alicantinismo / OPINIÓN

Alicante y la no pecera: ¿Hay modelo de ciudad?

9/03/2021 - 

Desidia. Dejadez. Despiste. Desorientación... podríamos buscar más palabras que empezaran por “d” para ilustrar la carencia de modelo de una ciudad que demasiadas veces parece dormida.

Alicante, ¡ay Alicante! A las ciudades en muchas ocasiones se las conoce y calibra por los detalles.

Las grandes urbes han de tener complejos planes, extensos documentos que sirvan para planificar su futuro. Imágenes, logos y “skylines” que les sirvan para hacer llegar a aquellos que las visitan y a sus propios ciudadanos un relato convincente y atractivo sobre sí mismas.

¡Visca, visca, visca Alacant! Sí, pero...Quin Alacant?

Más allá de las diversas propuestas retóricas que, con diferentes partidos políticos al frente, se han tejido desde el ayuntamiento, creo que debemos fijarnos en los detalles para observar si la ciudad del Benacantil avanza, si los planes se concretan, si las obras se ejecutan. Si hay realmente una idea, un modelo de ciudad, vaya.

Y yo, modesto paseante alicantino, he ido a poner mi atención en la no-pecera de la Plaza Nueva. Sí amigo lector, me refiero a esa pequeña edificación que permanece en esta coqueta ágora tan cercana a la funcionarial Montañeta.

Soy de Crevillente. Mis padres me llevaban a la capital los domingos. De niño me acercaba divertido a la aún-pecera a ver a los pececitos enjaulados.

Aquello tenía cierta gracia y algún sentido. Quería ser una especie de mini-mediterráneo y acoger una modesta representación de la fauna acuática del Mare Nostrum de la Terreta.

Me fui a ver mundo, viví en València y en Barcelona, y tras años volví. Desde el Maisonnave comercial, en una de mis primeras excursiones para redescubrir la ciudad, me reencontré sin esperarlo con mi peque-pecera.

Ni rastro de los animalillos. ¿Qué había pasado? Investigo un poco por internet el origen de decisión de liberarlos. Hubo problemas técnicos, los peces habían sido encontrados muertos lamentablemente en varias ocasiones.

La pecera, entonces, pasó a ser no-pecera. ¿Qué haría ahora la despistada Alicante con aquella ex-pecera?

Pesco desordenadamente en periódicos digitales la propuesta de un bloque político ya extinguido: la pecera pasaría a ser una ludoteca-biblioteca de contenido medioambiental con pantallas al exterior que mostraran vídeos sobre las virtudes verdes de Alicante.

Nada queda al parecer de aquella idea. Y así ha quedado la popularmente conocida como “plaza de la pecera”, con su antes-pecera en el centro, indefinida, indefensa, indeterminada, inane.

No me gustan los artículos pesimistas; no soy partidario de quedarme en la queja por la queja. Sí creo sin embargo que la plaza-sin-pecera debe servir como metáfora de una ciudad que en demasiadas ocasiones parece que viaja sin rumbo.

¿Qué pensarías de alguien que tiene en el centro de su salón durante años y años una pecera vacía, una pseudo-pecera olvidada?

Alicante tiene muchas virtudes y un potencial enorme.

Nuestro casco histórico, nuestro paseo marítimo, nuestro centro-ciudad que abraza el mar bajo la atenta mirada de nuestro egregio castillo, son inigualables. No necesito seguir enumerando singularidades positivas, todos conocemos nuestras virtudes.

La plaza de la ya-no-pecera merece un mejor destino, una reforma significativa que sirva para relanzar este espacio tan céntrico, querido y emblemático.

¿Algún colectivo, asociación de vecinos o comerciantes, grupo político gobernante o en la oposición, se anima con alguna propuesta interesante y, sobre todo, ejecutable y que se ejecute?

La ciudad y sus habitantes se merecen un Alicante mejor y el visitante debería poder gozar de una urbe plena, atractiva, llena de propuestas con sentido, de espacios públicos únicos.

¿De verdad cuesta tanto hacer algo con la antaño-pecera? No puede ser tan complicado. Espero y deseo que alguien se anime a pensar en una plaza mejor, en un Alicante renovado.

Antonio Adsuar es fundador del proyecto-blog www.Alicantinismo.com


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