el billete / OPINIÓN

Mazón se agarra al centro

Foto: KIKE TABERNER
15/10/2023 - 

Queda un poco lejos de este billete dominical la festividad del 9 d’Octubre, tras una semana en la que han pasado muchas cosas en España y en el mundo, pero no me resisto a comentar el primer discurso de Carlos Mazón como presidente de la Generalitat en el día grande de los valencianos. Un discurso correcto para la ocasión, bien armado, reivindicativo y sin tantas citas literarias como los de Ximo Puig, para quien, junto al resto de expresidentes y sin citarlos expresamente, tuvo unas palabras de reconocimiento.

Un discurso que vale la pena por esta frase que se sale de la habitual retórica patriótica, pronunciada casi al principio, tras afirmar que la Comunitat Valenciana es una tierra hospitalaria donde caben todos los que quieran sentirse como en casa porque aquí serán "un valenciano más", si así lo quieren: "Uno más entre todos los que nos sentimos valencianos en cualquiera de las cinco millones de maneras que hay de vivir ese sentimiento de pertenencia a un proyecto cargado de historia, de presente y de futuro. Un proyecto con cinco millones de maneras de sentirlo, y donde todas valen por igual".

La idea la completó, más hacia el final, con frases como "me niego a pensar que la diversidad de esta tierra tenga propietarios" o "no hay dueños de la pluralidad territorial", palabras que quienes adolecemos de falta de espíritu patriótico no podemos más que celebrar.

Mazón completó su canto a la pluralidad con un homenaje a las personas que recibieron una distinción de la Generalitat el 9 d’Octubre, que son la demostración de que esta tierra de paso, de inmigración y de conquista es tan diversa, que es inútil tratar de acotarla.

Foto: EVA MÁÑEZ

El cuento se lo deberían aplicar aquellas personas –las hay en todas partes y en todos los partidos, también en el PP– que malgastan su tiempo repartiendo carnets de buen valenciano y descalificando a quienes viven ese sentimiento de otra forma o, simplemente, lo viven con menos pasión. O con ninguna. Todas valen por igual.

La inmensa mayoría de los valencianos viva su fiesta grande en la playa o de viaje, ajena a la "procesión cívica" con la Senyera que algunos energúmenos convierten en incívica, igual que ocurre en Madrid en la parada militar del 12 de octubre, Día de la Fiesta Nacional, o en la Diada Nacional de Catalunya cuando le ponen flores al monumento de Rafael Casanova.

Entre las cinco millones de maneras de vivir –o no– el sentimiento valenciano están las de quienes sueñan con pertenecer a los Països Catalans, que el 9 d'Octubre y el 25 de abril se traen a catalanes a la manifestación para hacer bulto; y están las de quienes se consideran "solo españoles" y no valencianos, que son el 21%, según la última encuesta del CIS al respecto. La mayoría, el 60%, se considera "tan español como valenciano", mientras que el porcentaje de quienes se sienten más valencianos que españoles o a la inversa está igualado en torno al 6,2%. Quienes se sienten únicamente valencianos y, por tanto, no españoles –y ahí incluiríamos a los que sostienen, como Joan Fuster, que ser valenciano es nuestra manera de ser catalanes–, son el 1%. El resto, no sabe o no contesta.

Con estos resultados, que ya se daban sin apenas variaciones antes de Tezanos –no vayamos a echarle la culpa–, uno se pregunta si los partidos todavía pescan algún voto cuando se enfrentan entre sí en modo nacionalista con las peleas de siempre.

Foto: KIKE TABERNER

Además del discurso en el que Mazon apeló a la unidad dentro de esa diversidad, el jefe del Consell se prodigó durante el puente del 9 d’Octubre en entrevistas en medios locales y nacionales con un mensaje de centralidad que le está funcionando, a pesar de los contratiempos que le causan sus socios de Vox. Que algunos no son para tanto por muchos aspavientos que provoquen. Por ejemplo, la polémica sobre el futuro de las oficinas de violencia de género, que Elisa Núñez nunca tuvo intención de cerrar, sino más bien de reforzar, como manifestó a este periodista días antes de que saltara la polémica. Mazón no solo salió a desmentir que se fueran a cerrar, sino que defendió a la consellera de Vox porque se habían malinterpretado unas declaraciones que hizo.

Digamos que Mazón no tiene en el Consell a un García-Gallardo –el excéntrico vicepresidente voxista sin cartera de Castilla y León– y, gracias a su buena relación con Vicente Barrera, está sabiendo manejar las polémicas que provocan las iniciativas de Vox. La de la pancarta de "Les Corts contra la violencia machista", tras la que rechazaron ponerse los diputados de Vox, incluida la presidenta, Llanos Massó –que se hace llamar "señora presidente"–, supo encauzarla el PP copiando para la Cámara autonómica el lema de la Delegación del Gobierno: "No a la violencia contra las mujeres". Un lema que a la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, le pareció, de pronto, insuficiente, por lo que la cambió por "violencia de género", en lo que fue una lamentable guerra de pancartas que dejó en segundo plano a la víctima de violencia de género a la que se pretendía homenajear.

(Inciso: cuando un servidor se especializó, allá por 2008, en información sobre "violencia machista", los grupos feministas y las expertas en el tema me pidieron que usara la expresión "violencia de género", que a mí me gustaba menos por tratarse de un anglicismo, y así lo hice. Por eso también lamento que Les Corts haya cambiado el lema "contra la violencia machista", que siempre me pareció más adecuado, al tiempo que celebro que se haya recuperado para la causa.)

El negacionismo de Vox sobre la violencia machista y polémicas como la del valenciano no normativo o el cambio climático, lejos de perjudicar a Mazón, le ayudan a potenciar su imagen de político de centro-derecha más centrado que otros de su partido, al actuar como dique de contención frente al programa político extremo del partido de Abascal.

Foto: KIKE TABERNER

El líder del PP valenciano, que vive un momento dulce, se ha desenvuelto con solvencia en la ronda de entrevistas en medios de ámbito nacional, donde las preguntas no versan sobre los problemas del día a día de los ciudadanos que los gobiernos nunca arreglan sino sobre la agenda española: pactos con Vox, investidura, amnistía, referéndum, Cataluña, Cataluña, Cataluña..., que diría Mulet.

En la segunda entrevista que concede a la Cadena Ser desde que es presidente, Àngels Barceló le preguntó si se sentía más identificado con Isabel Díaz Ayuso o con Juanma Moreno, pregunta muy de la capital. Mazón aprovechó la ocasión para reivindicar un estilo propio, como ya demostró con su pacto exprés con Vox. Por el momento, no le ha ido mal. 

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