EL PENALTI / OPINIÓN

Cuestión de estilo

El Elche de Alberto Toril sigue buscando. Los franjiverdes trabajan en la definición de una idea de juego difícil de desarrollar en la Segunda División. La apuesta por el buen fútbol conlleva una serie de riesgos que han dado paso a un estilo más encorsetado. Encontrar el camino no esta siendo nada fácil, mientras las dudas siguen sin disiparse

11/10/2016 - 

Los primeros 100 días de Alberto Toril al frente del Elche CF, cumplidos la semana pasada, dejan un horizonte de dudas al amparo de la sombra del entrenador cordobés. El equipo ha sabido ofrecer su mejor versión, pero también la peor. Con un juego alegre,fundamentado en la posesión, la amplitud de campo y la profundidad; el Elche CF 2016/2017 empezó la temporada deslumbrando por sus sensaciones. El tropiezo en Girona bajó de la nube a un entorno acostumbrado a los golpes, tanto futbolísticos como institucionales. Aún así, la ilusión por una temporada sin sobresaltos perdonó el batacazo con el regreso, siete días más tarde, a la senda de la victoria.

El paso de las jornadas ha ido confirmado el miedo a un cambio de estilo en pro del resultado. El Elche CF ha involucionado. Los franjiverde han pasado de una idea alegre de juego a un concepto más encorsetado, con dudas de principiante en las alineaciones y falta de reacción a la hora de encontrar las soluciones. Sólo Alberto Toril puede resolver la ecuación. De nada sirve la teoría si no se convierte en práctica y por muchos mensajes que se envíen tras un micrófono, si la palabra no se plasma sobre el césped, el discurso queda vacío.

La necesidad de encontrar un sustituto al lesionado ‘Mandi’ ha abierto la caja de pandora. La plantilla franjiverde no tiene un jugador de las características del grancanario, el más parecido es un ‘Lolo’ que no es del agrado de Toril. La llegada de Álex Fernández no ha cubierto las exigencias y necesidades de un grupo que necesita hacerse fuerte, como hiciera durante la pretemporada, en la zona medular. Nadie le discute la calidad al madrileño, pero su papel no es el que se requiere para la zona de máquinas. Toril superpone a los jugadores en un triángulo que es el eje de su idea futbolística. Con Álex Fernández y Matilla, con una función compartida pero no definida, y Dorca, solo y asfixiado en las labores defensivas, el equipo se resiente. Por muy buena salida de balón que quieras darle al equipo falta lo más importante, el equilibrio.

El Elche CF de Toril siempre se ha caracterizado por fijarse en sí mismo, al menos esa es la idea que se ha vendido. Sin embargo, de ocho partidos, dos han visto como la nave ha virado en busca de ponerse la venda antes de hacerse la herida. Las alienaciones ante CD Lugo y AD Alcorcón preocupan, no por el marcador o las sensaciones, ya de por si inquietantes. Nada que ver. Preocupan porque se juega desde el túnel de vestuarios en función del rival y ese, Toril, no es el Elche CF que nos han puesto en el escaparate.

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