VALÈNCIA. Eurocaja Rural, que hasta el mes de abril del pasado año se conocía como Caja Rural-Castilla La Mancha, acaba de cumplir su primer año en València tras su desembarco en la primavera pasada, tal y como avanzó este diario entonces. La entidad presidida por Javier López Martín ha llevado a cabo un ambicioso plan de expansión por toda la Comunitat Valenciana, que se va a extender hacia la Región de Murcia, y que alcanza a una veintena de sucursales.
Valencia Plaza quiso conocer la valoración de los responsables de la tercera caja rural española de este primer año en tierras valencianas, además de sus planes de expansión y otras cuestiones. Y fue su director general, Víctor Manuel Martín López, el que atendió amablemente la llamada de este diario. A continuación la charla mantenida
-¿Qué balance hace de su primer año de actividad en València?
-El balance es muy satisfactorio. Estamos tremendamente orgullosos y abrumados por la excelente acogida brindada a Eurocaja Rural en Valencia y, por extensión, en toda la Comunitat Valenciana. En mayo de 2018 inauguramos nuestra oficina en la capital valenciana, nuestro 'buque insignia' de la expansión por el Levante. Un plan de expansión que iniciamos a finales de 2017 y que califico como ilusionante, sensato e imparable. Hemos abierto oficinas en las tres capitales de provincia, pero también en pequeños municipios donde ya no quedaba nadie, donde se habían marchado todas las entidades financieras.
-Tal vez ese haya sido otro de los motivos del éxito en la implantación de Eurocaja Rural por estas tierras...
-Así es porque el público quiere que alguien le ofrezca los servicios financieros que necesita. No basta con dejar un cajero y que los clientes se apañen, porque hay algunos que no saben y otros que simplemente no quieren. En Eurocaja Rural hay muchísimos clientes que no pisan las oficinas porque solo utilizan los canales digitales, pero saben que siempre van a tener a su disposición a una persona que les va a atender como se merecen. Esa es nuestra gran diferencia competitiva. Todos merecemos un trato directo, comodidad, disponibilidad, cercanía... y eso es lo que cada día proporcionamos en Eurocaja Rural.
-¿Qué datos nos puede aportar del negocio que mueven en toda la provincia valenciana (empleados, oficinas, activos bajo gestión…)?
-Eurocaja Rural cuenta ya con 11 oficinas en la provincia de València. A saber: València capital, Mislata, Silla, Almássera, Vinalesa, Camporrobles, Quart de Poblet, Masarrochos, La Pobla de Vallbona, Alcántara de Júcar y Aldaia), y un total de 16 profesionales, que ofrecen el asesoramiento y el trato especializado que merecen nuestros socios y clientes. Nuestro objetivo en la provincia es contribuir a propiciar el desarrollo y la dinamización del territorio en base a los principios que caracterizan el 'Ruralismo': cercanía, confianza y compromiso. En este sentido, hemos llevado a cabo recientemente la rúbrica de una operación de préstamo con el Ayuntamiento de València por importe de diez millones de euros, que está destinada a la amortización y cancelación anticipada que posibilitará reducir la deuda municipal y financiar importantes inversiones en la capital. Esta firma corrobora nuestro compromiso activo y nuestra vocación de servicio con las Administraciones Públicas, además de nuestra implicación por responder a los requerimientos financieros del Consistorio valenciano.
-¿Cuántas oficinas tienen abiertas en toda la Comunitat y qué planes de aperturas tienen?
-Eurocaja Rural cuenta ya con 23 oficinas en toda la Comunitat Valenciana (11 en la provincia de València, 11 en Alicante y 1 en Castellón), y un total de 32 profesionales para responder a las necesidades de nuestros socios y clientes. Son cifras muy relevantes si tenemos en cuenta que llegamos a finales de 2017. La Comunitat Valenciana es estratégica para Eurocaja Rural por estar entre las más dinámicas y que contribuyen de manera más decisiva a la prosperidad de nuestro país. Eurocaja Rural ha querido llevar a estas zonas los valores que nos definen e identifican -hoy perdidos en el sistema financiero español- como el orgullo del origen, cercanía, humanidad, confianza, innovación, humildad, compromiso, solidez, seguridad, solvencia, tranquilidad, transparencia y futuro. En plena crisis económica, cuando otras entidades cerraban oficinas y realizaban traumáticos recortes en sus plantillas, Eurocaja Rural emprendió un ambicioso plan de expansión para que ningún ciudadano dejase de tener servicio financiero, por más pequeña y alejada que estuviera su localidad de los principales núcleos de población.
-¿Dónde están centrando sus esfuerzos actualmente por esta zona?
-Actualmente hemos centrado nuestros esfuerzos en el Levante y estamos estudiando la posibilidad de abrir en varias poblaciones de la Región de Murcia, además de seguir ampliando nuestra red comercial en Castilla-La Mancha y haciendo también hincapié en la Comunidad de Madrid. En lo que a la Comunitat Valenciana se refiere, le puedo anticipar que próximamente abriremos puntos de venta en diversas poblaciones de la provincia de Alicante como Tibi, Novelda, Monóvar y Muro de Alcoy; mientras estamos estudiando dar continuidad a este proyecto de expansión en otras zonas del territorio.
-Mientras el sector bancario sigue desapalancándose a golpe de EREs y cierres de oficinas, ustedes han abierto no pocas oficinas en la Comunitat Valenciana. ¿Dónde reside la clave de ir a contracorriente?
-Nosotros buscamos el equilibrio entre lo que supone prestar un servicio y la lógica rentabilidad que revierten las oficinas. Es obvio que, como cualquier entidad o empresa, debemos tener en consideración la rentabilidad que proporcionan, pero no es el único valor que nos importa. Somos una entidad de economía social, en nuestro ADN está grabado a fuego revertir en el territorio donde actuamos los beneficios que obtenemos. La cercanía y la atención personalizada es otro de los conceptos que definen nuestra forma de actuar. No he escuchado a nadie que se alegre de que le cierren una sucursal. Por eso lo que nosotros hemos hecho es abrir muchas oficinas en estos años, de forma prudente, empleando los recursos con los que contábamos de la forma más eficiente posible. Hemos extendido nuestra red comercial, contribuyendo a generar riqueza y empleo con nuevas oficinas, y a proporcionar el asesoramiento profesional que merece la gente, independientemente de que viva en pequeños municipios o grandes ciudades. Hemos sido pioneros en fijar población y evitar el despoblamiento. Si hay una entidad en España que se ha preocupado por ello se llama Eurocaja Rural.
-Y todo ello bajo una política de estricta prudencia...
-Así es porque a nosotros lo que nos gusta es ser prudentes e insisto en ello: la prudencia es una estrategia que no brilla, pero que haciéndola perdurar en el tiempo es poderosísima. Esto se ha visto en nuestra entidad y eso es lo que no vamos a traicionar. Nos gusta estar en los pueblos y ciudades y estar volcados en el cliente. Uno de los datos que presentamos, y que a lo mejor no tiene tanta importancia como el beneficio, es que somos la única entidad financiera que existe en 45 localidades. Eso lo que significa es que la gente quiere, demanda y necesita un servicio humano. El problema es traicionar esa humanidad a cambio de beneficios, cerrar oficinas o despedir gente en pos de una cuenta de resultados mucho más brillante. Por desgracia, eso es lo que se ha producido en el sector financiero en estos años pasados. Pero en Eurocaja Rural tenemos muy claro que no vamos a traicionar al cliente ni a nuestra misión, que es servir de soporte financiero allí donde se nos necesite.
-¿Qué planes tienen para la Comunitat Valenciana?
-Nuestra intención es tener cada vez más presencia en la zona y llevar un modelo financiero diferente a lugares que han sido abandonados por la banca. Haciéndolo sin prisas, pero sin pausas, y siempre con la prudencia y el saber hacer que nos caracteriza. En la Comunitat Valenciana existe un gran dinamismo a nivel de inversión crediticia, más solicitudes de operaciones de financiación. También hay un tejido empresarial muy poderoso. Por eso queremos tener presencia en nuevos territorios ofreciendo un servicio financiero absolutamente diferente. A nivel institucional, y desde el primer momento, las Administraciones Públicas (Ayuntamientos, Diputaciones, Generalitat) nos han recibido con los brazos abiertos, hecho que agradecemos y así se lo hemos manifestado en nuestros encuentros institucionales que hemos mantenido, en los que hemos trasladado igualmente nuestra plena implicación y vocación de servicio con el territorio.
-¿Y a nivel particular?
-A nivel particular, le puedo detallar que además de la operación mencionada con el Ayuntamiento de Valencia, hemos suscrito con el Consistorio de Alicante otra operación para la contratación de un préstamo a largo plazo de más de 8 millones de euros para inversiones municipales sin límite temporal en 16 importantes proyectos destinados a los barrios de la ciudad... Nuestro compromiso con el territorio valenciano es el de acercarles nuestro modelo de negocio de forma cercana, profesional y con vocación de servicio, llegando a más personas, huyendo de la exclusión financiera y el cierre sistematizado de oficinas por parte del resto del sector. En este sentido, puedo indicarle que hemos experimentado una evolución progresiva y muy positiva en todos los apartados relativos a incremento de clientes, inversión crediticia o recursos gestionados en la zona del Levante. Nuestro objetivo a diez años vista es llegar al 50% del territorio nacional. Nos gusta estar en los pueblos y ciudades, pero sobre todo volcados con el cliente.
-El pasado año presentaron unos resultados con mejoras en todos los ratios para mantenerse como la tercera caja rural del país. ¿Lograrán batirlos este ejercicio?
-El pasado año superamos todas las previsiones. La evolución en las cuentas estuvo marcada, entre otros factores, por la mejora y consolidación de los ingresos recurrentes y el uso eficiente de los recursos disponibles; por la optimización de los costes de explotación; la enorme fortaleza en los indicadores de riesgo, con una tasa de mora que descendió al 2,59% (frente al 5,82% de la medio del sector financiero) y una tasa de cobertura que se situó en el 124,37% (frente al 59,55% del sector), consolidándonos como una referencia a nivel nacional de las mejores prácticas sectoriales en la gestión del riesgo de crédito; unos consistentes ratios de capital total y CET1, ambos coincidentes, del 17,05%; y que arrojó un Activo total de balance al cierre del ejercicio de 7.782 millones de euros (incremento de 404 millones de euros), manteniendo a Eurocaja Rural sólidamente como la tercera caja rural del país.
-Y además contribuyendo a estimular la economía real, es decir, prestando a particulares y pymes...
-Cierto es porque contribuimos a estimular la economía real mediante la inversión crediticia bruta, que se incrementó un 6,43% hasta los 3.605 millones de euros. Sólo el ejercicio pasado concedimos 18.009 operaciones por algo más de 1.000 millones de euros, pese a la caída media del sector en el conjunto de estas operaciones. Pero más allá de estos datos tan positivos, yo creo que el foco no hay que apuntarlo tanto a los beneficios como a mantener firmes aspectos como la seguridad, la solvencia o a estar fuertemente saneados. Esto no es una carrera de velocidad, sino de resistencia. El objetivo es que la entidad perdure en el tiempo, tener los pilares fuertes para vivir el presente con tranquilidad y el futuro con optimismo.
-¿Qué papel juegan en todo esto los clientes?
-Un dato muy relevante para nosotros lo constituyen los clientes. Una empresa o entidad que crece en clientes es una entidad viva y sana. Por eso en un ejercicio complejo como el pasado, crecer en 28.000 clientes es un buen dato, el mejor. Se ha crecido en balance, en inversión, en operaciones concedidas, en recursos gestionados; ha bajado nuestra morosidad y subido nuestra cobertura; nuestros recursos propios cada vez son más solventes y hemos crecido en 23 oficinas nuevas... Pero lo importante es que 28.000 nuevas personas han pisado una oficina de Eurocaja Rural, y ya forman parte de esta gran familia. Aquí debemos cumplir con nuestra propuesta de dar valor al cliente y nuestra obligación de responder y estar ahí cuando nos necesiten. Más de 440.000 clientes confían ya en nosotros, por lo que nos sentimos muy agradecidos a la vez que responsabilizados por todo lo que comporta.
-A grandes rasgos, ¿cuál es la historia de Eurocaja Rural?
-Eurocaja Rural es una sociedad cooperativa de crédito, caja rural, libre e independiente, y desde hace varios años ya no pertenecemos al llamado Grupo Caja Rural. No obstante, nuestra entidad está asociada desde hace años a la Unión Nacional de Cooperativas de Crédito (UNACC), que es la patronal del sector de cooperativas de crédito en España y ostenta su representatividad a nivel institucional. Se constituyó en 1970 sobre la base de la asociación libre, pueden formar parte de ella todas las sociedades cooperativas de crédito de nuestro país, y nosotros formamos parte de la misma porque estamos comprometidos con el modelo de banca cooperativa, sus principios y valores, y porque entendemos que se trata de un modelo que ha demostrado que funciona y mantiene fuerte al ecosistema financiero español.
-¿Cuál es su visión sobre el modelo cooperativo?
-El modelo cooperativo está muy vigente, y lo seguirá estando durante mucho tiempo, porque es una magnífica fórmula para gestionar en común iniciativas y proyectos de calado. El cooperativismo hay que defenderlo a ultranza, y en Eurocaja Rural lo hacemos, sea en épocas de crisis, donde por cierto ha demostrado que es el que mejor resiste, o en las de bonanza, donde también realiza una magnífica gestión, en general prudente.
-¿Atisba a corto/medio plazo nuevas concentraciones en el sector cooperativista a la vista lo que está sucediendo en la banca?
-Que cada uno haga lo que deba, lo que sepa o lo que necesite hacer. Nosotros estamos a lo nuestro: crecimiento orgánico, que se nos da muy bien; ir expandiéndonos en territorio, creando nuevos puestos de trabajo, llevando el servicio financiero humano muy cerca de las personas que se sienten abandonadas por las entidades financieras... Eurocaja Rural se centra en cumplir los objetivos que tiene marcados. Las fusiones son un asunto que ni nos va ni nos viene. Las Cuentas Anuales y el Informe de Gestión correspondientes al ejercicio 2018 fueron aprobados por unanimidad. Los números nos avalan, reflejan la fortaleza de nuestro modelo de negocio, por lo que no nos preocupan las concentraciones que puedan producirse.
-Pero lo que es un hecho es que estamos en momento histórico de 'tipos cero'...
-Es cierto que estamos en entorno muy competitivo, desafiante, con un nivel de tipos de interés históricamente bajos, que muchas entidades han sufrido el riesgo reputacional por sus actuaciones, pero nosotros no hemos recibido ni un solo euro de ayudas públicas de nadie, sino al contrario: hemos contribuido mucho a través del Fondo de Garantía de Depósitos y otros instrumentos para salvaguardar el sector financiero. Nuestro deber y responsabilidad es estar centrados en lo nuestro, y en eso estamos implicados.
-En abril de 2018 cambiaron el antiguo nombre de Caja Rural Castilla-La Mancha por el actual de Eurocaja Rural, ¿qué les llevó a ello? ¿Ha calado entre sus clientes?
-Nos ha ido fantásticamente bien. Efectivamente, en abril del pasado año la Asamblea General Ordinaria aprobó por aclamación y unanimidad de los socios el cambio de denominación e imagen de la Entidad. Caja Rural Castilla-La Mancha pasó a denominarse Eurocaja Rural, iniciando una nueva etapa que perdura hasta nuestros días. 2018 fue un año importante porque se gestó el cambio de nuestra denominación social. Nació una nueva marca, Eurocaja Rural, que no ha supuesto en modo alguno una ruptura, sino un avance, una evolución, porque si por algo destaca esta Entidad a lo largo de los años es por su continua transformación y agilidad para adaptarse a los nuevos retos que se plantean.
-¿Cómo se gestó la estrategia de cambio de nombre?
-Esta estrategia de cambio de denominación se gestó durante más de un año y fue de producción propia, fruto de un proceso de reflexión, trabajo, dedicación y esfuerzo de todo el equipo de profesionales de la Entidad. Expresa nuestro ánimo de estar más cerca de los clientes y obedece a la necesidad de cubrir esa demanda de oficinas en zonas a las que nadie llega. Es un cambio que nos permite romper determinadas barreras territoriales, que nos evita riesgos reputacionales ligados al sector, y que nos da un término más neutro de llegada a nuevos mercados y clientes. Creo que ha sido un éxito y ha calado rápido en la sociedad.
-¿De qué salud goza el ‘ruralismo’, término que acuñaron ustedes?
-'Ruralismo' es un término que representa nuestra forma de actuar y nuestra forma de ser, y que aúna valores como solidez, confianza, personalidad, cercanía, compromiso, seguridad, innovación, humanidad, transparencia... y, por supuesto, futuro. Este concepto, unido a nuestro cambio de marca, se produce principalmente para atender lo que hoy es una realidad social: el abandono del servicio financiero y el traumático cierre de sucursales de espaldas a las necesidades de los clientes. Si bien es cierto que los clientes hoy día frecuentan menos las oficinas, en Eurocaja Rural se tiene perfectamente identificada la necesidad e importancia del espacio físico y la cercanía con el cliente que ofrecen las oficinas para aportar valor a esta relación, y poder atender mejor las necesidades de su día a día. El término goza a mi juicio de una excelente salud, y cada vez está más arraigado en los clientes, socios, medios de comunicación y sociedad en general.
-Durante los últimos meses, Eurocaja Rural han llegado a acuerdos con empresas aseguradoras de relevancia, como Santalucía o Mutua Madrileña. ¿Cuál es el objetivo que persigue la Entidad con estas alianzas?
-Nuestro objetivo es complementar la oferta de productos y servicios propiamente financieros que proporcionamos y responder a las necesidades que los socios y clientes nos trasladan en materia aseguradora. Llegar a acuerdos con empresas aseguradoras líderes en esta actividad de negocio como Santalucía o Mutua Madrileña nos permite diversificar y mejorar la calidad de nuestra ya de por sí amplia oferta de productos y servicios, y a las propias empresas aseguradoras llegar a mayores potenciales clientes, ya que se comercializan en toda nuestra red de oficinas, una de las mayores del centro de España. Es un acuerdo que beneficia a las partes y, sobre todo, a nuestros clientes, a quienes nos debemos en primera y última instancia.
-Por último, ¿qué aportación ha realizado la Fundación Eurocaja Rural el último ejercicio y cómo valora su trabajo?
-La Fundación Eurocaja Rural es el corazón de nuestra Entidad. Como cooperativa de crédito que somos, nos enorgullece la labor que desarrolla promoviendo actividades de emprendimiento, innovación y competitividad empresarial; fomentando la retención del talento joven; aumentando el apoyo a la gestión de las asociaciones; mejorando las competencias de comunicación de los directivos de las empresas y proporcionando el apoyo a proyectos de asociaciones que mejoran la calidad de vida de colectivos que viven en situación de exclusión social, paliando la barrera de la desigualdad social al ofrecer nuevas oportunidades.
-¿Cuánto dinero destinó la entidad a inversión social en 2018 y a cuántos beneficiarios llegó?
-El pasado ejercicio, Eurocaja Rural destinó una inversión social de más de 2,6 millones de euros de nuestro Fondo de Educación y Promoción (FEP), ayudando a un total de 8.349 beneficiarios directos y muchos más indirectos. Por ley, tenemos que destinar como mínimo un 10% de nuestros beneficios a este Fondo de Educación y Promoción, algo que hacemos con mucho gusto, porque creemos en la necesidad de revertir en la tierra parte del beneficio que nos reporta. Unos apoyos que, en mayor o menor medida, han llegado a todo el territorio en el que Eurocaja Rural desarrolla su labor, incluidas las zonas de expansión.