Hoy es 22 de noviembre

estrena su primer largo

Javier Marco: un hombre de ciencias en el séptimo arte

El cineasta alicantino ha conseguido este año su primer Goya con el cortometraje A la cara y acaba de terminar el rodaje de su primera película, Josefina, seleccionada para competir en la próxima edición del Festival de Cine de San Sebastián

15/08/2021 - 

ALICANTE.- El neurocientífico japonés Hikaru Takeuchi está empeñado en demostrar que hay diferencias físicas en el cerebro de quien es especialmente bueno en ciencias respecto al de quien es mejor en letras. Sobre ello ha hecho varios estudios en los que ha encontrado que quienes estudian lo primero tienen mayor porcentaje de materia gris en la corteza prefrontal medial y el área frontopolar, mientras que en los alumnos de humanidades encontró una alta densidad de materia blanca alrededor del hipocampo derecho, sede de la memoria. 

No es el único que trata de demostrar esa teoría. Científicos de todo el mundo están centrados en ello, como son varios equipos de la Universidad de Princeton o la de Stanford, en Estados Unidos. Y mientras todos ellos continúan con sus investigaciones, el resto de los mortales nos quedaremos con la conclusión preconcebida de que aquellos seres humanos más polifacéticos, quienes dominan ambas facetas, pues, parecen estar llamados a lograr grandes cosas. Al menos, seguro que tienen un abanico más amplio de posibilidades para conseguirlo. 

Javier Marco (Alicante, 1981) podría ser uno de ellos. Un hombre de ciencias que se graduó en Ingeniería en Telecomunicaciones, pero que después lo dejó todo para dedicarse al séptimo arte. El cine era su gran pasión desde que a los dieciséis años descubrió Blade Runner (Ridley Scott, 1982).  

Lea Plaza al completo en su dispositivo iOS o Android con nuestra app

Estudió en los Jesuitas de Alicante, donde cursó hasta COU —ahora Bachillerato—, para pasar después a la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), donde estudió la ingeniería. Cuando terminó la carrera, estuvo aplicando lo aprendido en una empresa alicantina donde permaneció tres años trabajando. Más tarde se trasladó a Madrid, atendiendo la llamada de Ericsson, una de las grandes empresas del sector. Durante todo ese tiempo, no dejó de lado su vena artística, ya que lo compaginaba con la edición y el montaje de diversos proyectos audiovisuales. Al mismo tiempo, estudiaba un máster en Dirección Cinematográfica. «Me decían que si me dedicaba al cine no podría comer, así que me decanté por estudiar otra cosa, pero después no lo puede evitar porque es lo que realmente me mueve por dentro», confiesa el cineasta. 

* Lea el artículo íntegramente en el número 82 (agosto 2021) de la revista Plaza

Noticias relacionadas

next
x