VALÈNCIA. Al pasar la última página de un libro que les ha fascinado o asistir a los minutos finales de esa película que atrapó su mirada en cada plano, son muchos los que se ven embargados por un sentimiento peculiar: mitad nostalgia, mitad impotencia. Y es que, el fan acérrimo siempre necesita una dosis más. En rescate de dichas almas desamparadas salen algunas de las escape room de València, esos espacios que llevan cerca de cuatro años en boga y en los que, para alcanzar la libertad, un equipo de jugadores debe resolver un enigma o superar determinadas pruebas en un tiempo establecido. Así, entre su catálogo de actividades, estas salas ofrecen propuestas inspiradas en personajes de ficción que ocupan un papel preponderante en el imaginario colectivo.
Un ejemplo de ello es Clue Hunter, empresa que entre sus siete juegos incluye uno relacionado con el celebérrimo investigador Sherlock Holmes y otro surgido a partir de la novela Asesinato en el Orient Express, de Agatha Christie. "Mi mujer es muy aficionada a las novelas de detectives y misterio, por eso se nos ocurrió mezclar el concepto de escape room con el de un juego tipo Cluedo, en el que debes averiguar quién ha cometido el crimen", explica Víctor Mena, uno de los socios de la compañía. Así nació Asesinato en el tren, una historia con argumento propio pero que comparte esa atmósfera de glamour y suspense tan bien cultivada por la autora británica. En el caso de Holmes vs Moriarty, el argumento funciona "como una spin-offf de la película Sherlock Holmes: Juego de sombras (2011), en la que Robert Downey Jr. interpreta al genio creado por Sir Arthur Conan Doyle.
Respecto a los visitantes, Mena señala que muchos de los que acuden a la sala dedicada al Orient son "fans de la novela y de la película estrenada en 1974 que buscan rememorar aquella historia que tanto les gustó. El público de esta sala es en ese sentido algo diferente al del resto de juegos que ofertamos". Algo semejante sucede con el inquilino de Baker Street "en todos los grupos que vienen hay, al menos, un mimebro que es un gran seguidor de Sherlock Holmes", añade.
El País de las Maravillas y uno de sus vecinos más famosos, el gato de Chesire, son el punto de partida de la sala Wonderland, un pasatiempo de 60 minutos organizado por The room escape en el que pueden participar hasta seis personas y que bebe de la obra de Lewis Carroll. Para los más pequeños de la casa, la iniciativa saguntina Hysteria ha abierto una sala que sigue el relato de Peter Pan. Se trata de un espacio infantil en el que los participantes adoptan un papel similar al de los Niños Perdidos que creó Barrie y se adentran en una habitación que emula a un barco pirata. Su misión allí es encontrar el polvo de hada robado, según dicen, por el capitán Garfio. "No suele haber escape rooms pensadas específicamente para niños, todas son para un púbico de a partir de 13 años. En cambio, nuestra propuesta está pensada para jugadores de 6 a 12 años. Al ver la sala, flipan al ver toda esa nave de madera, con una garita...", explican los responsables del proyecto.
En total, son cuatro las salas de la empresa Master Exit cuyo germen se encuentra en productos de ficción. Uno de ellos es el Misterio de Homer, ideado para los fans de la familia amarilla más famosa de Springfield; los que hace años colgaron un póster de Gandalf en la habitación probablemente se decanten por Guardián del anillo; y los apasionados de Conan Doyle optará por Salvar a Sherlock. Por su parte, La pesadilla ha vuelto busca hacer vivir a los participantes el terror que sintieron las víctimas de Freddy Krueger. "La gente que viene tiene la oportunidad de elegir la temática que más le interesa. Algunos vienen porque les encantan esos personajes y lo saben todo de ellos, pero también están los que simplemente se sienten atraído por esa estética concreta", señalan desde la compañía. En cualquier caso, aclaran que "son historias completamente diferentes a las creaciones originales, no reproducimos esas obras, solamente nos inspiramos en ellas a la hora de poner en marcha nuestros juegos".
"Es como estar en un videojuego, pero en la vida real", así definen desde Claustrophobia la experiencia por una escape room. Gulliver y los gigantes es el nombre que da título a una de sus salas. En esta ocasión, el espacio está centrado en el segundo viaje que emprende el personaje de Jonathan Swift y durante el que llega a un imaginario país llamado Brobdingnag cuyos habitantes superan los 22 metros de altura . Como explican desde esta empresa, es una sala "muy apropiada para familias con niños o principiantes en el mundo del escapismo. A veces vienen padres cuyos hijos acaban de trabajar el libro en el colegio y quieren ir un poco más allá". Su principal baza es el juego con los tamaños y las escalas, "hasta los adultos se sienten aquí diminutos, pues todo es de un tamaño enorme", señalan.
Una apuesta algo distinta es la que presenta The Exit con Valenciana Jones pues la acción se traslada aquí a las casas de los jugadores, donde se organiza una atmósfera concreta que incluye atrezo, música y escenografía ad hoc. "Ofrecemos aventuras a domicilio que se adaptan tanto al lugar como al número de jugadores que haya", explican. Como puede deducirse por su nombre, la referencia aquí es Indiana, el arqueólogo más famoso del séptimo arte, aunque después la historia desarrollada toma unos derroteros muy distintos. Eso sí, entre los complementos que se utilizan en la sala se incluye hasta un sombrero similar al mítico fedora que luce el protagonista de En busca del arca perdida.
Ya sea resolviendo casos endiabladamente retorcidos o tratando de sobrevivir a los caprichos de un puñado de gigantes testarudos, estas escape rooms tematizadas plantean una cuestión inevitable: ¿quién necesita vivir en la realidad cuando se puede habitar la ficción que cada uno prefiera?