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alquilan parcelas en sevilla y cádiz para completar sus cosechas

Empresas agrícolas de Alicante llevan a Andalucía parte de su producción por la falta de agua

22/10/2017 - 

ALICANTE. No solo las causas políticas obligan a las empresas a trasladarse de territorio, en ocasiones pueden ser simplemente ambientales. Especialmente cuando la causa ambiental es tan determinante como la escasez de agua para riego en el sector agrícola. Es lo que está sucediendo en el área de influencia del trasvase Tajo-Segura, afectada por la carencia de lluvias tanto en la zona receptora como en la cabecera del trasvase, lo que ha limitado la transferencia y los recursos disponibles para el campo.

Así, empresas agrícolas de la Vega Baja, en la provincia de Alicante, y también del Campo de Cartagena, en Murcia, están viéndose obligadas a deslocalizar su producción: según han confirmado a Alicante Plaza distintas fuentes consultadas en el sector, estas empresas han comenzado a alquilar terrenos en desuso en la zona occidental de Andalucía, donde el clima es muy parecido al del Mediterráneo, para poder trasladar a esos terrenos parte de su producción. Al no disponer del agua suficiente para cubrir toda la cosecha prevista, una parte de ésta se lleva a cabo en Sevilla, Huelva o Cádiz, según estas fuentes.

Las empresas están recurriendo al alquiler de terrenos agrícolas en desuso, en principio solo para este invierno, como solución puntual. Los cultivos que se desarrollan en estas parcelas de alquiler son fundamentalmente lechugas, alcachofas y brócoli. "Se trata de cultivos de invierno que en los países del norte de Europa no pueden desarrollarse por las bajas temperaturas. Ellos los cultivan en verano, pero en invierno nos los compran a nosotros", explica una de estas fuentes, que pide mantener la discreción sobre su empresa. Habitualmente, las firmas hortofrutícolas alicantinas que destinan su cosecha de invierno a la exportación tienen un contrato firmado a varios años que exige la entrega de un volumen de producción determinado, por lo que reducir la superficie cultivada en Alicante o Murcia para adaptarse al caudal disponible no es una opción.

“Pongamos que para una producción concreta, el agricultor sabe que necesita 30 hectómetros, pero cuando acude a su comunidad de regantes, ésta le dice que este invierno solo va a poder disponer de 10, debido al bajo nivel de los embalses y el cierre del trasvase”, argumenta otro empresario del sector. “Es decir, solo puede cubrir una tercera parte de la producción que tiene firmada con el cliente alemán. Así, no le queda más remedio que llevarse a otra zona las dos terceras partes de la producción que necesita”. Esta alternativa permite salvar el contrato con el gran cliente europeo, pero a cambio encarece el cultivo, reduciendo así su rentabilidad. “No solo porque tengas que pagar un alquiler adicional, es que además tú tienes toda tu logística en el Campo de Cartagena, y ahora tienes que trasladar hasta aquí la producción andaluza para unirla a la local antes de enviarla al comprador”. Es decir, que se encarecen también los costes de transporte.

El sur de Alicante y la Región de Murcia se consideran “la huerta de Europa”, especialmente en invierno, cuando el clima continental no permite llevar a buen puerto determinados cultivos por las bajas temperaturas. La exportación hortofrutícola es, de hecho, el segundo gran pilar de la balanza comercial de la provincia, tras el calzado, y por delante del mármol. En 2016, las ventas al extranjero de frutas, hortalizas y legumbres cultivadas en la provincia superaron los 750 millones de euros, según los datos del Icex. Una cifra que llega a 1.000 millones si se añaden los preparados de frutas (conservas y confituras, por ejemplo).

El presidente del sindicato Asaja de Alicante, Eladio Aniorte, destaca que “sacar adelante un cultivo cuesta muchísimo dinero, y no podemos arriesgarnos a perderlo porque nos falte agua”. Según explica, en su sindicato han detectado también que algunos agricultores  alicantinos llevan parte de su producción a Castilla-La Mancha, alquilando parcelas en la región desde donde debería llegar el agua del Tajo-Segura, aunque en este caso solo para cultivos de verano. La elección de las provincias de Sevilla, Huelva, Cádiz o, como mucho, Granada (Almería se descarta porque padece la misma escasez que Alicante y Murcia) se explica porque también tienen clima mediterráneo, con inviernos suaves, frente al clima continental del resto de España.

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