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cartas de amor desde la cultura a la ciudad

Ensayo y error: una aproximación romántica a Benidorm

Poetas, urbanistas, fotógrafos, periodistas, escritoras... Un libro recoge las radiografías emocionales de quienes han tenido una relación de amor y/o de odio con la ciudad

9/07/2019 - 

VALÈNCIA. ¿A qué quieres que te gane Benidorm? La ciudad ha tenido que lidiar desde mediados del pasado siglo con la losa de una imagen marcada por la corrupción, el turismo barato y la caspa cultural. Pero, nada más lejos de la realidad, la transformación urbanística y económica tal vez sea una de las iniciativas más visionarias de España en la época franquista. Cuenta una leyenda, que el alcalde de entonces, Pedro Zaragoza, cogió su Vespa y viajó ocho horas hasta El Pardo para convencer a Franco de que permitiera el bikini en sus playas y así posicionarse como destino turístico. Lo consiguió.

También cuenta la leyenda que antes de su expansión, las herencias dejaban las tierras fértiles del interior a los primogénitos, y las de costa, normalmente mucho menos rentables, a las hijas o a los hijos que daban más problemas. Así que la grandeza de Benidorm se construyó sobre cierta justicia poética a favor de las marginadas de la familia tradicional española. También hay estudios que avalan que la ciudad es sin duda un ejemplo de eficiencia y sostenibilidad ambiental por su construcción vertical, que concentra los recursos en mucho menos espacio y hace prescindible el transporte privado. ¿A qué quieres que te gane Benidorm?

Ensayo y  ̶e̶r̶r̶o̶r̶  Benidorm (Editorial Barrett, 2019) recoge estas historias y su aspecto humano a través de 20 textos que quieren ser una veintena de miradas del lugar diferenciadoras. Sin tapar su extravagancia, tampoco sus obvias taras, pero buscando releerla desde lo positivo. Transmitir la ciudad que atrapa Martin Parr en sus fotografía y también Roberto Alcaraz. También la que necesita contar Marta Sanz en La lección de anatomía y en la que sitúa a sus personajes Kike Parra.

La idea nace de Manuel Burraco, el 50% detrás de la editorial sevillana Barrett y arquitecto de profesión. Fue precisamente este aspecto el que le ha llevado varias ocasiones a Benidorm: "mi propia experiencia en la ciudad hizo que me interesara por desmitificarla, y en cuanto empezamos a contar la idea, fuimos recogiendo muchísima información para armar el libro", cuenta el editor.

Los textos son amplios en sus temáticas, tonos y prismas. Vicenta Orquín o María Teresa Campos relatan cómo se construyó la ciudad, mientras Alberto del Castillo utiliza la visita de Franco para banagloriarse como contexto de una historia familiar que acaba poniendo el foco en la memoria histórica. Javier Calderón, Christina Linares, Josan Piqueres y Marta Sanz trascienden la vida que han hecho en la ciudad y cómo la peculiaridad de Benidorm construye en ellos una relación de amor-odio vital, casi existencial. Boris Strzelczyk, Iago Carro, Carlos Ferrater y Xavier Martí ponen en conversación las arquitecturas físicas con las humanas. Ion de Sosa, Roberto Alcaraz y Felipe Hernández desgranan por qué, contra todo pronóstico, tras su aparencia de caspa, la localidad puede ser inspiradora. Y así hasta veinte cartas de amor.

Y entre todas, un hilo común que las conecta de manera involuntaria pero clara: la sensación de que la visión romántica sobre Benidorm tiene que justificarse, de que las raíces a veces también son clasistas, y que los prejuicios sobre la ciudad pesan más que las historias que se desarrollan en ella. Porque si al final la gente es feliz en un lugar, ¿qué más da lo demás? (tal vez esa sea la gran moraleja del relato de Kike Parra).

Foto: FELIPE HERNÁNDEZ

"Nos interesaba mucho la idea de que hablara la gente que ha vivido allí, hacer un tratado humano sobre Benidorm. Las personas que la han vivido o que la frecuentan anualmente han normalizado su idiosincrasia, pero para aquel que vaya con la mente abierta, es una sorpresa total que no puedes parar de descubrir", explica Manuel Burraco.

Una ciudad innovadora y el reto de seguir siéndolo

Más allá de las gambas rojas sobre la mesa y sobre la arena, uno de los puntos que más interesan sobre Benidorm es el de su modelo urbanístico, aunque fijándose más en el horror vacui estético que dibuja que en su aspecto práctico. La ciudad se anticipó, tal y cómo explica Boris Strzelczyk, a la necesidad de aprovechar al máximo los recursos y ser sostenibles. También a la ruptura de las ideas más tradicionales a favor de la libertad y la multiculturalidad que tanto se reivindica desde diferentes movimientos sociales.

Pero si ahora aún es signo de su tiempo, toca seguir reinventándose para no perder esa posición. Los retos de la Benidorm del siglo XXI es la seguir alzando la bandera de la acogida, la convivencia de las sillas motorizadas, la transformación de su imagen como destino atractivo siendo  (por ejemplo) uno de los platós más importante de la Comunitat... Con el post-franquismo, el bikini, y el Imserso asumido, la ciudad se enfrenta, como tantas otras cosas en España, a la contemporaneidad líquida.

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