VALÈNCIA. Tómese el titular en sentido literal. Ese es el argumento de Sex Criminals, un comic de Image. Un pequeño grupo de personas, cuando tienen un orgasmo, pueden detener el tiempo e irse por ahí mientras todo lo demás, la realidad, se mantiene congelada. ¿Qué haría usted en ese caso? ¿Robaría? Los protagonistas, una pareja, es lo que hacen. Pero tienen un buen pretexto, salvar una biblioteca de un embargo bancario y bla, bla, bla... aunque no tardan en aparecer en Miami con toda la pasta como sería de esperar, si bien eso es lo más predecible de esta historia.
Es difícil añadir algo más surrealista al puto de partida de este cómic. Los primeros números reconstruyen la memoria y vivencias de la pareja con el aludido don. Cuando se masturbaban de adolescentes, alucinaban porque el tiempo se detenía a cada orgasmo. Momentos que fueron aprovechados para hacer de todo, para colarse en todas partes, para venganzas, para todo lo que se puede hacer cuando el tiempo se ha detenido.
Técnicamente, paran el tiempo todo lo que dura el "periodo refractario" del sexo, que es lo que va entre un orgasmo y la posibilidad de obtener el siguiente. En el momento en que sienten que su cuerpo está listo para más, el tiempo vuelve a ponerse en marcha. Alguna vez les pilla por ahí de aventura pensando que el reloj no corre.
Y decíamos que se le pueden añadir pocas cosas más surrealistas, pero sí, sí que se puede si lo hacen los autores del invento. A sus fechorías como pareja que para el tiempo a orgasmos, hay que ponerles la aparición de los correspondientes antagonistas. En este caso, la Sex Police. Van vestidos de blanco, como en la portada del disco de Cheap Trick, Dream Police. Y tienen, lo típico, un thriller de persecuciones con los protas.
Mejor en cada número
También uno pensaría que con estas alforjas, poco viaje... pero no. Otro error. La disparatada historia no hace más que mejorar cuantas más entregas van saliendo. Cada vez engancha más y va ganando, no se lo pierdan, en profundidad. Sobre todo al aparecer nuevos personajes.