VALÈNCIA. El Arxiu Valencià del Disseny (AVD), va tomando forma poco a poco, de manera silenciosa pero fructífera. No son pocos los nombres de creadores que en los últimos años han confiado en esta nueva entidad, impulsada por la Universitat de València a través de su Fundació General y la EASD, para depositar su legado, un proyecto que tiene por objetivo la conservación y divulgación del patrimonio del sector valenciano. Y es que, hasta ahora, no había ninguna entidad cultural que se hiciera cargo del mismo, algo que llevaba a su desaparición o a su marcha a otras instituciones, como el Museu del Disseny de Barcelona. Hasta ahora. "Todo este material no puedo conservarlo toda vida. Llega un momento en el que te preguntas, ¿qué hago con todo esto?", estas palabras las firma Juan Nava, el último 'fichaje' del AVD, que depositará próximamente gran parte del material que custodia desde hace décadas para que pueda ser protegido por la entidad, un material que corresponde a mediados de la década de los 70 y finales de los 80, previamente a la digitalización de los procesos.
"No he tirado casi nada. Afortunadamente tenía espacio en las diferentes ubicaciones del estudio para guardar material. [Donaré] todo lo que está hecho en la época en la que trabajábamos a mano, desde esos apuntes que hacías en un primer esbozo sobre papel seda a trabajos mucho más acabados. Evidentemente, todo artesanal. No cambiaba el proceso con lo que se hace ahora, pero sí las herramientas de trabajo", relata Nava en conversación con este diario. El material que va a donar forma parte de esos años en los que lo digital era todavía un futuro impreciso, unas piezas que se centran en los procesos y no tanto en los resultados finales, siendo este uno de los puntos que quiere potenciar el Arxiu. Esta selección de piezas es, además, reflejo de una época en la que "el estudio de diseño tal y como se conoce ahora, no era tan común", sino que hablamos de "un trabajo a caballo entre la publicidad y el diseño, en el que combinabas las dos tipologías". "Esto marcaba mucho el resultado final del proyecto", relata Nava.
En estos últimos años, el AVD se está armando de no pocos materiales, aliándose con distintos diseñadores para dar forma a una rica colección que ya suma los legados de creadores como Xavier Bordils o Paco Bascuñán, entre otros. Desde su creación en 2018 se está dando forma a esta colección que, cómo no podía ser de otra manera, también quiere mostrarse al mundo. Así, fue el pasado mes de noviembre cuando se constituyó la comisión de seguimiento del Arxiu, con una reunión de los agentes implicados en La Nau en la que se marcaron dos objetivos principales: conseguir una línea de financiación estable y la “consolidación de una sede”. Y parece que este objetivo está más cerca que lejos, pues desde el Arxiu, la Capitalidad Mundial y La Marina se está trabajando en la creación de una fundación que, en última instancia, será el origen de un museo del diseño valenciano.
Aunque, explica Nava, siempre le ha gustado “estar en la barrera”, lo cierto es que no son pocos los ojos que miran su trabajo. Y más ahora, pues acaba de inaugurar la exposición Letras. Encontradas, recuperadas, dibujadas en la sala Gabinete de dibujos, una muestra que quiere hacer una fotografía sobre cómo ha cambiado el oficio en este último medio siglo. Así, la exposición indaga en el dibujo tanto como herramienta como medio de trabajo, un recorrido que quiere reconocer su valor en la definición precisa de formas, cuerpos y grosores de las letras en rótulos y logotipos, ya sean trazadas a mano con regla, lápiz, compás y plantillas como con gráficos vectoriales definidos mediante puntos de ancla y manejadores de dirección.
"En el mundo de las letras -las letras con las que se componen las palabras escritas-, hay rotulistas, hay tipógrafos, hay diseñadores, hay historiadores y luego hay tipos como Juan Nava, que son un poco de todo ello y también algo más. Juan Nava ha quedado atrapado por el embrujo de las letras”, explica su amigo (y mano invisible para el desarrollo de la exposición), Jorge García. Y, ojo, porque, desvela Nava, algunas de las piezas que muestra en la exposición, que se podrá ver hasta el 17 de septiembre, forman parte de ese legado que va a dejar al Arxiu Valencià del Disseny, objetos que pasarán a engrosar ese macroproyecto de preservación del diseño local.
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