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La resaca tras la ilusión: las lecciones que dejó el 9 d’Octubre de 1977

4/10/2017 - 

VALÈNCIA. Miles de personas copan las calles del centro de la ciudad en una marcha histórica. Sobre sus cabezas, centenares de banderas ondeantes que presentan el rojo y amarillo en distintas combinaciones, una manifestación que, podemos decir sin equivocarnos, ha sido un punto de inflexión en la sociedad de este país. No hablamos de ayer miércoles, ni tampoco del pasado domingo, sino del 9 d’Octubre de 1977, día en el que los valencianos se unieron dejando a un lado sus diferencias ideológicas para pedir conjuntamente un estatuto de autonomía política. Cuarenta años después, el Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat (MuVIM) recuerda aquel día en Retrats d’una il·lusió, una exposición que muestra más de medio centenar de fotografías realizadas por el colectivo de fotoperiodistas ‘El cameraman’ –formado por Jorge Crespo, Rafael de Luis Casademunt y Carlos Errando- que se podrán ver hasta el 1 de enero de 2018 en el vestíbulo del museo.

“[La exposición] ha sido una coincidencia interesada… Interesada con el 9 d’Octubre”, afirmaba el responsable de exposiciones del museo, Amador Griñó, preguntado por la relación que se puede hacer entre la exposición y las movilizaciones en Cataluña. “Hay una sensación de regresión, de volver al punto de partida. Es una sensación horrible”, explicaba Carlos Errando durante la presentación, a la que también acudió Rafa de Luis en representación del colectivo de fotoperiodistas. “La realidad actual de estos días es bastante explícita”, destacaba el segundo. A pesar de la inevitable conexión con la actualidad de Cataluña, la muestra tiene por objetivo poner negro sobre blanco cómo representantes con “percepciones muy diferentes” se pusieron tras una “pancarta común” –Todos unidos por el Estatuto-, incidió el director del museo, Rafa Company.

Franco había muerto, comenzaba una transición que todavía no tenía una Constitución sobre la que apoyarse –llegaría en 1978- y la región celebraba un 9 d'Octubre que, después de las primeras elecciones autonómicas, sería proclamado como 'Día Nacional del País Valencià' tras el acuerdo del Plenario de Parlamentarios valencianos. Fue entonces, tras la firma del 'Compromís Autonòmic del País Valencià' entre los partidos valencianos con representación parlamentaria (UCD, PSOE y PCPC-PCE, entre otros), que València acogió la manifestación más grande de su historia, con, según algunas estimaciones, más de 600.000 participantes. 

De esta forma, la muestra está planteada como "un documento histórico y fotoperiodístico que representa un momento fundacional en la construcción de la ilusión colectiva del autogobierno. Se trata, por tanto, de un manifiesto visual, de un mito fundacional y de una parte inextirpable de nuestra memoria", apuntó Amador Griñó. Por su parte, Rafa de Luis, relató su experiencia cubriendo los actos de aquel día, destacando "la impactante imagen de la convivencia de banderas de todos los colores y las multitudes de gente llenando pacíficamente las calles". Todo ello, además, "ocurrió sin tener que salir corriendo delante de los grises", recalcó.

Entre la incertidumbre y las expectativas

En muchas de las imágenes que contiene la muestra se pueden identificar algunos de los políticos que tuvieron un papel relevante en el proceso de elaboración y posterior desarrollo del primer Estatut d’Autonomía aprobado en el año 1982. Figuras como Joan Lerma, futuro president de la Generalitat; Ignacio Carrau, presidente entonces de la Diputación de Valencia; Miguel Ramón Izquierdo, alcalde de València y después fundador de Unió Valenciana; Pilar Bravo; Francesc de Paula Burguera, entonces diputado de UCD por València; Emèrit Bono, José Antonio Noguera de Roig, Antonio García Miralles y un largo etcétera de personalidades que participaron activamente en los avatares políticos de la Transición y la negociación del Estatuto de Autonomía.


Pero, en la selección de imágenes, el MuVIM ha querido subrayar la presencia de los rostros anónimos de aquella ciudadanía que participó en un acto de afirmación colectiva que unió a la inmensa mayoría de los valencianos y valencianas a pesar de la profunda división de opiniones que tenían sobre su pasado histórico y su futuro político. “El contenido no ha quedado obsoleto, muchas de las reivindicaciones siguen vigentes, han cambiado las circunstancias […] Lo único que ha quedado obsoleto son los pantalones acampanados”, explicaron los miembros del colectivo Cameraman, siendo Errando quien se mostró más pesimista por lo que respecta a lo que ha devenido “nuestra querida autonomía”. De un momento de “consenso y unidad” a una sensación en 2017 de haber vuelto a la casilla de salida.

No en vano algunas de las palabras que más se repitieron durante la presentación de la exposición fueron ‘incertidumbre’, ‘expectativas’ e ‘ilusión’, esta última incluida en el propio título de la muestra. Tras la fiesta, la resaca y una casa por limpiar. Cuestión de coincidencias azarosas, esta exposición enfrenta al visitante a “la gran ilusión” cuatro décadas después. “Esta es, por encima de todo, una exposición honesta, en la que no se ha actuado de manera sesgada ni apriorística, respetando todas y cada una de las distintas sensibilidades que se dieron cita en aquella movilización de tan enormes dimensiones. Distintas sensibilidades y percepciones sobre lo que había sido -y lo que debía ser- la autonomía política de los valencianos”, concluyó el director del museo.

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