VALÈNCIA. María Toledo siempre ha buscado hacer un flamenco diferente, novedoso y renovado con cada año que pasa. Es la primera artista flamenca del mundo que combina canto y piano. Ahora presenta su último disco: Corazonada. En él, apela al amor (entendido en un sentido amplio) como herramienta liberadora. La artista flamenca habla sobre su disco, su trayectoria, la evolución que ha tenido el flamenco en los últimos años y la situación de precariedad que actualmente sufren los artistas.
-¿Qué podrá ver el público en el Teatre Talia de València el 4 de febrero?
-Nunca repito un concierto igual que otro. No me gusta hacer siempre el mismo formato, así sorprendo a la gente. El de València va a ser un concierto distinto a todos, con un formato en el que voy a estar acompañada de guitarra, bajo eléctrico, percusión... Es un concierto de cierre, el último del disco Corazonadas. A partir de ahí, sacaré el primer single del que será mi sexto disco.
-Tu disco surge de seguir una ‘corazonada’ para alcanzar un objetivo, que en tu caso es dedicar la vida al canto.
-Yo dedico a la música 24 horas al día. No solo canto, también estoy pendiente de otras cosas esenciales para que en el camino vaya todo en concordancia. Ojalá todo fuese que te llamaran de un sitio y tú te limitaras a ir y actuar. No es así. Tienes que estar muy pendiente de tu carrera y autogestionarla. No firmo todo lo que me pasa por delante. No me gusta que me manejen sin sentido. Quiero saber adónde voy y por qué.
-En Corazonada hablas de lo inesperado que tiene el amor, que va y viene sin tú poder controlarlo. ¿Qué visión del amor has querido aportar?
-Creo que el amor es de las pocas cosas que no podemos controlar. Es inexplicable, surge cuando quiere y es el destino el que se encarga de situarlo. He querido dar una visión de que el amor existe. Es difícil, pero siguen existiendo amores respetados, entre personas que de verdad se quieren. En mis canciones hablo de amor, no siempre romántico. En Mamá hablo del amor de unos padres a un hijo. En Hermana, del amor hacia mi hermana.
-En Mírame cantas a un amor perdido, ya imposible de recuperar porque la otra persona no se ha esforzado lo suficiente. En cambio, en Mundo de Mentiras cantas a un amor que te “llena el alma y te da la vida”. Si hay un punto en común entre ambas perspectivas, eso es tu propio compromiso con el amor.
-Mundo de mentiras fue la primera canción que hice para este disco. Todo nació a partir de ahí. Habla de que jamás habría imaginado que existiría el amor, porque realmente no lo creía. Por otro lado, no solo hablo de ese amor idílico, sino también del que te hace sufrir, del que te hace daño. Ambas canciones tienen unión, porque el amor idílico se puede convertir fácilmente en algo doloroso. La razón es que el amor no se puede controlar, como decía antes.
-Eres la primera mujer que se acompaña del piano al cantar flamenco. La concepción del género ha cambiado mucho, huyendo desde hace ya un tiempo de aquella perspectiva mairenista basada en el hermetismo y en que el flamenco es exclusivo a la comunidad gitana. En este sentido, ¿cómo ves la evolución que ha ido tomando el flamenco?
-Creo que cada persona ha aportado algo. Mairena fue maravilloso, porque nos dio la construcción de los cantes desde su forma de ver. Tan respetable es esa forma como la de Marchena, una corriente totalmente distinta. Igual que el posterior Camarón, que lo revolucionó todo. Lo escuchas y parece que grabó ayer, es super moderno. Creo que todo lo que esté hecho con un fundamento y con libertad y respeto, tiene posibilidades de quedarse. Todo pasa por algo. En mi caso, después de estar en el conservatorio tocando a Bach o a Chopin, me apetecía escuchar cómo sonaría el piano en el flamenco. Así empecé. No me imaginaba que el piano, que tantos disgustos me trajo en el conservatorio, iba a ser mi salvador.
-Corazonada parte del flamenco para componer melodías con tintes de latin jazz, de rumba; y ritmos de tangos y bulerías. ¿Cómo aúnas tantos estilos diferentes en una misma canción?
-Eso es culpa de quienes me rodean [ríe]. Me gusta rodearme de gente que controla mucho. Suelo llevar siempre al mismo equipo de músicos porque me dan muy buen resultado. No son todos españoles. Unos son de Cuba, de Venezuela, de Brasil... Eso es lo que hace al final que haya mucha mezcla de ritmos. Con mi visión del flamenco me uno a ellos en el estudio y entonces salen cosas bastante originales.
-En el disco colaboras con artistas como Diego del Morao, Bandolero, Carles Benavent o Alain Pérez. ¿Cómo ha sido trabajar con ellos?
-Ha sido toda una experiencia. Primero, los conozco de toda la vida. Por ejemplo, Alain, que está en Cuba, tiene un sonido y una forma de ver la música que me encanta. Yo no le impongo. Al contrario, le digo: "¿qué te sugiere tocar aquí?". Cuando a un músico en un estudio le das completa libertad, al final sale algo más bonito de lo que tú imaginabas, porque es la mezcla de su versión con la que tú quieres. Tocar con ellos ha sido un enorme placer. Carlos Benabent, por ejemplo, nos invitó a Cataluña, a su casa. Cuidó cada frase de su canción. Es una persona muy especial. No toca por tocar, da un sentido a todo, con cariño. El trabajo diario y el esfuerzo es importante. En el disco está todo plasmado.
-¿Te ves como una referente?
-Cuando me muera veremos si la gente me recuerda o no. No me siento referente de nada. Estoy aquí para aprender, no para enseñar. No es humildad, es realidad. Sinceramente, lo que quiero es ir mejorándome a mí misma cada día. No te voy a negar que hago algo original, porque cantar con el piano es lo que me ha definido como artista, lo que me identifica: la flamenca del piano, todo el mundo sabe que es María Toledo.
Todavía está por ver algo que tengo preparado que no va a salir en un futuro inmediato, pero va a sorprender. Quiero mostrar mi forma de ver el flamenco.
-¿Puedes adelantarme algo de ese proyecto del que hablas?
-Todavía no lo he hecho. Me gustaría hacer mi propia antología, con mi forma de ver el flamenco. Una cosa es crear composiciones nuevas, y otra plasmar los cánones del flamenco analizando cómo se construye un canto. Me siento tan libre que puedo hacer cualquier cosa.
-Las restricciones a la cultura dificultan que conciertos como los tuyos se celebren de la mejor manera posible, algo transcendental teniendo en cuenta, además, la importancia del directo en el flamenco. ¿Cómo estás viviendo toda esta situación?
-Es muy complicado. Los artistas están pasando por un gran riesgo del que nadie habla. Todo el mundo dice que la situación de la cultura es muy difícil, sí, pero es muy difícil, también en parte, porque no nos lo ponen fácil. Es muy complicado. Al final, arriesgamos todo por defender la música. El proceso de un artista hasta el momento en que está sobre un escenario conlleva pegada de carteles, pagar a los músicos, los desplazamientos, los transportes... Todo eso, que nadie ve, lo paga el artista, que cada día se hace más empresario, como es mi caso. Para no perder la música, yo me arriesgo. Y muchas veces pierdes, pero al final sale ganando la música, porque nadie te quita el placer que da salir al escenario y hacer tu concierto. No es fácil.
Quiero resaltar que hay una asociación maravillosa que ha hecho mucho durante el confinamiento y a la que apenas se ha nombrado: la Sociedad de Artistas Intérpretes y Ejecutantes (AIE). La gente no sabe que esta asociación ha dado mil euros a todos los músicos que forman parte de ella. En cambio, se dan otras subvenciones de una manera mucho más arbitraria. No es equitativo. Y la AIE lo hizo en marzo, no se esperó a julio, como otras entidades. Desde el principio apostó por los artistas. Esto es lo que necesitamos. No que nos regalen dinero, pero sí que se nos eche una mano, y que las ayudas roten. Las subvenciones que dieron el año pasado son las mismas que las de este año. Eso no puede ser, hay que rotar, ayudar a los artistas. Y no siempre a los grandes, sino a los que están empezando. Porque empezar ahora es muchísimo más complicado que cuando yo lo hice. Aunque estén las redes, hay tanta oferta y tanta gente... ¿Cómo distinguirte entre tantos? Es muy difícil. Yo tengo la suerte de llevar toda la vida. Empezar ahora es complicadísimo.
-Después de una larga trayectoria que te ha llevado por muchas partes del mundo y en la que siempre has dado algo nuevo de ti, ¿qué conclusiones extraes sobre ti misma?
-Una conclusión de la que siempre hablo con Marta Robledo, mi representante, se reduce a la frase "estamos solas". Significa, sencillamente, que pico y pala a diario. Aquí nadie ha venido a regalarte nada, lleves diez, veinte años o el tiempo que sea. Incluso a veces, el tiempo juega en tu contra, porque tienes más experiencia, pero ya no eres la novedad. Tienes que convencer a tu público para que perdure, y eso es lo realmente complicado. Cuesta mucho, no te voy a decir que sea fácil. Pero también es gratificante.
-¿Quiénes son tus referentes?
-Mis referentes en la vida son mi padre y mi madre. Ellos me han enseñado cosas que no he visto en nadie. Musicalmente, no me quedo con solo uno. Me gusta un poquito de cada uno y así construyo mi propia personalidad. En el flamenco ha habido mujeres históricas que me han marcado, como La Niña de los Peines, La Paquera de Jerez...
Si quería aprender por soleá, escuchaba a Fernanda de Utrera... Por otro lado, de los cantes de levante siempre escuchaba a Encarnación Fernández. Depende del cante. En cuanto a los hombres, siempre he sido una enamorada de Manolo Caracol. Y no hay nadie como Camarón, no hay nada que me haya llenado tanto. Es imposible hacer lo que él hace. Me gustan también los artistas que mezclan voz y piano, como Jamie Cullum, Diana Krall, Eliane Elias, Alicia Keys...
-Ahora mismo estás grabando el que será tu sexto disco. ¿Qué me puedes contar de él?
-Por desgracia no te puedo contar nada. Es una incógnita. He hecho una pregunta en redes: "¿Quién adivina de qué va mi próximo disco?" Nadie lo adivina. Puedo decir que es algo que nunca se ha hecho. Es una mezcla de dos estilos. Creo que me va a definir mucho. Llevo mucho tiempo con ganas de hacer esto. Ninguna discográfica ha creído en este proyecto, y como ahora me siento más libre que nunca, lo voy a hacer sola. Creo que va a ser el proyecto de mi vida. Luego me llamarán y me dirán que no lo supieron ver [ríe]. No te voy a negar que en estos momentos me siento arropada por mis seguidores, que me dan un aliento muy bonito. Llevo más de dos años trabajando con Curro Carrasco. Hemos estado en Jerez, en San Lucas, en Madrid... La pandemia nos lo ha parado, pero estamos a punto de mezclar en el estudio. Después del concierto en València saldrá el primer single. No me atrevo a decir una fecha exacta, pero en primavera o así saldrá seguro.