ELCHE. Actualmente son siete las contratas que tiene la Universidad Miguel Hernández (UMH) para llevar a cabo distintos servicios en los cuatro campus. Están externalizados los servicios de mantenimiento, conserjería, limpieza, jardinería, cafeterías, mantenimiento de instalaciones deportivas y servicios informáticos. Y con algunas de ellas está habiendo problemas en las últimas fechas, ya sea por unos pliegos de condiciones que al tirar por lo barato, acaban saliendo caros, o por empresas que no han estado a la altura de la gestión.
Precisamente desde los servicios informáticos, es decir, el Centro de Atención al Usuario (CAU), empezaron con una huelga de seis días a principios de junio por impagos de la empresa; una huelga que tuvo el seguimiento total en algunos de los días que se convocó y que no se realizó otras fechas previstas porque la empresa acabó pagando. Sin embargo, de todas las fechas planificadas, sigue en pie la del 6 y 7 de julio, ya que a día de hoy aún no han cobrado la nómina de mayo y creen que no van a poder cobrar la de junio, puesto que a Amaranto Eurogroup SL, la empresa que gestiona el servicio, le falta liquidez. De hecho, el dinero que le paga la universidad va directo a Hacienda porque tiene una deuda importante. Están buscando avales para poder cumplir con la plantilla pero no los encuentran.
Se les contrató en julio pero los problemas con la empresa llegaron en diciembre de 2016, aunque para entenderlo hay que remontarse al concurso y el pliego de condiciones. De hecho, con la cantidad de requisitos que se les exigen, es extraño que entraran en quiebra en tan poco tiempo, desde CCOO plantean que puede que mintieran al presentarse al concurso. “El precio de la UMH ya está muy ajustado y las empresas hacen ofertas por debajo”, comenta María Jesús Cuesta, secretaria de la sección sindical de CCOO en la universidad. El problema, prosigue, “es que no tenía clasificación de temeraria”, esto es, una condición que hace que no se puedan presentar ofertas para el concurso por debajo de un porcentaje determinado del precio establecido, porque la gestión del servicio sería inasumible.
Al no estar esa cláusula, la empresa ofreció la mitad del dinero del precio y como la parte económica es lo que más se tiene en cuenta a la hora aceptar una propuesta, fue quien se ganó el concurso —siendo el único sin esta cláusula y por lo tanto sin capacidad para rechazar este tipo de ofertas—. Y todo a pesar de que se preveía que con una oferta económica por menos 50% podía acabar en esta situación. Así que de momento, la huelga sigue convocada para los días 6 y 7 de julio, sin visos de que el asunto mejore y con una decena de trabajadores a los que se les adeuda de momento una nómina.
El otro servicio que estará en pie de guerra de forma inminente es el de mantenimiento, puesto que la empresa, CONCENTRA, está en concurso de acreedores desde hace varios meses, aunque sólo se les adeuda la paga extra. Están recibiendo los salarios mensuales, aunque con atrasos o parcialmente algún mes. De momento, el administrador concursal ya ha informado a la plantilla que no van a cobrar junio salvo que entre dinero. Por este motivo van a empezar las movilizaciones la semana que viene, de lunes a viernes y de 10 a 10:30 para protestar por la situación.
Sus problemas también empezaron en diciembre, y desde que la empresa entró en concurso y hasta que se nombró el administrador concursal, las facturas de la universidad estaban retenidas. Cuando entró este, esas facturas se liberaron, pero como en ese periodo de tiempo los proveedores no le facilitaban material a la empresa porque les debía dinero, la plantilla de no tenía material para trabajar, así que la UMH está contratando esos trabajos fuera, con material y personal externo. Una jugada que como los propios trabajadores afectados denuncian, está generando tensión porque los usuarios se les quejan de que no realizan sus funciones. Y para más inri, esos contratados de fuera “llaman a la plantilla cuando hacen mal las tareas o dejan las cosas hechas a medias”, denuncia Cuesta. Con el obvio cabreo de la veintena de empleados afectados, piden a la empresa que les suministre material porque hacen lo que pueden con las pocas cosas que tienen. “Se sienten humillados”, asevera la sindicalista.
Dado el embrollo, desde hace dos meses se está planteando la cesión de la contrata a otra empresa que está interesada en quedarse con el servicio; un servicio que finaliza en noviembre y al que queda un año de prórroga. La idea de esta era que la UMH se comprometiera a darle el año de prórroga porque no le interesa meterse sólo para tres meses. Pero como legalmente la universidad no lo puede hacer, si de aquí a noviembre funciona bien en el hipotético caso de que se dé la cesión, tendrían dicha prórroga. El temor de la plantilla con esta situación es que en estos tres meses, se les exija mucho para poder quedarse con la prórroga, ya que les ha pasado en otros cambios de contrato. Por su parte, la universidad está de acuerdo con la opción de la cesión, aunque falta la resolución rectoral para que se ejecute la operación. Además, como están bloqueadas las facturas hasta que el juez resuelva si se puede descontar una parte por los usos externos que se han hecho, dicha resolución está supeditada a esto. Otra opción sería un nuevo pliego, pero es un trámite más largo —la UMH ya lo tenía preparado en febrero con carácter de urgencia, pero lo guardó al aparecer esta nueva empresa—. Actualmente, en todo el país sólo quedan 70 trabajadores de Concentra tras su entrada en concurso, que se dio tras la entrada en la misma de un grupo lituano-ruso.
Por otra parte, no es la primera vez ocurren problemas similares con las contratas de servicios de la Universidad Miguel Hernández. Hace algo más de dos años hubo huelga en la cafetería de Altabix por impagos de salarios y cambios de horario —la universidad adjudica el servicio y la contrata lo gestiona internamente como quiere— o protestas en conserjería por miedo a que no se les subrogara, porque no figuraba en el contrato del nuevo pliego. Y hasta hace tres meses en Fissa, la empresa que gestionaba limpieza hasta ahora que ha entrado EULEN, había nóminas erróneas, no se cubrían bajas ni vacaciones y el trabajo se repartía entre la plantilla, exhausta.
Ahora con el nuevo convenio han entrado en vigor las cláusulas sociales para dichas plicas, en las que se ha de cumplir el convenio y ahora las empresas presentan un informe a la universidad cada mes para que esta compruebe que se están respetando los derechos laborales y que se realiza el trabajo estipulado; hay un control. Como indica Cuesta, “nuestro objetivo desde el sindicato es llevar estas cláusulas sociales a todos los pliegos de los concursos para evitar estas situaciones”. No obstante, apuestan por que estos servicios sean de gestión integral de la institución, es decir, trabajadores públicos, puesto que inciden en que “se prestan servicios esenciales”.
Por otra parte, el jueves se concentraron en Rectorado miembros del PAS, además del propio Rector y otros Vicerrectores, para reivindicar la inclusión del Personal de Administración y Servicios de las Universidades en el proceso de estabilización y reducción de temporalidad que el Gobierno se ha comprometido a llevar a cabo en los próximos años en las Administraciones Públicas del Estado. Los sindicatos denuncian que la exclusión de este colectivo, sometido a nivel estatal a un 26% de temporalidad (que alcanza un 48% en la UMH), supone mantener en situación precaria a un elevado número de trabajadoras y trabajadores con condiciones laborales inferiores a sus compañeros funcionarios de carrera.