Gan Pampols y los nuevos consellers se entrenan en la 'guerra' de les Corts

29/11/2024 - 

VALÈNCIA. Dos días después de que tomara posesión, la llegada del teniente general y vicepresidente segundo para la Recuperación, Francisco José Gan Pampols, a la sesión de control al president de la Generalitat, Carlos Mazón, de este jueves en Les Corts generó gran expectación. Era la primera vez que él y los tres nuevos consellers se sentarían en su escaño, donde asistieron atónitos a lo que fue el pleno de esta jornada: una verdadera 'guerra' entre gobierno y partidos de la izquierda. 

El vicepresidente segundo llegó al hemiciclo junto al jefe del Consell, quien le indicó dónde debía sentarse: justo entre la vicepresidenta primera y portavoz del Ejecutivo, Susana Camarero, y su predecesora en el cargo, Ruth Merino, ahora responsable exclusivamente de Hacienda y Economía. En su cartera, de hecho, se ubicará su equipo funcionarial. 

La jornada se vaticinaba explosiva. Especialmente, por la polémica surgida en torno a los sueldos hace apenas dos días. Y la realidad acabó superando con creces las expectativas. A pesar de que Gan Pampols trató de mantener la compostura y asistir impasible a lo que sucedía a su alrededor, lo cierto es que su incomodidad fue visible durante el desarrollo de todo el pleno. Su postura y lenguaje no verbal habló por sí solo. 

Brazos cruzados a ratos, ajustando la mirada cuando intervenía la oposición, sin aplaudir ninguna intervención -ni siquiera cuando lo hacía un miembro del gobierno o el president-, y ni mucho menos protestar cuando la bancada de la izquierda interrumpía en el turno de la palabra a los consellers del Ejecutivo valenciano como sí hicieron los parlamentarios del PP. Gan Pampols siguió atónito y en silencio la sesión en la que es ya su nueva trinchera: un escaño del Consell. 

No fue el único miembro del gobierno que asistió con asombro a lo que es una sesión de control al president de la Generalitat. También las caras de los nuevos consellers eran un poema: Juan Carlos Valderrama, conseller de Emergencias; Nuria Martínez, consellera Justicia y Función Pública; y Marián Cano, responsable de Innovación y Turismo -si bien esta última con menor índice de sorpresa por tener ya recorrido en política-. 

¿Y cuál era el motivo de tanta sorpresa? Los reproches, dardos envenenados y acusaciones que lanzaron al jefe del Ejecutivo valenciano, pero también a su equipo y en particular al recién llegado vicepresidente segundo encargado de la recuperación de la Comunitat y particularmente de la provincia de Valencia. 

Compromís y PSPV reclamaron a Mazón que dimitiera. El síndic de los socialistas, José Muñoz, le recriminó que tardara 11 días en reformar el Consell, le pidió que dimitiera tras asegurar que su propio partido "le humilla" e, incluso, censuró que hubiera dejado al territorio "sin conseller de Emergencias", algo que desmintió Mazón de inmediato. "No ha dejado de haber conseller de Emergencias en ningún momento", le espetó. 

El portavoz de Compromís, Joan Baldoví, siguió la misma senda que los socialistas: le pidió que dejara el cargo, para acto seguido reprocharle que carecía del "sentir del deber, del honor y del valor". "Si hubiera tenido sentido del deber no se hubiera ido de comida, hubiera enviado alerta antes, comparecería cada semana y haría que sus consellers clandestinos dieran la cara en estas cortes o hubiera dado la cara este domingo en Massanassa -donde falleció un trabajador de Tragsa en las labores de limpieza de un centro escolar-". "Si tuviera honor, no se escondería en el Palau de la Generalitat. Y si tuviera valor, cuántas llamadas tenía de Salomé Pradas el 29 de octubre. ¿Por qué no ha dimitido todavía?", concluyó tras preguntarse si "subir los sueldos a sus consellers es lo que necesitan los afectados de la catástrofe".

Un reproche a Mazón, pero que en realidad también iba dirigido a su nuevo equipo y en particular a Gan Pampols, dado que la modificación legal introducida por el gobierno valenciano el pasado martes suprimía la limitación retributiva que marcaba la Ley de Presupuestos de 2024 para consellers y secretarios autonómicos. En concreto, la disposición final de este decreto-ley elimina el tope que limitaba hasta en un 15% por encima del sueldo del president de la Generalitat, Carlos Mazón, las retribuciones de los funcionarios que se incorporan al nuevo Ejecutivo valenciano. 

La reforma permitiría, además, que el vicepresidente segundo pudiera beneficiarse de ella y que para el cálculo de su salario se tenga en cuenta la actualización de las retribuciones a que hubiera tenido derecho en caso de mantenerse en activo en el puesto de trabajo que ocupaba antes de retirarse del ejército. 

Los reproches de Muñoz y Baldoví sobre esta cuestión no fueron los únicos que se escucharon en el hemiciclo. "Es un traje a medida", lamentó la diputada del PSPV Rosa Peris, en una pregunta oral al Ejecutivo autonómico en la que recordó que "muchos consellers han antepuesto el servicio público a su salario". El parlamentario de Compromís Juan Bordera criticó que Mazón pusiera "a un militar al mando porque ningún científico quisiera". Y entre crítica y crítica Gan Pampols miraba a un lado y a otro como si estuviera asistiendo a un partido de ping pong. 

Finalizada la sesión, inició la retirada. Tras despedirse del president de la Generalitat, el vicepresidente segundo fue el primero en abandonar la sesión, incluso antes que Mazón, escoltado por un miembro de seguridad de la Cámara y sin opciones a que los medios de comunicación pudieran acceder a él. Ya fuera del Parlamento, eso sí, y en declaraciones a La Sexta, defendió que tiene "unos derechos retributivos consolidados" y "en la Administración General del Estado se respetan siempre". "Yo tengo una carrera administrativa de 44 años, tengo unos derechos retributivos consolidados. Y en la Administración General del Estado los derechos retributivos consolidados se respetan siempre", dijo. 

Sin obligación de asistir a otra sesión -pues no es diputado autonómico- quién sabe si el pleno de este jueves será el último al que decida acudir el ex teniente general o acabará haciéndose al campo de batalla que quincenalmente es Les Corts. 

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