ALICANTE. El juzgado de lo Mercantil número 1 de Valencia, que tramita el concurso de acreedores de la promotora Nou Temple, ha resuelto acumular en un único procedimiento las solicitudes de incumplimiento del convenio que han presentado diversos acreedores de la Marina Alta (y a la que se han sumado el fondo Aiqon Capital y el Banco Santander) contra las tres sociedades que forman parte del grupo. En una providencia dictada el pasado lunes, el juez admite la solicitud de uno de los acreedores para acumular los tres incidentes concursales.
Como ha contado este diario, los acreedores de la Marina Alta (pequeñas empresas y autónomos que trabajaron en su momento para la promotora valenciana en sus proyectos en la comarca) presentaron en abril una solicitud de incumplimiento del convenio, dado que denuncian que la mercantil de Vicente Flames no está cumpliendo el calendario de pagos establecido cuando se aprobó el convenio y el plan de viabilidad. Las solicitudes se presentaron contra las tres sociedades que forman el grupo (Grupo Temple Obras, Proyectos y Desarrollos Urbanísticos S.L.U.; Promociones Nou Temple S.L.U.; y Temple Servicios Inmobiliarios S.L.U.) y fueron admitidas a trámite por el juez el pasado mes de mayo.
Ahora el titular del juzgado de lo Mercantil 1 ha admitido la solicitud de uno de los acreedores para acumular los tres procedimientos en uno, dado que aunque se trata de tres mercantiles diferentes, en realidad es el mismo deudor (en la fase de concurso ya se optó por esta solución). De esta forma, el juzgado ha dado traslado de dicha resolución a las partes personadas en cada uno de los tres incidentes concursales, al tiempo que otorga un plazo de 10 días a los afectados por esta decisión para que presenten alegaciones. Asimismo, cabe recurso de reposición en el plazo de cinco días ante el mismo tribunal.
El grupo Nou Temple fue una de las promotoras más destacadas de la Comunitat, junto a Llanera, entre 2006 y el estallido de la burbuja inmobiliaria. Con el exfutbolista del Valencia C.F. David Albelda como imagen publicitaria de sus residenciales, la promotora valenciana puso en marcha distintos proyectos en las tres provincias de la Comunitat, en Tarragona y en Baleares. La declaración del concurso de acreedores, en junio de 2008, paralizó una treintena de promociones con más de 1.000 viviendas, que debían reanudarse para venderse y generar ingresos con los que atender el calendario de pagos.
En junio de 2010, la firma que preside Flames logró que los acreedores y el juez dieran el visto bueno a un convenio que suponía una quita del 50% y el pago del resto de la deuda, unos 80 millones de euros, en ocho años con dos de carencia. El plazo vence justo dentro de 12 meses, sin que, según estos acreedores, se hayan reanudado las promociones paradas (la única obra terminada después del concurso es en la actualidad un hotel en València) ni atendido los pagos pendientes. Con la solicitud de incumplimiento, los acreedores podrían forzar la liquidación anticipada de la empresa si se concluye que no tiene suficiente masa activa como para hacer frente a los pagos pendientes.