VALÈNCIA/MADRID (VP/EFE). El grupo cementero mexicano Cemex, que cuenta fábricas en Buñol (Valencia) y Alicante, ha anunciado este martes un proceso de reestructuración de su negocio en España que contempla el cese de actividad de dos fábricas, una reducción "importante" de su estructura y un expendiente de regulación de empleo (ERE) que no ha cuantificado.
La compañía, que emplea a cerca de mil trabajadores en España, ha explicado que estas medidas responden a la situación del sector y a las perspectivas de la industria frente a la nueva regulación europea sobre los derechos de emisión de dióxido de carbono (CO2) a partir de 2020.
Estos factores, según ha señalado en un comunicado, hacen "totalmente necesario" la adopción de medidas para asegurar el mantenimiento de la actividad de Cemex en España y su presencia en los diferentes mercados en los que viene operando.
En concreto, dentro de este proceso la cementera prevé una "importante" reducción de su estructura, así como el cese de actividad en dos de las siete fábricas de cemento con que cuenta en nuestro país.
Se trata de las fábricas situadas en Gádor (Almería) y Lloseta (Baleares), que emplean a 100 personas cada una.
Además, los ajustes de personal también se extenderán a otros centros de trabajo, determinadas oficinas comerciales y las propias oficinas corporativas centrales.
De hecho, la compañía ya ha comunicado a los representantes sindicales de los centros afectados la intención de la compañía de iniciar un proceso de despido colectivo.
Con todo ello, el proceso de reestructuración de la filial operativa española del grupo, Cemex España Operaciones, afectará tanto a su modelo de organización como a su implantación industrial en España.
La compañía, que no ha facilitado a cuántos trabajadores podría afectar el expediente de regulación de empleo, ha avanzado que las las negociaciones con los trabajadores se iniciarán durante el mes de noviembre.
Cemex tiene en España siete 7 fábricas de cemento, 44 de hormigón, seis canteras de áridos y nueve terminales marítimas, y una capacidad de producción de 10,4 millones de toneladas al añoo y 8,2 millones de toneladas de clíncker, según los datos facilitados en su página web.
En 2013, coincidiendo con la crisis y el estallido de la burbuja inmobiliaria, la compañía anunció un despido colectivo para 127 empleados de sus centros de producción. Un año antes, la compañía despidió a 339 trabajadores.