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TIEMPOS POSTMODERNOS / OPINIÓN

Comienza la Conferencia sobre el Futuro de Europa

Para que la Unión Económica y Monetaria se consolide será necesario convocar después una convención

23/05/2021 - 

Como cada año, el 9 de mayo se celebra el Día de Europa en recuerdo de la declaración del ministro de exteriores francés, Robert Schuman, en 1950. En dicha declaración proponía la creación de una autoridad europea que gestionase, de forma conjunta, los sectores del carbón y del acero, para evitar conflictos que, desde finales del siglo XIX, habían desencadenado en guerras entre Francia y Alemania. En 1953 nacería la CECA (Comunidad Europea del Carbón y el Acero) y el resto es historia.

De modo simbólico, se ha hecho este año coincidir esta celebración con la inauguración de la Conferencia sobre el Futuro de Europa. Esta conferencia se va a desarrollar durante el próximo año, pues  se ha visto retrasada por la pandemia. A pesar de que las autoridades europeas han hecho un importante esfuerzo en su lanzamiento, ha quedado ensombrecida por diversas noticias, tanto nacionales como extranjeras, que ocurrieron esos mismos días.

Su origen está en uno de los compromisos programáticos de la Comisión Europea dirigida por Ursula von der Leyen, posteriormente apoyada por el Consejo y el Parlamento Europeo. El compromiso radicó en crear un foro donde pudieran participar los ciudadanos y expresar su visión y deseos sobre cómo continuar el proceso de integración europea. Para situar en su contexto esta iniciativa, debemos situarnos en 2019, cuando se lanza la propuesta. Cada cinco años se convocan elecciones al Parlamento Europeo en toda la UE, proceso que existe desde los años 70 pero que, con el tiempo, había reducido la participación ciudadana. La excepción fueron las elecciones anteriores, en 2014. Fue la primera vez en que la participación volvió a aumentar. También fueron especiales en otros aspectos: conscientes de la desafección, se pretendía aumentar la legitimidad democrática de las instituciones europeas. El Tratado de Lisboa dice que el Consejo Europeo propondrá al Presidente de la Comisión teniendo en cuenta los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo. De ahí surgió la idea de promover la figura del Spitzenkandidat o “candidato principal”, que sería el cabeza de lista de los principales partidos europeos. Con ello se ganaría en visibilidad y así se hizo, promoviendo debates protagonizados por dichos cabeza de lista en las elecciones de 2014 y 2019. En el caso de Jean-Claude Juncker sí se siguió este procedimiento. Sin embargo, la Alianza de Liberales y Demócratas Europeos (ALDE) rechazó esa propuesta en las últimas elecciones, presentando a los primeros 5 candidatos en lugar de uno. Además, una vez celebradas las elecciones, que ganó el Partido Popular Europeo, su cabeza de lista, el alemán Manfred Weber, no resultó ser el presidente de la Comisión. Quizá en parte por eso y también para retomar el pulso de los objetivos europeos tras el Brexit, Ursula von der Leyen convocó la Conferencia.

No obstante, una conferencia no es una convención. Desde que se aprobó el Tratado de Lisboa, es necesario realizar una convención previa a la introducción de cambios en los Tratados. Sin embargo, la última convención, celebrada entre 2000 y 2003, fue un total fracaso: presidida por Valery Giscard D’Estaing, tenía como objetivo redactar una constitución europea. Cuando comenzó la ratificación, por referéndum en Francia y en Holanda, fue rechazada y ello llevó a abandonar la idea. Probablemente por el amargo recuerdo de hace casi 20 años, von der Leyen ha optado por una conferencia. El argumento que se ha dado a favor de esta última es que en una convención no habría representación de los ciudadanos.

La Conferencia está organizada en áreas temáticas, con una plataforma de participación ciudadana, que permite también localizar eventos cerca de nuestro lugar de residencia, a los que poder asistir. Sin embargo, los órganos más importantes y sobre cuya composición se ha debatido hasta el último momento, son el pleno de la conferencia y el comité ejecutivo. Respecto al pleno, como puede verse en el esquema, hay tres grandes bloques: 108 miembros del Parlamento Europeo, 108 de los parlamentos nacionales y 108 ciudadanos. Estos últimos, a su vez, proceden de paneles ciudadanos, eventos nacionales y un participante del Joven Parlamento Europeo. También participan 3 Comisarios, 54 representantes del Consejo, 18 del Comité de las Regiones y otros tantos del Consejo Social Europeo, más 8 representantes de la sociedad civil y 8 adicionales de los agentes sociales (sindicatos y patronal).  El Comité Ejecutivo recogerá las propuestas del Pleno y las transmitirá a la presidencia.

Son dos las líneas de trabajo que se abordarán de forma paralela durante los debates. La primera se centrará en las prioridades de la UE, como la lucha contra el cambio climático y los retos medioambientales, una economía al servicio de las personas, la justicia social y la igualdad, la transformación digital de Europa, el fomento de nuestros valores europeos, el refuerzo del peso de la Unión en el mundo y la consolidación de los fundamentos democráticos de la Unión. La segunda  tratará de los procesos democráticos y las cuestiones institucionales, como el mencionado sistema de cabezas de lista y las listas transnacionales de cara a las elecciones al Parlamento Europeo.

¿Cuáles serán los resultados prácticos de esta conferencia? Es pronto para decirlo, pero lo que se ha podido constatar durante este año de pandemia es que parte de los objetivos se han logrado, al menos de forma provisional, gracias a los acuerdos sobre la financiación plurianual y “Next Generation EU”. Eso sí, para que los avances que permitan completar la Unión Económica y Monetaria y, en concreto, la Unión Fiscal, se consoliden, será necesario que tenga la capacidad de convocar después una convención y modificar los Tratados. De no ser así, pasará sin pena ni gloria.

A pesar de que en España el comienzo de la Conferencia sobre el Futuro de Europa no ha tenido mucha difusión pública, la recién anunciada estrategia del gobierno español de convocar un proceso similar al de la Conferencia, tras presentar “España 2050”, no hará sino crear confusión. Aunque no se han dado detalles, se celebrará por Comunidades Autónomas y participación ciudadana durante los próximos meses,  en forma de “diálogo nacional” para abordar las reformas y marcar prioridades. Atribuirse como propios los éxitos de la integración europea y culpar a la UE de las medidas dolorosas es práctica habitual no sólo en España, sino también en el resto de Europa. Espero que los árboles, el humo o cualquier otro obstáculo no nos desvíen de los verdaderos objetivos, sin los cuales la España de nuestros hijos (o nietos) no se parecerá mucho a los ejercicios de prospectiva.

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