ALICANTE. El formato del autocine revive ahora con más fuerza que nunca a causa de las medidas de seguridad que impone esta ‘nueva normalidad’. Los eventos de ocio y cultura también han tenido que reinventarse para adaptarse a la situación, y fruto de esa reformulación surge Cinemacar, en la zona de Rabasa, que no solo es el autocine más grande de Europa, con el mayor recinto y la pantalla de mayor tamaño, sino que además se plantea con un nuevo concepto de espacio polivalente en el que acogerán conciertos, sesiones de deejays y otras actividades que se irán añadiendo poco a poco a su programación: 45.000 metros cuadrados dedicados al entretenimiento, la cultura y la gastronomía
Al frente del proyecto está Nando Coderch, empresario de la producción de eventos. “Estamos acostumbrados a montar festivales, conciertos y giras, pero siempre habíamos querido hacer un espacio fijo polivalente”, explica. Como empresa de producción, se habían quedado a las puertas de una temporada en la que tenía programados hasta 130 eventos que ahora se han cancelado. “Cuando empezaron a caer todos los bolos, tratamos de buscar la forma de que la actividad no se quedara a cero”, apunta.
Están convencidos del éxito de este modelo de multiespacios donde combinar experiencias, así que no entienden Cinemacar Alicante como una prueba piloto, sino que directamente se trata del escaparate de un proyecto a nivel nacional. Un modelo de negocio que además pretenden fanquiciar. La intención es replicarlo en distintos formatos, en función de las posibilidades que surjan por parte de los interesados. De hecho, ya están en conversaciones con posibles asociados en ciudades como Sevilla, Albacete, Murcia, Valencia o Rivas-Vaciamadrid. “Lo ideal es disponer de un recinto de unos 20.000 metros cuadrados en el que poder solicitar el permiso para actividades extraordinarias y que esté completamente asfaltado”, describe.
“La gente viene cuando está todo montado, pero detrás de eso hay muchas horas de trabajo”, explica. Por este motivo, conocer la industria de la producción de eventos y todo lo que conlleva será clave para involucrarse en una franquicia de Cinemacar, “para poder hablar en el mismo idioma”, explica el impulsor del proyecto. “Es un esfuerzo muy grande, nacido del corazón, así que no queremos que nadie venga a ensuciar la marca”, sentencia.