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MEMORIAS DE ANTICUARIO

Breve guía para coleccionar estampas antiguas y modernas

20/05/2018 - 

VALÈNCIA. Hace unas semanas estuve visitando el la feria “Gabinete”, que cumple su tercera edición y que en esta ocasión se celebraba en el Centro Cultural de la Villa de Madrid situado en los bajos de la plaza de Colón en la capital de España. Gabinete es una pequeña feria dedicada en esencia a la obra sobre papel. Especialmente grabado y dibujo, aunque se abre un tanto la manga para exponer también obras de pequeño formato en otros soportes como la pintura sobre cobre, tabla o incluso pequeños lienzos. Lo que sí que es obligado que flote en el ambiente de este certamen es ese espíritu propio de las pequeñas estancias, despachos y bibliotecas, de estudio y de un recogimiento no tanto religioso como artístico y de alguna forma, erudito. Lo que transmite la filosofía la feria es la especialización, pues se trata de obras que, por supuesto, son decorativas, pero ante todo están dirigidas a coleccionistas veteranos y dedicados, aunque también se hagan guiños a los nuevos y potenciales con obras muy asequibles. Dentro de la obra en papel tienen preponderancia a parte de los dibujos, las estampas, o lo que comúnmente se denominan grabados u obra gráfica.

El del grabado antiguo fue uno de los primeros “mundos” que me interesaron dentro del arte y las antigüedades, aunque nunca he alcanzado un conocimiento de erudito en la materia, y ni siquiera me he especializado mínimamente en un ámbito que requiere estudio y mucha dedicación, por mucho que siempre me haya parecido fascinante y poco valorado al menos en nuestra latitud. En mis primeros viajes a Francia solía traerme algunas estampas con escenas mitológicas dejándome llevar por lo atractivas que me resultaban, más que si se trataba una obra de este o aquel grabador, si tenía los bordes recortados o si era una primera tirada o posterior. Una vez aquí caía de bruces con la realidad, puesto que me eran realmente difíciles de vender, incluso a un precio modesto.

 En las ferias de papel suelen encontrarse grabados antiguos para coleccionistas. Salon du Dessin de París
No hay en España la tradición de coleccionar obra sobre papel como se da en otros lugares como Países Bajos, centro Europa o Alemania. Allí se dan cita los grandes coleccionistas de grabado y dibujo. Salvo relevantes ejemplos como son Ribera, Goya y Picasso no ha sido este un país de excelsos grabadores que tengan mercado internacional. Para ello hay que viajar al ámbito germano, holandés e italiano.

Lo primero que hay que decir es que no hay que pensar que coleccionar estampas antiguas es una afición cara. En absoluto. Puede ser todo lo cara que quepa imaginar o también, sorprendentemente económica, coleccionando obras con cuatro siglos de antigüedad si estas no reúnen los requisitos que piden los coleccionistas de alto nivel. El papel es un soporte muy frágil y en muchas ocasiones el estado de conservación no es todo lo bueno que nos gustaría. La conservación es una parte esencial en el coleccionismo de grabados. Eso condiciona de forma decisiva el precio de adquisición. Además, a los ojos de los que no somos coleccionistas, la diferencia entre una primera tirada y otra llevada a cabo un siglo después no es tan relevante como lo es para quien tiene el ojo entrenado.

En las librerías de libros antiguos se pueden encontrar excelentes grabados a precios muy asequibles

La obra gráfica moderna 

Al igual que sucede con la estampa antigua, la oferta de grabados, litografías y serigrafías es muy amplia, y diversa en cuanto a las tiradas, calidades o artistas. Aunque no es algo preciso, y tampoco es una cuestión que importe demasiado, podríamos decir que la estampa moderna comienza con las vanguardias a principios del siglo XX. En el arte del siglo XX es raro el artista que no haya dedicado parte de su producción a la obra seriada y, en ocasiones, por cuestiones más crematísticas que artísticas, quizás algunos grandes artistas han abusado de la obra gráfica empleando grandes tiradas.

Parece obvio que el precio de la obra gráfica acostumbra a ser claramente inferior al de los originales sobre sobre tela o tabla, aunque, lo es también que determinada obra grafica de artistas importantes alcanza cifras que no son para todos los bolsillos. Si queremos comenzar una pequeña colección de obra gráfica moderna debemos observar varias cosas a la hora de ponderar el precio a pagar: primero es ver si se trata de un grabado o bien una lito o serigrafía. El grabado frente a las otras dos, dentro de la obra de un artista, siempre tendrá más valor. Asimismo, es conveniente atender a la tirada: es fácil de entender que una tirada de pocos ejemplares (el número de ejemplar aparece en la mayoría de los casos en el ángulo inferior izquierdo, a lápiz), siempre será más cara puesto que hay pocos de estos por el mundo y su adquisición, por la rareza, más perseguida por los coleccionistas de ese artista los buscarán más. 

Asimismo, observemos, y esto es importante, si la firma del artista está realizada a lápiz, es decir, está estampada por la mano del autor o está realizada en la misma plancha o piedra litográfica y por tanto es también parte de la estampación, lo cual hace disminuir el valor. El estado de conservación del papel es también algo que hay que tener muy en cuenta: que no tenga humedades, marcas de haberse doblado, roturas. No se debe olvidar que el factor que determina el precio de una obra es su demanda frente a la oferta existente en el mercado, por lo que es posible encontrar una amplia horquilla de precios, pudiendo llegar a ser más caras algunas litografías que algunos lienzos, según los autores que comparemos. Todo depende de la pieza, de sus circunstancias de creación y de la valoración del pintor.

Serigrafía de Yturralde 'Figura imposible'

También se valoran otro tipo de aportaciones que tienen que ver con la libertad del autor y por tanto propias del arte del siglo XX. Se trata de las intervenciones personales del artista, como las modificaciones añadidas a posteriori. Se habla así de litografía, serigrafía o grabado intervenido: puede ser un papel u objeto pegado, una intervención empleando pintura, lápiz o cualquier otro procedimiento etc. Las intervenciones convierten la pieza seriada en única con lo que el valor de la obra aumenta sensiblemente.

Documentarse para comprar obra gráfica o cualquier otro tipo de pieza artística es un proceso intenso y que, debido a la ingente cantidad de información disponible, puede llegar a abrumar. Los catálogos razonados de obra gráfica te permitirán conocer en profundidad la producción artística del pintor. En estos se suele estructurar cronológicamente las obras con la fecha concreta de creación, técnica, tirada, título etc. 

El coleccionismo de papel tiene en el dibujo su zona noble. La escasez del buen dibujo antiguo y las características del mismo en cuanto a su espontaneidad, la genuina maestría sin enmascaramientos y la rapidez rozando con la improvisación, lo convierten en el camino más corto que nos conecta con la mente del artista. Pero de todo eso hablaremos en otra ocasión.

 Aguatina de Eduardo Chillida 

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