MÚSICA  

Dani Belenguer (Bearoid): hay un hombre que lo produce todo

2/08/2023 - 

VALÈNCIA. El primer EP de Dani Belenguer, más conocido como Bearoid, que figura en Spotify data de 2014. Casi una década de música pop en la que además de ocupar la parte central de los escenarios, ha integrado otras formaciones y llevado de la mano algunos de los nuevos rostros de la escena musical. Tras pasar por Barcelona y regresar a València, Bearoid se lió la manta a la manta a la cabeza —donde suele lucir gorras — y se fue a Madrid. “València tiene este punto de ciudad gelatina donde todo se ralentiza y tras vivir en Barcelona necesitaba un poco de adrenalina. Después de ir a tocar un par de veces a Madrid, recuerdo coger el metro, sentarme, mirarme en el reflejo y sentir como se me erizaba el pelo. Volvía a tener ilusión por hacer lo que hacía. València tiene cosas increíbles, pero creo que no estoy en el momento adecuado”.

Desde la capital, Dani produce regularmente a Casero, Mira Paula y Ganges. Acaba de terminar el último disco de Vangoura y está comenzando a trabajar en temas nuevos con Las Petunias y nombres como Sierra Leona o Júlia Mills. Es también parte de la boyband del bar de la esquina: Alavedra. ¿Bearoid es  el músico y Dani Belenguer el productor? ¿Hay distinción entre una y otra faceta? “Conforme avanza el asunto tiene pinta de que Bearoid irá dejando de ser un sitio donde hago mi música y acoge todo lo que hago con otros artistas. No dejaré de hacer música con Bearoid (creo) pero diría que la identidad está virando hacia ser mi identidad dentro del mundo musical de cara a otros músicos. Dani Belenguer ya no sé ni qué es, a veces el nombre con el que firmo las piezas publicitarias —además de lo mentado anteriormente, Belenguer realiza jingles y vídeo para todo tipo de marcas—, pero algunas veces las firmo como Flipante, otras Bearoid. Llevo un lío de gorras encima que no veas”. 

“No suelo buscar a nadie para producirle a no ser que me haya enamorado de su proyecto, que últimamente no me pasa porque no tengo tiempo y ya vivo enamorado de toda la gente con la que estoy. La gente suele venir a mí porque le gusta mi sonido o el de alguien con quien he trabajado. Trabajar codo con codo durante unos días me genera una conexión emocional muy profunda, acabo echándoles de menos, aunque a veces quiera matarles. Las Petunias, por ejemplo, me envían demos del horror grabadas con el móvil, y en cuanto las montamos bien me quedo anonadado. En general trabajar con gente que tiene talento y hace cosas bonitas hace que se me pase el día volando, me gusta no mirar el reloj”.

Su cómputo de proyectos propios, ajenos y paralelos es un juego malabar con objetos punzantes. “Alavedra surgió entre otras cosas como vía de escape de Bearoid. Por entonces Bearoid era un proyecto serio y exigente, que requería más del 50 % de mi día a día. Por la naturaleza de ambos proyectos nunca se han chocado. Alavedra es pura idiotez, ideas estúpidas bienvenidas y disfraces comprados en un bazar media hora antes de subir a tocar. Es verdad que a día de hoy Alavedra es cada vez más importante, y por tanto serio, lo cual es a la vez triste y emocionante. Pero Bearoid en estos momentos está cayendo lentamente a un estado de hibernación, como artista ya no me llaman de casi ningún sitio, a día de hoy es un nombre respetado en la industria y una canción agradable en una playlist, pero poco más”. 

Para el artista, la escena nacional del pop alternativo, bedroom pop y otras denominaciones es “un género muy cómodo de escuchar por casa, lo acaban metiendo en muchas playlists y tiene repercusión digital, pero es difícil que la gente luego vaya a los conciertos. No hay una escena, los artistas no se hablan entre ellos porque los backstages son los lugares de unión. Cada uno vive en su torreón / el estudio casero de su productor y solo se encuentran en eventos de marca donde todo el mundo va estiradísimo y tienes que lucir guay. Luego veo a Las Petunias y a Vicente Calderón, chavalitxs de cantera del indie y el garage que me encanta producir, que están propulsados, tienen mucho hype dentro de la industria. La gente los va a ver tocar, y no dejan de ser yogurines. Me pasa un poco igual con Bearoid y con Alavedra, puedes tener muchas escuchas y que los medios hablen a menudo de ti, pero la realidad digital no representa en nada la realidad de los directos, que es donde te acabas de enamorar, compras el merchandising, te conviertes en fan de verdad”. 

La no escena o el sector está diezmada por las exigencias del mercado, un modelo de entretenimiento que si se analiza, acaba hasta con el más apasionado: “La gente no tiene ni idea de lo lamentable e insostenible que es el mundo de la música, los conciertos y los plays. En ocasiones bromeo con Pau Paredes, mi compañero de estudio, que a veces trabajamos de productores y otras de alimentadores de ilusiones. Uno de los ejes que sostiene la industria musical es la gran cantidad de personas que lo dan todo por una promesa que en el 95 % de los casos nunca llega. Estamos literalmente sostenidos sobre una pila de cadavercitos que son los sueños de mucha gente. ¿Consejo? Si quieres entregarte a la música y perder tu vida en ello hazlo, pero ten un plan alternativo, o prepárate para ser un parásito de tus padres”.

Pero no todo son fantasmas y demonios. “Me he encontrado a grandes personas. No solo talento y gente con un corazón de ballena azul. También enamorados de la música y de la industria, incorruptibles, con poder e influencia pero sin delirios megalomaníacos. Por ejemplo, Javi Ferrara, un promotor de Madrid ilusionado por la música que monta saraos sin parar por Madrid a veces motivado literalmente por amor”. 

Sus consejos de productor consolidado a productor novel pasan por ignorar “cualquier publicidad a lo crypto bro de la producción que salga en Instagram. Los papanatas también han llegado a la producción musical”. Si eres un productor o productora en ciernes, Bearoid te dice: “Haz mucha música y no empieces a venderte antes de tiempo. Empápate de tutoriales de YouTube, bájate plugins piratas hasta que puedas permitirlos y haz mucha música de mierda que no va a ir a ningún lado: pide feedback y reconoce tus errores o no vas a avanzar. Tienes ego, y el ego es una bestia creativa pero también emocionalmente dañina y un lastre. Púlete y aporta un aprendizaje nuevo a tu producción cada día: empieza GRATIS y haz música para tus amigos y todo el mundo que se te ocurra, pero nunca lo vendas como tal. Véndelo como promoción, como prueba, pero siempre di que va a ser temporal, incluso para tus amigos; genera tracción y sube poco a poco; decide si te vas a especializar y ser más un beatmaker o si pretendes ser un productor al uso, gente que convierte ideas en realidades. En base a eso tu aprendizaje irá por un lado o por otro”. 

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