MADRID. El dólar abrió la semana con una nota de fortaleza entre sus principales rivales, pero al final de la jornada del lunes cedió terreno entre sus pares del G10 y varias monedas emergentes. El 'billete verde' ha estado operando en línea con el impulso de los rendimientos de los bonos del Tesoro, que denotan expectativas reflacionarias sobre la base de los venideros estímulos fiscales. La fortaleza de la divisa también había reflejado el tono precavido de los inversores ante el panorama sanitario actual, que fue despejándose gradualmente en el día.
Pfizer espera entregar más de 13 millones de dosis por semana a los Estados Unidos a mediados de marzo, más del doble de sus envíos desde principios de febrero. La farmacética también está preparada para proporcionar un total de 300 millones de inyecciones a los Estados Unidos para fines de julio y ha elevado las expectativas de producción global para 2021 a unos 2 mil millones de dosis.
Moderna, por su parte, planea suministrar 100 millones de dosis para fines de marzo y 300 millones para fines de julio. Johnson & Johnson cree que podrá enviar al menos 20 millones de dosis de su inyección de dosis única a los Estados Unidos para fines de marzo, tras recibir la autorización reguladora local, y 100 millones de dosis para mediados del año. Bajo estas previsiones, EE UU podría recibir 240 millones de dosis para fines de marzo, suficiente para inocular a 130 millones de estadounidenses, y 700 millones de dosis para mediados de año.
Mientras tanto, los inversores estarán atentos a los comentarios de Jerome Powell cuando testifique ante el Congreso donde deberá reafirmar su compromiso de una postura acomodaticia, con el mercado laboral lejos del pleno empleo y la inflación por debajo del objetivo. Pero los operadores estarán atentos a cualquier comentario sobre el aumento de los rendimientos a largo plazo y el repunte de las materias primas, y qué piensa la Fed sobre el impacto de esas tendencias en las expectativas de inflación.
Olivia Álvarez es analista de Monex Europe
Informe elaborado por Enrique Díaz-Alvarez, Matthew Ryan, Roman Ziruk e Itsaso Apezteguia
El bajo crecimiento de la productividad en la Eurozona conduce a una mayor presión inflacionaria que en Estados Unidos, según explica el analista
La vivienda representa un peso mayor en la cesta del IPC (aproximadamente el 36%) en comparación con la base de datos del PCE (alrededor del 18%)
