VALÈNCIA. La Comisión de Valoración de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació (CVMC) eligió el viernes pasado a Francesc García Donet y Alfred Costa como los dos finalistas del proceso de selección del nuevo director general de À Punt. Una convocatoria motivada porque el mandato de Empar Marco finaliza el próximo mes de marzo.
Así, el resultado de la primera fase del concurso generó cierto estupor. En primer lugar, porque el órgano que debía evaluar en primera instancia el proyecto y currículum de los candidatos a dirigir la nueva radiotelevisión valenciana tenía la opción de seleccionar un máximo de tres finalistas de entre los nueve aspirantes -uno de los diez que optaban decidió retirarse a mitad del proceso- y tan solo vio aptos a dos de ellos.
En segundo, porque aunque los dos finalistas agradaban al PSPV, no generaban tanta simpatía en el resto de formaciones políticas. Especialmente en Compromís, donde consideraron que el perfil de ambos estaba especialmente vinculado al partido del puño y la rosa. Una tesis que apoyaban de hecho en el pasado de ambos como exconcejales de dicha formación: uno, Donet, en el Ayuntamiento de Cullera, y Costa en el consistorio de Torrent.
Un escenario que podría complicarle al PSPV encontrar los apoyos que necesita en Les Corts Valencianes para renovar la Presidencia de la Corporació Valenciana de Mitjans de Corporació (CVMC) que ahora ocupa Enrique Soriano, quien ya trasladó al president de la Generalitat, Ximo Puig, su intención de abandonar el órgano en cuanto le encontraran un sustituto. No en vano, huelga recordar que corresponde a los socialistas proponer candidatos para este puesto, pero para que salga adelante, el aspirante debe contar con el voto favorable de 66 diputados. El Botànic II que integran PSPV, Compromís y Unides Podem cuenta con 52 escaños, por lo que es necesario que el nombre que proponga el grupo parlamentario que lidera Manolo Mata reúna no solo el respaldo de sus socios en el Gobierno valenciano, sino también de Ciudadanos o PP.
Con estos mimbres, en las filas socialistas creen que estos dos factores -tanto el talante de los finalistas como el hecho de que la Comisión de Valoración limitara a dos los candidatos y no incorporara a un tercero para pasar a la segunda fase- restringen ahora su margen para poder negociar con populares o naranjas un relevo para Soriano. La incorporación de un tercer aspirante en esa final podría haber sido un balón de oxígeno para el PSPV para afrontar esta renovación y pactar un candidato a la presidencia de consenso, tal y como ellos mismos admiten. Siempre y cuando, eso sí, su perfil hubiera diferido de los dos actuales, que no terminan de satisfacer a los partidos de la oposición.
Por el momento, el PPCV que preside Isabel Bonig ya ha admitido que no prestará sus votos para cuestiones que afecten a la radiotelevisión valenciana actual porque, explican, que no es el modelo de medio público en el que creen. Así, la única viabilidad para consensuar un nombre quedaría en manos de Ciudadanos, ya que Vox no tiene ni los parlamentarios necesarios (cuenta con 10 diputados y el Botànic II necesita 14) ni está a favor dela televisión autonómica.
En cualquier caso, si el Botànic no reuniera los apoyos para relevar a Soriano y éste decidiera poner punto y final a su paso por la CVMC si el proceso se demorara, la ley de À Punt establece en su artículo 11.8 que la persona titular de la vicepresidencia tomaría las riendas del ente de forma transitoria. En este caso ese cargo lo ocupa actualmente Mar Iglesias, una de las representantes del Consejo Rector a propuesta de Compromís pero que ocupa el puesto que le corresponde nombrar al Consejo del Audiovisual.
Para evitar este escenario, sin embargo, la coalición valencianista que lidera Fran Ferri en Les Corts propone que sea el Consejo del Audiovisual quien proponga candidatos, si bien previamente el Parlamento debería constituir este órgano. Precisamente en este órgano, los socialistas podrían hallar una suerte de moneda de cambio para tratar de acercar posturas con PP o Ciudadanos.
Esto es porque al Parlamento valenciano le corresponde designar a cinco de sus componentes y el PSPV considera que cada partido con representación en la cámara, a excepción de Vox, debería poder nombrar a un consejero, por lo que de entrada se muestran favorables a apoyar los nombres que la oposición plantee. Incluso, podría darse la circunstancia de que aquel partido -PP o Cs- que desbloqueara el relevo en la presidencia de À Punt terminara contando con dos representantes en este órgano.
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