Cuando era pequeña fui con mi padre a una corrida de toros y me sorprendió que el público que había ido a ver una gran “figura del toreo” pagando una cantidad importante de dinero acabara abucheándolo y lanzando almohadillas al albero.
Es la manera de manifestar en los toros el disgusto con la “faena”. Me chocó mucho y le manifesté mis sorpresa a mi padre. Yo creía que habíamos ido porque le encantaba ese torero. “Así es”, me dijo, “pero hoy no lo ha hecho bien”. Ahí me di cuenta de lo efímero del éxito y de que las adhesiones no son siempre incondicionales. (Otro día hablamos de los toros y hacer espectáculo de la muerte de un ser vivo.)
Tal y como se preveía, el 40 Congreso del PSOE celebrado este fin de semana en Valencia reafirmó la posición de algunos y descabalgó a otros. En Elche, la ciudad más grande de la Comunitat Valenciana gobernada por un alcalde socialista, se siguió atentamente el congreso. Unos desde allí y otros desde aquí.
La lectura local del resultado, a brocha gorda, podría verse como una batalla perdida para los antiguos “sanchistas” rebautizados como los actuales “alejandristas”. Alejandro Soler era el hombre de confianza de José Luis Ábalos y éste a su vez de Pedro Sánchez. La caída del exministro de Transportes se ha llevado también por delante algunos nombres y en este caso el del político ilicitano, exalcalde de Elche, que salió de la Ejecutiva Federal tras el congreso.
Algunos se frotan las manos pero, los más inteligentes y con memoria histórica, deben estar recordando como ya se daba por amortizado a Soler tras su paso por la alcaldía y la salida de la ejecutiva local socialista y no solo revivió, sino que estos últimos años se había logrado situar en el lugar más alto de su carrera. Hasta el momento.
Estaba en el “roalet” que decimos por aquí. La remontada fue tal que ésta que les habla lo apodó como “El Renacido”. No se si han visto la película de Leonardo Dicaprio pero yo la vi por aquellos días y lo tuve claro.
Soler no solo superaba el haber salido del ayuntamiento y de la ejecutiva local del Partido Socialista en Elche. El exalcalde venía de una denuncia en los tribunales del Partido Popular por presuntas “facturas falsas” mientras estaba en el ayuntamiento, causa que fue archivada algún tiempo después al no apreciarse delito, y la denuncia de su ex mujer por presuntos malos tratos, de los que también acabó absuelto, pero que le ocasionó probablemente los mayores disgustos.
En lo personal, seguro, muchísimo, y en lo político esto derivó en que se le suspendiese de militancia y fuera obligado a abandonar sus cargos como portavoz socialista en la Diputación de Alicante y miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE. El juzgado lo absolvió y a partir de ahí la vida, que es así de inesperada o que a veces las piezas del puzle encajan, tras un periodo transitorio, le dio una gran oportunidad.
Soler supo esperar el momento y estar donde había que estar hasta recuperar la ejecutiva local del PSOE y llegar a Madrid, primero como director del SEPES y después elegido como Diputado en el Congreso.
Este fin de semana se despedía, muy elegante, de su paso por la Ejecutiva Federal y por esta etapa socialista que cerraba el congreso. Ya digo que esos movimientos tendrán sus consecuencias en la agrupación socialista ilicitana, pero aún falta. Alejandro Soler es el secretario general pero, tras el congreso de Madrid, deben venir el resto hasta llegar a las asambleas locales.
Se abre ahora un periodo donde veremos movimientos, cambios de bandos, alguna traición y donde los que saben de qué va esto, dentro y fuera del PSOE, ni dan por muerto a unos ni por vivos a otros