenpeace. A pocos kilómetros de donde ahora están puestos los ojos del mundo hace ahora una década se situaba el fotógrafo brasileño Sebastiao Salgado, premio Príncipe de Asturias de las Artes, inmerso en un proyecto que desde hoy se puede ver en la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Con Génesis, un proyecto expositivo que se enmarca en el programa Arte en la calle de Obra Social La Caixa, el fotógrafo da la vuelta a parte del mundo ‘virgen’, aquellas regiones “inalteradas, a las que el progreso o la modernidad no ha llegado”, explicó durante la presentación Miguel González, representante de la obra de Salgado en España; que estuvo acompañado por el director general de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, Enrique Vidal, y el director comercial de Caixabank en la Comunitat, Felipe Pulido.
De esta forma, la muestra supone el resultado de ocho años de expediciones -32 en total- por cinco zonas geográficas en todo el mundo, viajes que le han llevado a la Península Antártica; el Parque de Virunga, en la República Democrática del Congo; las Islas Galápagos, en Ecuador; la península de Kamchatka en Rusia o el Refugio Nacional de la Fauna y Flora del Àrtico en Estados Unidos. Si uno de los objetivos del brasileño es capturar aquellos espacios en los que el hombre no ha intervenido, como el valle entre los volcanes de Tolbachik y Kamen o la cordillera de Brooks, también quiere reflejar la vida de aquellos humanos que no han sido ‘intoxicados’ por el progreso. Así, Salgado convivió durante dos meses con la tribu de los Zo’es, que viven aislados en la selva amazónica y se caracterizan en el aspecto físico por una pieza de madera que les atraviesa el labio inferior. La exposición, comisariada por su esposa Lélia Wanick Salgado, está formada por 38 fotografías en blanco y negro, una oda visual al mundo a preservar”.