Visita a las obras del TramVALÈNCIA. Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) ha adjudicado a la industria valenciana Stadler Rail Valencia el contrato para la fabricación de seis nuevos trenes de propulsión dual diésel y eléctrica para la Línea 9 (Benidorm-Dénia) del Tram de Alicante.
La adjudicación, en la que Stadler se ha impuesto a su competidor CAF, asciende a un total de 35,8 millones más IVA, lo que eleva el montante total a 43,3 millones de euros, según confirmaron este lunes a Valencia Plaza fuentes de FGV.
El plazo de ejecución es de 24 meses, de modo que la incorporación de los nuevos vehículos está prevista a partir de 2019. La renovación, según explican fuentes de la Conselleria de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio, "forma parte del proceso de modernización de esta línea, que cuenta con un presupuesto conjunto que supera los 100 millones de euros y que permitirá equiparar esta línea con el resto de la explotación del Tram de Alicante".
"Las nuevas unidades contarán con un diseño y unas características técnicas actualizadas de acuerdo con la normativa existente y compatibles con la la utilización de sistemas de seguridad, control y comunicaciones de última tecnología. Con los nuevos trenes se garantiza una mayor fiabilidad y seguridad, además del confort, la accesibilidad o la información al cliente, conforme a los estándares que FGV presta en el resto de sus líneas", explica el departamento de María José Salvador.
La tracción dual posibilitará la circulación de los trenes tanto en la parte electrificada entre Alicante y Benidorm (Línea 1) como en la que no lo está -el tramo Benidorm-Dénia (Línea 9)-. "Todo ello con la ventaja de que, si en el futuro se electrificara toda la línea, este nuevo material móvil seguiría siendo efectivo", precisa la conselleria.
La adjudicación supone un balón de oxígeno para Stadler Valencia que la devuelve a los tiempos en los que la administración valenciana era uno de sus principales clientes, máxime cuando la justicia sudafricana acaba de tumbar el contrato valorado en alrededor de 250 millones de euros para suministrar 70 locomotoras al país.
Más allá de la pérdida del negocio, la industria de Albuixech tendrá que lidiar con las responsabilidades que trate de exigirle la firma pública Prasa, la 'Renfe' de Sudáfrica.
