'Cuentos clásicos para niñas de hoy'Su obra Cuentos clásicos para niñas de hoy ofrece una nueva versión con protagonistas fuertes y valientes que buscan su propio destino
VALÈNCIA. Lo que hoy en día conocemos como cuentos clásicos, fueron hace siglos historias orales que se han ido transmitiendo de generación en generación. No se sabe con exactitud cuándo aparecieron, pero sí que en el 1600, Charles Perrault fue el primero en darles forma literaria, atemperando, en muchos casos, la crudeza de las versiones orales para adaptarlos a la época. Doscientos años más tarde, Hans Christian Andersen y los hermanos Grimm, harían lo propio creando nuevos cuentos y transformando los de Perrault a sus nuevas circunstancias. Ahora, 200 años después, se vuelven a revisar y actualizar. Y esta vez sin príncipes ni princesas, sin madrastras ni brujas. Ellas son las heroínas y no necesitan a nadie que las salve.
Cuentos clásicos para niñas de hoy, de Javier León Sorribes, es una adaptación libre de los cuentos de siempre que el autor propone a modo de versión no sexista de los mismos. A través de un compendio de historias, nos lleva a la importante reflexión de contar todo desde otro ángulo, con una mirada propuesta desde la igualdad.
León reescribe así las historias que todos conocemos, alterando la trama y los personajes para crear situaciones nuevas que, si bien comparten partes de la historia original, suponen una ruptura con los estereotipos sexistas. Con este objetivo, las protagonistas se presentan como niñas fuertes y valientes que buscan su propio destino sin que este vaya ligado a un príncipe que las salve.
Javier León Sorribes nació en Puzol (Valencia). Desde bien joven mostró sus inquietudes literarias ganando en tres ocasiones el concurso escolar de dramaturgia y creando, posteriormente, una revista de información local.
Escritor tardío, publicó su primer libro en 2018, que acabaría convirtiéndose en una trilogía. Sus escritos se incluyen en una docena de antologías y atesoran premios, menciones de honor y accésits. Ha sido finalista de una treintena de concursos literarios para los cuales siempre ha presentado relatos sin lenguaje sexista, defensores de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres y que, por otro lado, visibilizan también la coeducación y el colectivo LGTBI.
