VALÈNCIA. Les Arts seguirá siendo "excepcional" y su próximo director artístico cobrará más que el president de la Generalitat, "acorde a la realidad del mercado internacional". El Gobierno del Botánico ha optado por no eliminar esa condición con respecto al anterior Ejecutivo y a la realidad económica de la Autonomía. Esa es la idea más destacada de la crucial reunión del Patronato de la Fundación Palau de Les Arts Reina Sofía celebrada en la tarde del miércoles, en la que se aprobó la propuesta de nuevos estatutos [el Consell la validará en breve] y que culminó con la comunicación de estos.
La Generalitat quiere reescribir el futuro de Les Arts y, sí, quiere que otras disciplinas circulen en torno a la ópera, pero la ópera será "la punta de lanza. Queremos hacer una grandísima programación de ópera y que ésta lidere el conjunto de actividades. Todas ellas tendrán que tener un mismo relato y queremos que todas las artes que conforman la ópera [la música, el teatro, la danza, las escenografías...] excedan" sobre su papel actual. Esas son las palabras del conseller de Educación, Investigación, Cultura y Deporte, Vicent Marzà, que trató de definir la idea de que Les Arts se abra a otras disciplinas: "que cada una de ellas tenga su momento, su espacio, pero partiendo de la base de que el objetivo final es la ópera". Una programación ampliada"para que ésta sea más excelente" y porque "hay espacio suficiente para todas ellas".
Para dominarlas a todas, para hacerse cargo de su programación, un director artístico escogido de un "concurso internacional": "un artista. Si pretendemos que sea una ópera de excelencia, ha de estar acorde a los precios de mercado", completó Marzà y asintió ante las cifras cercanas a los 130 y 150.000 euros de los responsables homónimos del Teatro Real y el Liceo de Barcelona. Sus referencias para la propuesta de estos nuevos estatutos. Pues bien, preguntado por este asunto el
La "excepcionalidad" económica no estaba en el guión del Botánico
"El sector público tiene unas directrices que tenemos que cumplir todos y las directrices de altos cargos, en este caso, son las que son. Hablo de lo que tiene que cobrar un alto cargo [de la Generalitat] que tiene que hacer una dirección artística como ésta, y esto lo estamos aplicando en todos los espacios y habrá que aplicarlo en todos los espacios. Que la voluntad del sector es que haya una excepcionalidad en estos espacios... la situación no es la más boyante económicamente ni financieramiente". La respuesta pertenece al secretario autonómico de Cultura, Albert Girona, en la rueda de prensa en caliente que realizó en su despacho la tarde de la abrupta dimisión de Davide Livermore.
No cambiamos de portavoz –y es quien ha comandado la relación con Les Arts desde la Conselleria durante los últimos dos años y medio–; rebobinamos hasta febrero: "es un debate que compartimos con toda Europa y en el que el mercado apunta a que estos profesionales pueden cobrar mucho en otros países o en entidades privadas, pero, para nosotros, es cierto que no puede cobrar más que el president de la Generalitat. Ahora mismo sí es así, porque hemos heredado esos contratos. Livermore cobra en torno a 135.000 euros y el president ronda los 70.000, creo. Ese debate es importante, pero económicamente este país da lo que da y hay que ser conscientes de que hay gente cobrando un jornal de 700 o 900 euros por un empleo completo".
La excepcionalidad económica no estaba en el guión. Sí durante la etapa llamada de "transición", por la que Cultura había aceptado las condiciones de Livermore hasta agotar su contrato (2019) y lanzar la reorganización de Les Arts ahora activada. Pero no ha sido así. Desde la semana pasada, en algún momento, la crisis derivada de la ópera valenciana ha hecho que esos principios cambien. Marzà advirtió que "no habrá un salario fijado en el concurso". Fuentes del Patronato dan a entender que será una búsqueda del candidato idóneo y, posteriormente, se negociará con respecto a los valores de mercado que estarían próximos a la remuneración de Livermore o los responsables del Real o el Liceo (por cierto, el Liceo es un consorcio cuya figura pública e implicación del entramado civil y empresarial marca una importante distancia con la idea de fundación).
Los 4 objetivos de los nuevos estatutos de Les Arts
Marzà ha confiado el futuro inmediato del coliseo “al equipo de la casa” y con la programación de la presente y parte de la próxima temporada cerradas, el Patronato ha contestado a la situación de crisis con "la hoja de ruta de cómo va a funcionar Les Arts". Ante todo, según se deriva de la propuesta de estatutos del Patronato, "será un espacio operístico de referencia. Como lo ha sido hasta ahora y que vaya más allá". Para ello se marca cuatro objetivos esenciales a partir de su nueva gestión (de 'tres cabezas'):
1. Consolidar la excelencia y calidad de Les Arts en el panorama internacional. Se insiste en que el coliseo ha de ir "a más" en este sentido.
2. Promover el mecenazgo en Les Arts. Actualmente la Generalitat financia el 90% de su actividad. Se pretende que la programación aumente en la ópera y otras disciplinas, pero el Gobierno valenciano quiere que el incremento restante llegue del Estado –que apenas aporta 600.000 euros actualmente– y de los mecenas. La modificación estatutaria abre esta puerta, aunque la futura Ley de Mecenazgo autonómica lo hará todavía más con desgravaciones y complementos fiscales. Además se materializará el Consejo de Mecenazgo. Aunque Marzà habló de crearlo, lo cierto es que estatuariamente ya existe. Eso sí, nunca ha sido conformado.
3. Dotar de más estabilidad al funcionamiento de todo el equipo que forma Les Arts. Marzà quiso destacar "la calidad e implicación de los trabajadores", por lo que entendió este punto como una respuesta "desde los estatutos" frente a las situaciones de inestabilidad de sus cuerpos de trabajadores.
4. Fomentar apertura a la sociedad y a la "profunda tradición musical". En este sentido, se quiere que Les Arts esté verdaderamente abierta a otros agentes musicales del territorio y a la sociedad. Algo que Marzà destacó ya se venía haciendo durante los últimos años, aunque ahora refrendado y aupado desde los estatutos.
Cómo quieren hacerlo: las 'tres cabezas' de Les Arts
El objetivo es "tener la estructura de un coliseo público europeo". Marzà hizo referencias en su alocución al Real y al Liceo, para concretar aún más el modelo. Con "una dirección artística de excelencia europea". El concurso que se lanzará y cerrará en el primer semestre de 2018 busca a candidatos "con excelencia a nivel internacional y en sintonía con estos estatutos". Es fundamental para conseguirlo lograr "una programación estable en Les Arts. La ópera es la punta de lanza, pero incluso hay que dar un paso más: tenemos otros espacios y pueden tener una programación estable y sostenible que llegue al conjunto de la sociedad".
1. Para ello pondrán un en marcha un sistema tricéfalo. El presidente del Patronato será una figura sin remuneración, de 'nueva creación' y no será político. El president de la Generalitat mantendrá su cargo de presidente de honor, pero habrá una cara visible que reunirá un aspecto funcional en el patronato y una competencia de representación social en otros ámbitos. Se busca despolitizar el órgano de gobierno aunque, más allá de su figura, el resto de sillas sigue estando ocupada al 100% por representantes del Gobierno en Les Corts. Las otras dos nuevas figuras en ese equipo podrían llegar del Ministerio de Cultura y del INAEM si aceptan formar parte del Patronato.
2. La dirección general se abrirá a partir de la aprobación de los nuevos estatutos. Se encargará de la gestión económica y del funcionamiento. Un cargo tan similar al de Francisco Potenciano en la actualidad que nadie da por hecho que cambie de manos. Eso sí, con funciones reformuladas para acoplarse a la ausencia de un 'súper intendente' al estilo de Helga Schmidt o Davide Livermore. Será elegido por el propio Patronato, sin concurso público abierto.
3. Un director artístico: de esta figura se busca liderazgo y coordinación de la propuesta artística "para todos los usos y programación de Les Arts". Es decir, ópera, pero también del resto de disciplinas. La convocatoria cumplirá con el Código de Buenas Prácticas en la Cultura Valenciana, en el que solo parece cuestionable el punto 1.f (valores éticos): responsabilidad y conciencia de la austeridad. ¿La razón? El techo salarial lo marcará el mercado.
El director artístico será elegido por una comisión. Los criterios de su formación ya se recogen en ese código de referencia, pero incluirá a "expertos en la materia a nivel internacional". Se especula que desde Cultura se le haya ofrecido participar a Plácido Domingo. Elija quien elija, las candidaturas deberán de cumplir con los siguientes requisitos:
-Experiencia en la gestión escénica internacional.
-Conocimiento del sector.
-Proyecto artístico (operístico y global para todos los espacios y objetivos de Les Arts).
Las funciones del director artístico elegido para los próximos cuatro años serán:
-Elaborar una propuesta de programación de excelencia.
-Promover ópera, música, escénicas y conectarla con los sectores educativos, sociales y culturales.
-Y, todo ello, con dos objetivos claros: velar por al coherencia artística del complejo y democratizar el acceso a la cultura.
La creación de un Consejo de Programación también es una novedad de los estatutos. No tendrá poder decisivo, pero sí revisará la propuesta artística del director. Nadie cobrará por esa labor tutorial y se nutrirá de agentes expertos de las artes en la Comunitat.
Más sobre Les Arts (a partir del cambio de estatutos)
La jerarquía propuesta por el Patronato que preside Ximo Puig sería la siguiente:
ÓPERA
+ Orquestra de la CV
+ Centre de Perfeccionament Plácido Domingo y Cor de la Generalitat
+ Ballet de la GVA y Teatro del Pueblo Valenciano.
La Conselleria de Cultura es consciente de la necesidad de una mayor entrada de capitales para mantener la ambición de excelencia y calidad de Les Arts. Sin embargo, financiando actualmente el 90% de su funcionamiento con un gasto muy destacado del presupuesto total de la Generalitat a los servicios culturales de todo el territorio, ha decidido que las dos vías de ingreso a explorar son el Ministerio de Cultura y la inversión privada. Para la primera de las variables llevan trabajando desde su entrada en el Gobierno valenciano. Se desconoce si el propio ministro, el secretario autonómico de Cultura o los responsables del INAEM van a integrarse finalmente en el Patronato. Ese sería el primer paso destacable. De la segunda variable, hay una serie de estrategias que se confían en torno al proyecto de mecenazgo propio y al derivado de la próxima ley autonómica.
La interpretación de Cultura al desmán de Livermore y la reacción de Domingo
Este martes, el conseller Marzà se reunió con el tenor Plácido Domingo. Éste había mostrado su desazón por la salida de Livermore, a quien decidió acompañar en su rueda de prensa de despedida. El responsable de Cultura del Consell entabló una conversación "cordial" y le transmitió al veterano intérprete su intención de continuar contando con él, además del "orgullo de que el Centre de Perfeccioanment lleve su nombre". Marzà puso en valor este órgano "que nos diferencia de otros centros y al que debemos potenciar también por ello". Mientras que desde Cultura se ha afeado públicamente a Livermore por el uso que ha hecho de Domingo para reforzar su salida, lo cierto es que se ha generado una aproximación casi estratégica a su figura por otra parte. Se ha pasado de un discurso distante con "una persona que viene de fuera" [aunque fue dicho en el contexto de que llegaba de fuera justo en ese momento y no conocía la situación generada] a ser "una persona importantísima para nosotros".
Marzà se deshizo en elogios con él con frases como la última. "Es un privilegio poder hablar con él de la continuidad del Centro de Perfeccioanmiento. Él es especialmente importante para nosotros, por si alguien había tenido alguna duda al respecto. Queremos que continúe nuestra colaboración de forma muy activa". Sobre su implicación en los consejos e incluso preguntado por la posibilidad de que fuera el presidente del Patronato, Marzà mostró su deseo, pero trató de recordar la agenda y compromisos del tenor. Algo que, en el sentido práctico y pensando en esa figura de representación también institucional, prácticamente lo descartan.
Marzà mantuvo la distancia en torno a lo acontecido durante los últimos días con Livermore. Preguntado por sus declaraciones en el diario ABC, el conseller aseguró que todo lo sucedido desde su dimisión "no responde a la normalidad con la que habíamos trabajado. No puedo compartir sus palabras. Ha hecho una labor artística muy importante que le reconocemos, pero no puedo valorar positivamente la forma en la que ha dimitido y se ha ido". Sobre su comentario acerca del valenciano, quiso responder que "las referencias lingüísticas y culturales que ha hecho duelen, no gustan nada y la mirada que tenemos nosotros es una mirada de un territorio con diferentes lenguas, todas ellas puestas en valor". Mostró su incomprensión ante la idea de buscar "un choque cultural. No se puede confrontar a la cultura popular con la excelencia, porque todo es cultura y sin una no llegaríamos a la otra. Nuestra apuesta por la cultura es clarísima, por eso no entro a valorar la forma en la que se ha marchado porque no es ni la de este Gobierno ni la mía en particular".