VALÈNCIA. Isaura Navarro (València, 1973) aterrizaba la pasada semana en la Conselleria de Sanidad tras ser nombrada secretaria autonómica de Salud Pública y Sistema Sanitario Público. Tras una legislatura al frente de la portavocía de Sanidad por Compromís, Navarro ha cambiado el escenario de Les Corts para estar dentro del equipo de Ana Barceló, donde podrá tomar partido en temas clave como las reversiones de las concesiones de hospitales a la gestión pública.
Durante sus cuatro años como diputada, Navarro ha tenido una postura contraria a la privatización de los servicios sanitarios proporcionados por la administración. Por este motivo, ha puesto el foco en procesos como el de la reversión de las resonancias o la recuperación de la gestión de departamentos como el de Dénia. De hecho, insiste en que la colaboración público privada "no es el paradigma de la bondad" y asegura que en la Comunitat Valenciana "no se ha hecho bien".
Licenciada en Derecho, también fue diputada del Congreso por Esquerra Unida entre 2004 y 2008, siendo ponente en 44 leyes y participando en el impulso del matrimonio igualitario, la ley de Violencia de Género, de Dependencia, de RTVE o de Igualdad'. Además, ha sido asesora de Mónica Oltra y Joan Baldoví.
- ¿Cómo recibió la noticia de que iba a ser nombrada secretaria autonómica?
- Recibí un mensaje de la vicepresidenta Mónica Oltra y me preguntó si podía verme. Acudí a reunirme con ella y me dijo que consideraba que era la persona más adecuada para el cargo por el trabajo realizado como portavoz en la comisión de Sanidad durante cuatro años. Además, cuando fui asesora de Mónica llevaba Sanidad, materia de la que ella era portavoz, por lo que conozco los temas desde hace tiempo. También en CCOO fui asesora de la Federación de Sanidad, mi relación con la sanidad valenciana viene de largo.
- En la pasada legislatura solo había una secretaría autonómica. Ahora se ha dividido en la que usted ocupa, Sanidad y Salud Pública, y una secretaría de Eficiencia y Tecnología Sanitaria. ¿Cómo se dividen las competencias?
- Que aquí hubiera dos secretarías autonómicas fue una petición mía como portavoz de Sanidad, porque veía que era imposible abarcar desde una secretaría autonómica todo el trabajo que hay dentro de esta conselleria, que es inmenso. De hecho, de las grandes carteras era la única con una sola secretaría autonómica y eso era una anomalía.
Que la parte de investigación esté en otra conselleria lo veo adecuado, porque además uno de los objetivos es reforzar la investigación y dignificar el trabajo del personal investigador en esta comunidad autónoma, que buena falta hace. Estabilizar a las plantillas y potenciarlo. Que eso tenga su propia secretaría autonómica lo veo muy interesante.
- Entonces, ¿se va a buscar una solución autonómica al problema de los investigadores?
- El mayor obstáculo es la normativa estatal. Se ha realizado una modificación normativa que abre una pequeña ventana, pero hay que buscar la manera de estabilizar al personal investigador. No puede ser que estén permanentemente pendientes de proyectos que son temporales y te puedas quedar sin investigadores que son buenísimos. Además, en algunos casos como las becas Ramón y Cajal y Miguel Servet tenemos a los mejores y no nos podemos permitir perderlos.
Hay que buscar una manera de estabilizar esas plantillas, tanto al personal investigador como al servicio de administración. Tienen una experiencia, derechos laborales y todo eso hay que revisarlo. Hay que buscar soluciones dentro de las competencias autonómicas pero también hacer presión desde las comunidades para que se modifique la normativa estatal. El mismo problema que tenemos aquí lo tienen en el resto de España. Siempre se dice que hemos de potenciar la investigación pero hay que cumplir esa promesa, no podemos ser un país solo de servicios.
- ¿Qué opina sobre la primera parte de la pasada legislatura con Carmen Montón?
- Yo tuve muy buena relación con Carmen e impulsó proyectos muy interesantes desde esta conselleria y los trasladó a nivel estatal. Cuando dejó de ser ministra quedaron varios proyectos paralizados en el Estado y sería interesante que se retomaran. Por ejemplo, las ayudas que se dan aquí para el copago farmacéutico deberían establecerse a nivel nacional. Nosotros estamos haciendo un esfuerzo económico a pesar de nuestra infrafinanciación para dar estas ayudas a las personas que más lo necesitan en función de renta y situaciones sociales.
De hecho, Carmen empezó a hacerlo pero se frenó cuando dejó de ser ministra y su sucesora no está haciendo nada al respecto. Una de las cosas que deberíamos exigir desde aquí es que se retomen esos proyectos sociales. También fuimos pioneros en dar el tratamiento de la hepatitis y después nos han seguido el resto de comunidades autónomas. Para el Estado somos una referencia. El ministerio debería implicarse más.
- ¿Cuál es su sintonía con la consellera Ana Barceló?
- Fuimos las dos portavoces de la comisión de investigación del accidente del metro y eso significa que estuvimos juntas muchas horas. Yo creo que ha sido la comisión de investigación más larga que ha habido en España. Con tantas horas de trabajo conjunto, nos llevamos muy bien. Además, hemos llevado conjuntamente varias leyes como la de publicidad institucional o la ley de creación de la oficina antifraude y siempre nos hemos entendido. Es más fácil llegar a una conselleria conociendo al equipo que empezar desde cero.
- ¿Cree que se está ejecutando correctamente la reversión del servicio de resonancias magnéticas? Más de medio año después seguimos igual…
- Se ha ejecutado de manera excesivamente lenta. Evidentemente, el informe que se hizo desde la Abogacía de la Generalitat fue un parón porque el borrador del decreto ya estaba. Ese informe paralizó un trámite que podía estar resuelto en un mes y se tuvo que pedir otro informe al Consell Jurídic Consultiu. Se tardó en pedir, pero el informe fue mucho más acertado. He solicitado más información para saber en qué punto se encuentra y me dicen que está avanzando.
Ahora, el Consell Jurídic Consultiu dice que ha de haber un informe que cuando tú reviertes justifique que es viable económicamente la reversión, cosa que yo no comparto. Al fin y al cabo, cuando acaba un contrato, tú eres el titular de la responsabilidad del servicio. Lo extraordinario es que tú lo delegues en una empresa privada. Pero el informe se exige, con lo cual hay que hacerlo y se está en ello. Por lo tanto, los trámites están en marcha para culminar este proceso de reversión que es muy positivo para las arcas y el servicio público. Como decía el Síndic de Comptes, se ahorra dinero y que servicios tan importantes como éste se presten desde el área pública repercute.
- La Conselleria de Sanidad ha decidido realizar una concesión a los trabajadores de los conciertos que prestan servicio a la sanidad pública y que puntúen en bolsa. ¿Qué le parece?
- Esa fue una de mis batallas la legislatura pasada y en la que se ha avanzando. Que no solo se compute el tiempo de servicios prestados en las concesiones hospitalarias sino que también se hiciera para ambulancias y resonancias. Si al fin y al cabo tú has estado trabajando dentro de un hospital codo con codo y has formado parte de un hospital público, yo no digo que compute igual que el que lo presta directamente desde el sistema público, pero tampoco que sea cero porque el trabajo se ha hecho. La cuestión es que cuando valores los méritos tengas en cuenta la experiencia y no puede tratarse igual que el que empieza desde cero.
-¿Y en el Hospital General de València? ¿Cómo ve la situación de los trabajadores?
- Ahí el problema es la maquinaria. Están aplicando la doctrina del Supremo respecto a las subrogaciones. La subrogación no es automática siempre, tiene que cumplir unos requisitos y la doctrina habla de la transferencia de medios materiales. En este caso, si no se produce, la subrogación es dudosa.
- ¿Y cree que Eresa lo está haciendo bien instando a los trabajadores a que pidan la subrogación?
- La empresa creo que no lo está haciendo correctamente, porque la aplicación de esta doctrina todo el mundo la conoce y debería es entender que no hay subrogación. Tienen que despedir a los trabajadores y pagarles la indemnización, abonársela y no dejarles en un limbo como están haciendo. Llevan muchos años prestando el servicio y deben ser responsables de sus trabajadores. La administración no puede subrogar al libre albedrío.
- ¿Qué le parece que la reversión del Hospital de Dénia no aparezca en los acuerdos del Botánic II?
- Yo creo que ha sido una cosa más que redacción. Sé perfectamente que todas las partes del Botànic tienen clara la necesidad de la reversión y, desde luego, ese es el camino que se está siguiendo.
- ¿Ve posible recuperarlo en esta legislatura? ¿Cree que se va hacer por la fuerza o por consenso?
-Estoy convencida de que se llegará a un acuerdo. En negociaciones tan difíciles como éstas, en las que hay tanto dinero en juego, todo el mundo utiliza sus estrategias. Igual que DKV de repente empieza a hacer llegar a la gente que no se quiere ir, cuando antes sí que quería irse, el presidente dice que se hará unilateralmente. Pero yo creo que se trata más de estrategias para que al final se siente todo el mundo en la mesa de buena fe y lleguen a un acuerdo, que sería lo más deseable.
- ¿Y no ponerlo negro sobre blanco en el Botànic también es estratégico?
- Creo que forma parte de un proceso de negociación muy difícil en el que hay mucho dinero público en juego y hay que tener fe en el trabajo que se está haciendo. Las personas que lo están llevando son conscientes de la responsabilidad que tienen y lo que no vamos a hacer es regalarle dinero a la concesionaria. Tampoco se puede pretender que se haga de manera pública toda una labor de negociación que es de despachos y de estrategias.
- ¿Compensa el desembolso de dinero?
- El resultado debe compensar, pero la clave no es una cuestión económica. Aquí de lo que estamos hablando es de mejorar la prestación asistencial y sanitaria y de los ciudadanos de esa comarca. La sanidad no se puede plantear como una cuestión económica de lo que me compensa y lo que no, sino que las cuentas han de cuadrar pero también ha de cuadrar que tengamos una buena asistencia. En la comarca hay muchas quejas durante muchos años por la asistencia que se presta. Se ha ido más a una gestión economicista que de la calidad en el servicio.
Se trata de recuperar el parámetro de la calidad tanto en las resonancias como en la gestión privatizada y otros servicios como la limpieza, los comedores,... La privatización ha supuesto empeorar la calidad del servicio a costa de sacar un beneficio económico. La colaboración público privada no es el paradigma de la bondad. Hay que hacerlo de manera correcta y hasta ahora no ha sido así. Lo que tenemos ahora son problemas encima de la mesa que hay que abordar. La calidad en el servicio la garantizas cuando lo prestas tú directamente.
- ¿Es una cuestión ideológica las reversiones?
- La vida es ideológica. Todas las decisiones que tomas a lo largo de tu vida tienen un componente ideológico, eso es normal. Si preguntas si ideológicamente este Gobierno apuesta por la calidad asistencial en lugar del precio: sí. En una gestión privada las decisiones que se adoptan dentro de ese hospital buscan el beneficio económico. Ofrecen los servicios que más beneficio económico dan. Y en cambio yo tengo que tener en La Fe el 100% de los servicios, no puedo decir que no lo tengo porque me sale muy caro. La sanidad pública no puede gestionarse bajo ese criterio. El día que atiendan a tu hijo porque tiene una enfermedad rara costará mucho dinero pero la sanidad pública va a estar ahí. No puede basarse en un criterio economicista, tiene que basarse en un criterio de la calidad.
- ¿Y que el Gobierno del Botànic no quiera recuperar ninguna reversión más antes de que finalicen los contratos?
- El caso que tenemos más urgente, evidentemente, es el de Dénia. Más adelante se irá viendo, en función de las circunstancias y de cómo se resuelva este caso. El futuro está abierto.
-¿Piensa que el departamento de La Ribera ha ido a mejor tras dejar de ser gestionado por Ribera Salud?
- En el Hospital de La Ribera se ha incrementado el personal, se han incrementado los servicios, la maquinaria, se está haciendo un cambio de funcionamiento y se ha rebajado la presión que tenían sobre los empleados. Otra de las cosas que ocurre con estos sistemas es que dicen que te ahorras en personal, pero es así porque lo tienes explotado. No estoy de acuerdo con tener al personal a un nivel de estrés que también repercute en la calidad asistencial que se presta. Una de las cosas que también se busca es que haya unas ratios de personal acordes a las que hay en el sistema público y que haya unas condiciones laborales dignas.
- ¿Puede generar una situación complicada la convivencia de personal estatutario con personal laboral?
- Obviamente, lo deseable sería que todos estuvieran bajo el mismo régimen jurídico, pero nosotros heredamos lo que heredamos.
- Hay gente que piensa que La Ribera está peor gestionada.
- ¿Y no será que detrás hay ideología?
-¿Qué le parece que estén volviendo ex directivos por sentencia judicial? ¿No le parece una duplicidad de puestos?
- Desde luego, pero hay que cumplir las sentencias.
- ¿Sabremos pronto algo de las listas de espera? ¿Hay alguna razón para que todavía no estén?
- Deberían estar publicadas y esperemos que en breve así sea, pero desconozco el motivo. Sí que hubo problemas porque el sistema anterior del Partido Popular no servía al hacer que no se computaran varios días y eso se estaba actualizando.
- Barceló dejó de lado el mega centro para centralizar los medicamentos que se destinan a las residencias públicas y privadas que impulsó Montón. ¿Está previsto que se retome?
- No se va a hacer. Se va a buscar otro mecanismo para garantizar la asistencia farmacéutica a las residencias, pero no será ese. No se continuará con el actual. Todo el mundo está de acuerdo en que se tiene que cambiar y el Colegio de Farmacéuticos ha tenido reuniones con la Conselleria de Sanidad para tener una estrategia conjunta y sacar un proyecto consensuado.
- ¿Va a insistir con la tasa del azúcar?
- Hemos tenido una reunión al respecto con Salud Pública. Vamos a estudiar medidas para desincentivar el consumo de las bebidas azucaradas, entre ellas remitir a los centros educativos unas recomendaciones. Ya hay una guía para los comedores escolares donde se dice que no se consuman bebidas azucaradas, pero en las fiestas como el fin de curso o las extraescolares sí se reparten. En la Guía de Menús decía que el 30% de los menores consume varias veces a la semana bebidas azucaradas.
- ¿Y la tasa con Hacienda?
- Yo lo voy a intentar.
- ¿Qué medidas tiene en mente proponer?
- Me satisface mucho que en el pacto del Botánico se haya incluido que la podología va a formar parte del sistema sanitario público y la atención bucodental. La podología fue una iniciativa parlamentaria mía y la atención bucodental fue una propuesta que está incluida en los presupuestos, lo que facilita el llevarla a cabo.
- ¿El adelanto electoral de Ximo Puig con el que no estaba de acuerdo Compromís va a pesar en el día a día de la gestión de las consellerias?
- Creo que no fue una gran idea que un presidente que está elegido por varias fuerzas políticas y que tiene un acuerdo de decidirlo todo de manera conjunta tome una decisión unilateralmente. No fue lo más acertado. Denotó una falta de lealtad a quienes le habíamos hecho presidente, porque sin nosotros no lo habría sido. A partir de ahí, lo más importante es gobernar esta comunidad autónoma que tiene muchas necesidades. La lealtad de Compromís está sobre todo con el pueblo valenciano. Vamos a hacer todo lo posible para que el Botànic II vuelva a funcionar y sea un éxito como lo fue el Botànic I o incluso mejor.
- ¿Hacia dónde va a ir Compromís en esta legislatura o hacia dónde debería ir?
- Compromís no es de los militantes, ni del Bloc, ni de Iniciativa, ni del Verds, es de la gente. Nació como una necesidad de cambiar la realidad política valenciana en una situación de emergencia política y ahora estamos demostrando una gran capacidad de gestión tanto a nivel municipal, como en las Diputaciones, como en la Generalitat y por lo tanto esta coalición electoral debe garantizar su estabilidad y su futuro porque nosotros nos debemos a la gente. La gente está votando a Compromís y debe seguir. Las decisiones de cara a futuro deben ser para consolidar esa estabilidad y la coalición.
- Con la entrada de Podemos e Izquierda Unida, ¿va a ser más difícil manejar este Botànic?
- Debería ser al revés. Estamos todos dentro del Gobierno y la expectativa que tiene todo el mundo es que sea más fácil la gestión de los acuerdos porque van a llegar a Les Corts ya consensuados con una mayoría suficiente. Antes los acuerdos se tomaban en el Consell y se modificaban cuando llegaban a Las Cortes para ampliarlos. También te digo que con Ciudadanos llegamos a muchos acuerdos la legislatura pasada y la mayoría de las leyes las votaron a favor hasta que llegó Toni Cantó.
En muchas ocasiones, el Partido Popular ni siquiera se atrevía a votar en contra y votaba abstención. Es más, se inventaron la abstención positiva porque las leyes eran buenas y bajaban y se hacían la foto. No obstante, aunque las cosas llegaran más consensuadas a Cortes, sí que me gustaría que siguieran manteniendo la vida de la pasada legislatura y ese protagonismo porque ahí está la representación de la soberanía y son representantes, los hemos elegido entre todos y tienen un gran trabajo por hacer en la ampliación de acuerdos. Esperemos que esta legislatura Ciudadanos tenga la puerta abierta a volver a negociar y a llegar a consensos, al igual con el Partido Popular. Es muy importante escuchar a todo el mundo.