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una alianza de empresas valencianas y la fundación alberto contador impulsa la iniciativa

'Bicis contra el lodo' para recuperar la movilidad tras la Dana: "Es una alegría después de perder el coche

  • Fotos: KIKE TABERNER

VALÈNCIA. "El primer pedaleo constituye la adquisición de una nueva autonomía, es la escapada, la libertad palpable, el movimiento en la punta de los dedos del pie, cuando la máquina responde al deseo del cuerpo e incluso casi se le adelanta. En unos pocos segundos, el horizonte limitado se libera, el paisaje se mueve. Estoy en otra parte". Así describía el francés Marc Augé en su ensayo Elogio de la bicicleta las sensaciones generadas por este vehículo de dos ruedas que se ha vuelto un gran aliado en tiempos difíciles.

Cuando más de 100.000 coches han sufrido daños por la Dana en la provincia de Valencia, buena parte del transporte público ha desaparecido temporalmente y muchas carreteras siguen cortadas, la bicicleta ha adquirido ese aura de libertad, que permite recorrer kilómetros de forma holgada entre poblaciones que han dejado de estar conectadas con motor por restricción o por pérdida. Permite unir a ciudadanos con su trabajo. A los niños con las escuelas. 

Con ese afán de devolver la movilidad a los residentes de L'Horta Sud después de que una tromba de agua y fango les arrebatara buena parte de sus vidas hace ya más de dos semana, la acción 'Bicis contra el lodo' ha iniciado un reparto de bicicletas entre habitantes de estas poblaciones, a quienes su uso les hará la vida un poco menos difícil, dada la situación. Una iniciativa puesta en marcha por la compañía valenciana DoYouBike, en colaboración con la Fundación Alberto Contador, Valencia Cáritas, el activista Juan Dual, y las tiendas locales TodoBici y Vuelta de Tuerca, que daba el pistoletazo de salida este martes en la población de Picanya con las primeras entregas, ubicación a la que también se emplazó a residentes de Paiporta, uno de los municipios que a día de hoy en peor estado se encuentra.

Más de 1.600 peticiones y alrededor de unas 300 bicicletas asignadas por el momento, que irán repartiéndose con tantas historias distintas como personas acudieron y acudirán a por ellas. Entre los primeros usuarios que llegaron a por sus bicis estaba Marcos, de Paiporta, estudiante universitario con un coche que ha terminado en el desguace. "Ahora las clases son online, pero la bici será para ir a ver a mi novia a Xirivella, y ya cuando reactiven las clases iré hasta la Universitat Politècnica de València", explica tras la entrega.


Tatiana también llega desde Paiporta. Tenía un coche allí y otro en Torrent arreglándose, y los dos terminaron inundados. "Trabajo en Catarroja, pero toda mi familia está en Torrent. Y cuando necesito coger algo o quiero ir a una farmacia, me estoy pegando palizas de dos horas caminando. Mientras llega el momento en el que me pueda comprar otro coche y haya ayudas, para mí esta bici es una alegría muy grande", apunta. Unas bicis que han sido entregadas acorde a las necesidades de cada usuario, su altura y perfectamente ajustadas por personal de los promotores de la iniciativa antes de salir de la nave.

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