EN LA FRONTERA / OPINIÓN

Cultura: público y públicos

1/10/2023 - 

El pasado jueves se desplazó a Alicante la plana mayor de la Conselleria de Cultura para confirmar que Alicia Garijo seguirá al frente de la sala Arniches, uno de los focos culturales más inquietos de la provincia, junto con Las Cigarreras y el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante, MACA. Plana mayor: el director general de Cultura, Sergio Arlandis, y Abel Guarinos, director del Instituto Valenciano de Cultura, que, al igual que Garijo, ya desempeñaban el mismo puesto con el Gobierno autonómico del Botànic. Lo mismo queNuria Enguita en el IVAM. Normalidad democrática: Vox ha mantenido a algunos gestores excelentes, como es el caso también de José Luis Pérez Pont, director del Consorcio de Museos de la Generalitat y director a la vez del Centro del Carmen de Cultura Contemporánea en València (a la chita callando el CCCC ya es referencia nacional, con exposiciones multiculturales e interculturales, perspectiva queer....)

Arlandis, profesor universitario, investigador, crítico y poeta, es uno de los fichajes estrella del conseller de Cultura Vicente Barreda. Es el fichaje estrella para ser más exactos, con permiso de Pilar Tébar. Hay que bajar a los matices de  La Confirmaciónde Alicia Garijo: don Arlandis dijo que había que analizar los picos de público, los altos... y los bajos, claro. Y lanzó una especie de advertencia: "El público marca el paso". Advertencia dirigida a todos los espacios escénicos en los que interviene la Generalitat(incluyamos el Teatro Principal de Alicante, también el de València, propiedad de la Diputación pero medio cedido a la Generalitat). Se trata de un arma de doble filo, lo del público me refiero: en la Arniches ha habido reventones (Silvia Pérerez Cruz, Francisco Contreras, Niño de Elche), llenazos, y medio llenos.  Como en todas las salas, sean públicas o privadas. O como en las corridas de toros (casi todas la plazas son de propiedad pública). 

Lo importante es que su programación, seguimos con la Arniches, ha sido más que notable: me remonto a la útima edición de A la fresca, usando el inmenso espacio de Casa Mediterráneo, con llenos prácticamente totales para contemplar lo  mejor de circo contemporáneo/danza experimental. Todo a taquilla y sin precios políticos (5 euros por ejemplo).  No sé si ese dato lo tiene analizado don Arlandis: la vocación de la programación de la Arniches pasa por no ser un pozo ruinoso. Sí que es cierta la vocación de Garijo, y esa es la propia filosofía de sala (salita, coqueta) de ofertar calidad con notables grados de experimentación; también espectáculos familiares, ojo. 

Es decir, para ver zarzuela hay mil espacios en la provincia que la ofertan. Alicante tiene una afición histórica al llamado "género chico". Digo zarzuela, digo sainetes populares o jotas. Cada cosa en su sitio. "La cultura debe representar a toda la sociedad y no solo a una parte", declaraba Arlandis a Plaza semanas antes de su nombramiento, cuando era director de la Nau de la Universidad de València y responsable de Iniciativas (supongo que culturales). Obvio. Igual de evidente es que en la sociedad del espéctaculo, espléndido ensayo de Vargas Llosa que retoma en parte las reservas de Horheimer y Adorno contra la cultura de masas en su "Dialéctica de la ilustración", no todo es Cultura, en mayúsculas. Dicho de otro modo, para que nos entendamos todos: la sala Arniches, y otras, no están para albergar MasterChef o ¡Mira quién baila! Lo dicho: cada cosa en su sitio. No es lo mismo Con faldas y a lo loco del maestro Billy Wilder que Lo verde empieza en los Pirineos. No es lo mismo una ópera bufa de Mozart que una fantochada de Las Nancys Rubias.

Estoy convencido de que Arlandis distingue todo este tipo de cuestiones aunque se ve en la obligación de advertir de que no quiere cosas excesivamente raras (minoritarias o no) para empatizar mínimamente con el partido que lo ha nombrado, Vox. Llueve sobre mojado: el conseller Barreda advertía hace unos días que hay que redefinir los baremos en ayudas a las producciones e instituciones culturales "para que sean menos ideológicos" (a Abel Guarinos se le ha puesto cara de sota). Todo en sintonía con otra fatwa reciente contra "el catalanismo supremacista y cultural". El partido de las tres letras está en lo que está. Que nadie se llame a engaño.

El alcalde de Elche Pablo Ruz (melómano confeso y tocador de piano) ha tenido el acierto de mantener y potenciar la Semana Bach, ya en su XIII edición. Excelentes la Oda a Santa Cecilia de Häendel y dos cantatas de Bach, ejecutadas en la Basílica de Santa María: mejor aura imposible. Un aplauso, o dos, para Rubén Pacheco, doctor musicólogo, y director/creador de la  Orquesta Musike Hemera (Pacheco es de los que más saben del Misteri d'Elx, sino el que más). Una delicatessen para melómanos según me cuentan algunos de los amigos con los que fui a  las citadas funciones (servidor no tiene el oído muy fino; lo justo).  Pacheco: tenemos un pequeño genio en la provincia de Elche; ya me lo  había advertido Manuel Ramos, otro pequeño genio además de bicho,  cuando el concurso hace meses para mestre de Capilla del Misteri d'Elx que finalmente ganó Francisco Javier Gonzálvez (excelente pedagogo, importante, y muy apreciado por los cantores; hay  que potenciar de nuevo la presencia de mujeres en La Escolanía).  Pacheco, un personaje. Y yo sin ser plenamente consciente de ello.

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